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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Acabar con la mortalidad infantil es posible

Se han cambiado y salvado vidas porque el mundo y sus líderes tomaron la decisión de hacerlo. Pero queda por hacer

Dos hermanas de Burundi en la tienda de campaña del campo de refugiados de Tanzania en el que viven.
Dos hermanas de Burundi en la tienda de campaña del campo de refugiados de Tanzania en el que viven. Unicef (Beechey)

El lanzamiento hoy de datos globales sobre mortalidad infantil muestra que África Oriental y Meridional está realizando los progresos más rápidos en la reducción de las muertes de niños. Ocho países de la región —Etiopía, Eritrea, Madagascar, Malawi, Mozambique, Ruanda, Uganda y Tanzania— han cumplido el Objetivo de Desarrollo del Milenio (ODM) de reducir en dos tercios o más las muertes de niños menores de cinco años.

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Los datos, que forman parte del informe Una promesa renovada, llegan en un momento clave en el ámbito del desarrollo, mientras el mundo se despide de los ODM y anuncia los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

Para Unicef y Save the Children es momento de hacer balance. Es hora de ver cómo las lecciones aprendidas durante los últimos 15 años, bajo los ODM, pueden intensificar nuestros esfuerzos e impulsar los progresos en supervivencia infantil en África Oriental y Meridional, acercándonos aún más al ambicioso objetivo de la salud para todos.

Hemos visto cómo los ODM —especialmente el ODM 4, la reducción de la mortalidad infantil— unieron a líderes, países y comunidades en torno a la reducción de la tasa de niños que mueren por causas prevenibles. Y, más importante aún, vimos cómo la combinación de un compromiso fuerte y visible por parte de los dirigentes, flujos sustanciales de financiación, el hincapié en el control del propio país y un seguimiento sistemático, a menudo marcan la diferencia entre la vida y la muerte para los niños. En otras palabras, se cambiaron y salvaron vidas porque el mundo y sus líderes tomaron la decisión de hacerlo.

Es aquí donde iniciativas como Una promesa renovada (UNICEF) y Todos contamos (Save the children) forman un microcosmos vital en la historia de éxito del desarrollo en África Meridional y Oriental. Una historia en la que los resultados para los niños se logran mediante un compromiso político absoluto, alianzas, rendición de cuentas y movilización social. Tengan esto en consideración: bajo el título de Una promesa renovada, cerca de 180 países han firmado su compromiso para tomar medidas contra la mortalidad infantil.

Bajo Una promesa renovada, los dirigentes africanos han mostrado una inmensa voluntad política, firmando compromisos en 2012 y convocando una reunión de ministerios, con hojas de ruta tangibles que se acordaron en Etiopía en 2013. El culmen de este compromiso fue la Declaración sobre el final de las muertes evitables de madres y niños, firmada en junio de 2014 por los jefes de estado de la Unión Africana. Y más importante aún, para poner en marcha más rápido sus compromisos, los países han integrado la visión de Una promesa renovada en el centro de los ODS. Bajo la campaña Todos contamos se han fraguado alianzas, se ha influido en políticos y se han movilizado recursos con el objetivo de acabar con las muertes infantiles por causas evitables.

Tener sistemas de salud fuertes es fundamental para acabar con las muertes por causas evitables

Y este tipo de compromiso trae resultados.

En la región, en pueblos y comunidades, se están utilizando maneras rentables e innovadoras de garantizar que los niños viven más. Los países están construyendo e invirtiendo en sistemas de salud primaria que acerquen los servicios sanitarios y nutricionales a los niños. Es evidente que se está haciendo bien.

Dicho esto, también es verdad que a medida que nos acercamos al final de los ODM, queda mucho por hacer. Los datos del informe revelan que, en general, la región no está haciendo los progresos suficientes para cumplir el ODM 4, y que 13 de los 21 países de África Oriental y Meridional no alcanzarán el objetivo de reducir la mortalidad infantil. En este contexto, más de un millón de niños muere cada año en la zona antes de cumplir cinco años. Un millón.

Desafortunadamente, en los países en los que trabajan Save the Children y UNICEF las desigualdades aumentan y los niños afrontan obstáculos muy diferentes para sobrevivir a su quinto cumpleaños según donde les haya tocado nacer o la situación financiera de sus familias.

Esta es también una región en la que se viven emergencias y conflictos prolongados, en lugares como Sudán del Sur y Somalia, y cada vez más los Grandes Lagos. Esto amenaza el bienestar de los niños. En estas condiciones tan frágiles, los logros pasados rápidamente se deshacen. Hay una conexión entre los estados frágiles y afectados por conflictos, y las altas tasas de mortalidad materna e infantil. Actualmente tres de cada diez niños en África viven en contextos frágiles y afectados por un conflicto. Esto tiene graves implicaciones en los servicios a los que tienen acceso y, en consecuencia, en sus posibilidades de supervivencia.

Si unimos recursos, voluntad política, trabajo con las comunidades y rendición de cuentas por parte de los gobiernos, África puede cumplir el ODS de mortalidad infantil en 2030

A medida que avanzamos hacia la era de los ODS sabemos lo que funciona. Sabemos que unos sistemas de salud fuertes son fundamentales para acabar con las muertes por causas evitables en la región. Sabemos que los gobiernos deben garantizar sistemas primarios de salud que ofrezcan programas en zonas difíciles de alcanzar y sistemas a medida para responder a los afectados por el conflicto y la inseguridad. Sabemos que los gobiernos deben actuar para cumplir su Declaración de Abuja, que establece un gasto mínimo del 15% en atención médica.

Además, los gobiernos deberían demostrar un liderazgo decisivo y adoptar medidas innovadoras para mantener a los trabajadores de salud. A menudo, son las medidas simples las que funcionan, como asegurar que las comadronas de las clínicas rurales tienen acceso a escuelas decentes para sus hijos.

A veces, entre la complejidad del desarrollo, el mensaje es simple, y es este: los ocho países de África Oriental y Meridional que han hecho progresos en la reducción de la mortalidad infantil confirman que una combinación de economías y liderazgo fuertes, sistemas educativos funcionales y políticas y sistemas sanitarios dinámicos, es fundamental para sus ciudadanos más jóvenes.

Los ODM y los datos presentados hoy nos muestran que el progreso de los niños de África es posible, incluso en lugares que afrontan dificultades increíbles. Si miramos al trabajo de los próximos quince años y las promesas de los ODS, las lecciones de nuestros éxitos y nuestros errores mandan un mensaje claro. Si unimos recursos, voluntad política, trabajo con las comunidades y rendición de cuentas por parte de los gobiernos, África puede cumplir el ODS de mortalidad infantil en 2030. De hecho, las generaciones futuras nos agradecerán el haber tenido la visión de atajar las muertes infantiles y maternas, y plantar las semillas de una África más estable y próspera.

Este sería el logro final.

Leila Gharagozloo-Pakkala es directora regional de Unicef en África Oriental y Meridional. David Wright es director regional de Save the Children en África Oriental.

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