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El dilema de los Hidalgo

El fundador de Globalia apuesta por mantener el control del grupo, mientras que sus hijos prefieren vender

Miguel Ángel Noceda
Juan José Hidalgo, presidente de Air Europa y del grupo Globalia Madrid.
Juan José Hidalgo, presidente de Air Europa y del grupo Globalia Madrid.Cristóbal Manuel

"Mi padre, no quería que dejara el pueblo y fue mi madre la que me ayudó a viajar a Suiza”. Juan José Hidalgo Acera recuerda la complicidad con su progenitora para salir de Villanueva del Conde (Salamanca) e irse a ordeñar vacas a aquel país desconocido pero lleno de futuro. Para la madre aquel niño, que había dejado la escuela a los 12 años para hacer de todo en los negocios familiares (vendió pieles de conejo, destripó terrones, despachó pan racionado, trabajó en la carnicería y en el salón de baile...), “era distinto”.

El chico distinto, ya un hombre de 74 años y mucho camino recorrido, despedía el pasado 29 de septiembre a aquella aguerrida mujer, Francisca Acera, fallecida un día antes a los 96 años en la capital charra, donde el joven Hidalgo le compró una pensión con el primer dinero que ganó en Suiza. La muerte de la matriarca, que había sacado adelante a una prole de nueve hijos, todos varones, remontó a su primogénito a los orígenes de una historia de éxito que a ella le había llenado de orgullo y que ahora se encuentra en una fase trascendental si cristaliza el interés del grupo chino HNA de tomar el control de Globalia, el imperio en el que se engloban Air Europa, Halcón Viajes, Viajes Ecuador, Travelplan, Pepecar y la cadena hotelera Be Live, entre otras empresas, da trabajo a más de 20.000 personas y factura más de 3.500 millones de euros anuales.

María José Hidalgo directora general de Air Europa.
María José Hidalgo directora general de Air Europa.José S Gutiérrez

HNA ha exigido la mayoría del capital y la desvinculación de los hijos de Hidalgo. Este cedió, cuando constituyó el holding en los noventa, un 5% del capital a su esposa, Eloína Gutiérrez, a la que conoció en la emigración y de la que está separado desde hace dos años aunque mantiene una relación cordial, y un 5,14% a cada uno de sus tres hijos: María José, Javier y Cristina. Los tres tienen nómina en el grupo, de cuyo consejo de administración forman parte. María José es directora general de Air Europa; Javier ocupa el mismo puesto en Globalia, pese a que vendió su participación al grupo Matutes, y Cristina es directora de marqueting.

Se da la circunstancia de que tanto las hijas como su exmujer, están dispuestas a vender, lo que facilitaría el acuerdo. Sin embargo, Hidalgo ve la operación todavía “muy lejana”, ya que su intención es mantener el 51,58%. Para Hidalgo, el camino natural es la salida a Bolsa, una vieja aspiración que decidió cuando constató que sus hijos no estaban muy por la labor. La relación con sus descendientes ha estado bañada de claroscuros, hasta el punto de que en 2013 llegó a enviarles la carta de despido a los tres. En su entorno se recuerda que alguna vez ha comentado que “como no han sufrido y no han pasado una posguerra, no les importa no apagar la luz por la noche”. Una frase definitiva que aclara la situación.

Los tres hermanos Hidalgo son habituales en la prensa rosa. El que más se ha significado ha sido Javier, que tras tener una hija con la modelo Sol González parece haber reducido la frenética actividad de pompas y fiestas. El vástago de los Hidalgo coleccionó durante un tiempo relaciones con modelos, viajes en avión privado a destinos caros y cruceros glamurosos con gente del famoseo. Ha hecho sus pinitos como empresario al margen de Globalia. Creó Pepephone, al 50% con Rosauro Varo, marido de la actriz Amaia Salamanca, y compañero de farras.

