Balas contra refugiados (niños y mujeres incluidos)
Los populistas de AfD, cada día más radicales, alarman a Alemania con sus propuestas
¿Conviene debatir con los populistas? Esta pregunta que se hacen los partidos tradicionales alemanes es cada vez más relevante. La líder de Alternativa por Alemania (AfD), Frauke Petry, defendió el fin de semana las armas como último recurso para evitar la entrada de refugiados. La indignación fue a más cuando la vicepresidenta de esta fuerza ultraconservadora, Beatrix von Storch, salió en defensa de su jefa y respondió con un escueto “sí” a la pregunta de si esta regla valía también para mujeres y niños.
Ante la tormenta, el partido ha desautorizado a su líder, cada vez más discutida. Pero la polémica sigue escociendo, especialmente en un país que aún recuerda la “obligación de disparar” vigente en la RDA contra los que pretendían cruzar el telón de acero.
AfD, tercera fuerza según las encuestas, ocupa el centro del debate ante las elecciones regionales de marzo. Los socialdemócratas defienden un cordón sanitario para no sentarse con los radicales ante las cámaras. “AfD debería estar siendo investigado, no en la televisión”, dice Sigmar Gabriel, líder del SPD. Los democristianos creen que el veto solo sirve de munición para su discurso victimista y contra las élites.
Una anécdota de la semana pasada podría dar alguna pista. Ocurrió en el debate estrella de la televisión pública, al que estaba invitada Von Storch, la misma que abogó por disparar a mujeres y niños en la frontera. La presentadora le preguntó por unas declaraciones, según las que la canciller Angela Merkel estaría a punto de abandonar Alemania “por motivos de seguridad”.
“Me refería al rumor de que Merkel va a tener que huir a Chile o a Sudamérica”, respondió. Una sonora carcajada estalló entre el público. “¡Increíble!”, se oyó decir a un invitado.
Es evidente que el vaticinio de Von Storch no guarda ninguna relación con la realidad. Pero más allá de cuestionar las fuentes de información de la dirigente de AfD, su resbalón dialéctico deja una duda. ¿No convendría enfrentarse directamente a los populistas? A veces, puede ser la mejor forma para rebatir sus argumentos.