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“Resiliencia es darle la vuelta a la tortilla”

El periodista José Antonio Ponseti explica en términos futbolísticos el concepto en una campaña de Acción contra el Hambre

"La resiliencia es darle la vuelta a la tortilla". El periodista José Antonio Ponseti cuenta qué es para él este término de moda hablando de su especialidad: el deporte. Es uno de los vídeos que Acción contra el Hambre ha grabado para poner en valor el significado de esta palabra desde hasta el próximo Día Mundial de la Alimentación (16 de octubre) con la campaña 100 resliencias, que anima a los ciudadanos a aportar su visión desde 100ejemplosderesiliencia.org y en las redes sociales con el hashtag #100resiliencias.

Ejemplo de recuperación

Las personas más desfavorecidas de comunidades rurales de Níger reciben durante 45 días el pago de 1.000 CFA (1,5 euros) diarios por la realización de un trabajo consensuado por la propia comunidad. En este caso, en la región de Tahoua unas 150 mujeres se encargan de cargar y transportar piedras para la construcción de pequeñas presas que evitarán que las lluvias arrasen con los campos de cultivo y al mismo tiempo contendrán el agua para crear nuevos campos de cultivo fértiles. Con el dinero que reciben a cambio pueden comprar comida y animales que les ayuden a afrontar las épocas de sequía.

¿Por qué necesitan los habitantes del Sahel ser resilientes? Actualmente, 26,5 millones de personas se encuentran en una situación de inseguridad alimentaria y, de ellos, 4,5 millones necesitan ser alimentados de manera urgente en todo el territorio, una franja desértica que ocupa buena parte del oeste de África. Se ha llegado a esta situación por diversos motivos: uno es el cambio climático, que está provocando un déficit de lluvias y, por tanto, la desertificación de su territorio, la desaparición de pastos y tierras fértiles. Los conflictos y la inseguridad en Malí, República Centroafricana y Nigeria siguen impactando negativamente en la situación alimentaria de las poblaciones desplazadas y las comunidades de acogida y, por si no fuera suficiente, el incremento de la demanda de alimentos por el Ramadán y la menor disponibilidad de grano en el periodo anterior a la nueva cosecha encarecen los alimentos entre junio y septiembre, un periodo que ya llaman "estación del hambre".

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