El empresario Javier Hidalgo.
El empresario Javier Hidalgo.Cordon press

María José, que trasladó su residencia a Palma de Mallorca (sede de Air Europa), ha estado más alejada de los focos mediáticos. Divorciada con dos hijas, durante una etapa se alejó del día a día para tomarse un periodo sabático del que volvió con brío.

Cristina, por su parte, comparte su responsabilidad con la aventura empresarial de la marca de complementos ETNA junto a Elena Tablada, expareja de David Bisbal. Su boda en 2008 con Javier Blanco, que dejó el toreo para ocuparse de la filial hotelera Be Live, estuvo amenizada por Paulina Rubio y Maná.

Una vida muy distinta a la del padre, que a los 19 años sintió el gusanillo de la prosperidad y emigró a Zúrich, donde además de ordeñar vacas hizo de albañil y pintor de brocha gorda hasta que descubrió el filón que le haría rico. Se compró un Mercedes de segunda mano en los que trasladaba a sus paisanos, ida y vuelta. Luego pasó a un microbús de 12 plazas y a otro de 25. La actividad de transportista la explotó durante la mili en Colmenar Viejo (Madrid), desde donde, con un autobús del que todavía recuerda la matrícula (SA-24345), repartía los reclutas por toda España. Enseguida, aumentó la flota y montó una línea semanal entre Salamanca y Zúrich.

Un imperio valorado en 1.500 millones

De trasladar emigrantes a volar a todo el mundo. Juan José Hidalgo es un emprendedor de los de antes. Sin estudios, pero con mucho olfato. Un tipo que ha revolucionado todos los sectores en los que ha entrado y que ha ido a su aire, sin importarle enfrentarse al poder. Y que, a fuerza de golpes de mano, ha creado un imperio valorado en 1.500 millones, basado principalmente en la compañía aérea Air Europa, que adquirió tras su quiebra. El valor otorgado supone que cada una de las hijas (su hijo ya vendió) se llevaría 75 millones, los mismos que su madre, en caso de vender. Eso más la herencia que tengan de su padre, con un patrimonio de más de 700 millones, según la revista Forbes. Capital suficiente para mantener el alto tren de vida, con fiestas de tronío y celebraciones por todo lo alto.

Hidalgo se queja de que le hicieron la vida imposible al volver a Salamanca y que, por eso, tuvo que abrir su primera agencia de viajes en Cáceres y, al tiempo, cambiar los autobuses por los vuelos chárter. Contrató aviones de Aviaco en los que llevaba emigrantes a Suiza y Alemania y, de vuelta, los llenaba de turistas hacia Mallorca.

La aventura aérea le llevó a crear, antes de comprar Air Europa, Antillana en Santo Domingo con el objetivo de traer dominicanos y llevar españoles. Pero, en ese afán de hacer amigos, se topó con la oposición oficial de la que culpa a Iberia, con la que siempre ha tenido unas tensas relaciones. Se sintió ninguneado cuando la antigua compañía de bandera se llevó la T4. Ahora vive otro enfrentamiento tras haber perdido el contrato del Imserso con las islas en favor de Iberia y su viejo enemigo, Alsa. Hidalgo asegura que recurrirá hasta el final.

Aficionado a las apuestas, compró la U. D. Salamanca a la que presidió en sus años gloriosos en Primera División. Instalado en Madrid, cosechó amistades en el entorno del deporte y aledaños, entre ellos José María García y Julio Iglesias, asiduo visitante durante sus estancias en Santo Domingo, donde tiene fijada su segunda residencia y pasa gran parte de las vacaciones.

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Sobre la firma

Miguel Ángel Noceda
Corresponsal económico de EL PAÍS, en el que cumple ya 32 años y fue redactor-jefe de Economía durante 13. Es autor de los libros Radiografía del Empresariado Español y La Economía de la Democracia, este junto a los exministros Solchaga, Solbes y De Guindos. Recibió el premio de Periodismo Económico de la Asociación de Periodistas Europeos.

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