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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Un gran proyecto para reducir drásticamente la mortalidad infantil

La mayoría de muertes ocurren en lugares donde los certificados de defunción son inexistentes, lo que dificulta la identificación de las causas y la puesta en marcha de soluciones

Clara Menéndez (ISGlobal)
Un sanitario muestra un tubo con fluidos extraídos en una autopsia mínimamente invasiva.
Un sanitario muestra un tubo con fluidos extraídos en una autopsia mínimamente invasiva.QUIQUE BASSAT

La mayor parte de las muertes en el mundo ocurren en lugares en donde los sistemas de registro vitales, —certificados de nacimiento o de defunción—, o bien son deficientes, o no existen. Por tanto, las personas nacen y mueren sin haber sido registradas. Siendo esto fundamental para, entre muchas cosas, establecer las políticas de salud de un país, es aún más grave que dichas muertes ocurran en lugares donde es difícil o casi imposible establecer sus causas. Como ejemplo dramático de este hecho, se sabe que menos del 3% de los casi 7 millones de niños menores de 5 años que mueren cada año en el mundo han sido vistos antes de su defunción por personal sanitario que haya podido certificar médicamente la muerte. Esto lleva a la necesidad de hacer asunciones difíciles y nunca precisas sobre la causa de estas muertes. La falta de información adecuada sobre las causas de muerte de la mayor parte de la humanidad se reconoce cada vez más como una limitación fundamental para establecer intervenciones y programas sanitarios efectivos que mejoren la supervivencia sobre todo de las poblaciones más vulnerables.

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Dos de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) que se establecieron en el año 2000 y que tenían que cumplirse en el año 2015 tienen que ver con la salud maternal e infantil. Estos, especialmente el referido a la salud maternal, son precisamente los ODM que están más lejos de llegar a la meta establecida, principalmente porque la reducción en el número de muertes globalmente ha sido más lenta de lo esperado. La mayoría de estas muertes en madres y niños, sobre todo recién nacidos, se concentra en países de baja renta, especialmente en África subsahariana. Hay muchas razones que explican este fracaso pero una de ellas es sin duda el pobre conocimiento que se tiene sobre las causas de esta mortalidad y que impide actuar de manera efectiva para prevenirlas.

Con el objetivo de contribuir a mejorar el conocimiento de las causas de muerte de las poblaciones más desfavorecidas para finalmente aumentar su supervivencia, nuestro grupo en el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal-Hospital Clínic/Universitat de Barcelona) lleva años trabajando en su determinación y en el desarrollo de métodos de diagnóstico post-mortem que sean fácilmente utilizables por personal sanitario poco cualificado en las zonas rurales de los países donde ocurre la mayoría de las muertes. Este método, que se caracteriza por ser mínimamente invasivo, está siendo evaluado en colaboración con el Hospital Central de Maputo, el Centro de Investigación en Salud de Manhiça (CISM) en Mozambique y la Fundaçao de Medicina Tropical de Manaus en Brasil y está financiado por la Fundación Bill y Melinda Gates. La propia Fundación Gates ha reconocido la cuestión de la determinación de las causas de muerte infantiles en el mundo como una máxima prioridad en su agenda para los próximos años, y para ello acaba de anunciar la financiación de un gran proyecto (CHAMPS, por sus siglas en inglés, Child Health and Mortality Prevention Surveillance), en el que el método de diagnóstico post-mortem que estamos desarrollando será una pieza clave.

El proyecto CHAMPS, con una duración prevista de 20 años, proporcionará datos más precisos que permitan diseñar políticas de salud más certeras, todo ello con el objetivo último de reducir de manera drástica la mortalidad infantil. Se trata de un programa ambicioso que surge de la apuesta por la investigación científica y que, en caso de cumplirse las previsiones, será ejemplo de la capacidad transformadora que tiene el conocimiento cuando se genera con la intención de trasladarlo a la acción.

Clara Menéndez es directora de la Iniciativa de Salud Materna, Infantil y Reproductiva de ISGlobal.

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