¿Se puede ser un obseso del orden y un adicto al coleccionismo? La paradoja la salva el diseñador napolitano Stefano Guidotti definiendo su estilo como una suma ecléctica.
Abierto al paisaje. Fueron las vistas al lago Como las que sedujeron a Guidotti para instalar en este apartamento su casa. La densidad de los colores contrasta con la ligereza de las plantas cerca de los balcones para conducir las vistas.Mads MogensenEquilibrio. Lleno y vacío. Sobre el aparador vintage del comedor, cabezas de terracota compradas en África y escultura metálica de Antonino Sciortino.Mads MogensenTonos intensos. En el dormitorio, dominado por el color púrpura, la cama es el modelo Trevor (Baxter), y la mesilla, otro diseño de Obradovic y Basedow. Este último firma también el lienzo sobre el cabezal de la cama. La lámpara de suspensión es de Angela Ardisson (Artplay).Mads MogensenAlfombra cerámica. La cenefa y los dibujos del pavimento hidráulico condicionan los colores del piso. Detalle del paso del dormitorio al salón. La butaca es vintage y el espejo oval lo encargó Guidotti.Mads MogensenColeccionista compulsivo. Sobre la mesa del comedor –una edición especial de Obradovic y Basedow–, cabezas africanas de terracota y jarrones de alabastro. Las sillas son el modelo Termiti de Angela Ardisson. Las piezas metálicas son de Antonino Sciortino. La lámpara suspendida, de Ugo Ambroggio.Mads MogensenVestidor-estudio. Un escritorio –comprado en Budapest y restaurado– y una butaca de Baxter conviven con el armario de pigmentos que el diseñador utiliza para trabajar.Mads MogensenButaca desnuda. Sin tapizar, contrasta con la densidad textil del dormitorio. La lámpara es de Ugo Ambroggio.Mads MogensenDetalle de jarrones africanos y marcapáginas.Mads MogensenFrente a la mesa, el vestidor está decorado con una cortina y butaca tapizada en las telas blancas y negras In Forma ideadas por Draga Obradovic.Mads Mogensen