Editorial

Un nuevo plan de ajuste

Bruselas tiene que aceptar que España necesita más tiempo para reducir el déficit

El comisario europeo de Asuntos Económicos y Financieros, Pierre Moscovici, presenta las previsiones macroeconómicasOLIVIER HOSLET (EFE)

Es comprensible que la Comisión Europea insista en que España necesita un Gobierno para hacer frente a los desafíos derivados de la reactivación económica. Bruselas necesita un interlocutor con cierta rapidez —aunque no con urgencia asfixiante— para saber cuál será el ajuste presupuestario comprometido por la economía española durante los próximos tres años.

Tal como se desprende de las previsiones de la Comisión, la economía seguirá en el carril de crecimiento holgadamente superior al 2,5 (2,8% este año, 2,5% el siguiente) y por esa parte no hay problemas. Sí los hay en el mercado labo...

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Es comprensible que la Comisión Europea insista en que España necesita un Gobierno para hacer frente a los desafíos derivados de la reactivación económica. Bruselas necesita un interlocutor con cierta rapidez —aunque no con urgencia asfixiante— para saber cuál será el ajuste presupuestario comprometido por la economía española durante los próximos tres años.

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Tal como se desprende de las previsiones de la Comisión, la economía seguirá en el carril de crecimiento holgadamente superior al 2,5 (2,8% este año, 2,5% el siguiente) y por esa parte no hay problemas. Sí los hay en el mercado laboral y en el ámbito del déficit público (el Gobierno incumplió el objetivo que se había pactado) y el presupuesto aprobado para 2016 también lo incumplirá.

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Desde España la urgencia es similar, si no mayor. La formación de un Gobierno debería ayudar a que disminuya la hemorragia de la Bolsa, incluso aunque es evidente que el factor principal de volatilidad está fuera del país. Sobre todo, no conviene demorar que haya un nuevo Ejecutivo porque tiene que negociar en Bruselas otro Plan de Estabilidad Financiera. Concretamente, y en contra de las posiciones que avanza el comisario Moscovici, se trata de convencer a las autoridades europeas de que España necesita más tiempo para reducir el déficit, que la economía no podría soportar en estos momentos un ajuste adicional del gasto y que es necesario modular ese ritmo con un plan de inversión que ayude a cambiar el modelo, so pena de que el crecimiento español a partir de 2017 dependa, otra vez, de la construcción y el turismo.

Hay una razón más en favor de otro Plan de Estabilidad: no hay que proponerse objetivos imposibles de cumplir. Y esto es lo que hizo el Gobierno en 2012. Durante cuatro años los ajustes se han quedado cortos y la deuda se ha disparado. Es más útil no engañarse.

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