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EL ACENTO
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Tesis clandestina

Francisco Camps ha prohibido el acceso a su trabajo de doctorado universitario

SOLEDAD CALÉS

Invertir años de estudios e investigaciones para elaborar una tesis doctoral y prohibir que se divulgue es algo tan fuera de la lógica que resulta sospechoso. Cualquier persona vinculada al mundo académico aspira a que su trabajo tenga el mayor eco posible, sea un referente y se convierta en una obra de consulta imprescindible. Cualquiera, menos Francisco Camps.

El expresidente de la Comunidad Valenciana leyó en febrero de 2012 su tesis, titulada Propuestas para la reforma del sistema electoral, en la Universidad Miguel Hernández de Elche (Alicante). Obtuvo un sobresaliente cum laude, pero nadie puede juzgar la calidad del trabajo ni acceder a su ensayo acerca de la elección de los diputados en circunscripciones uninominales, un análisis que podría resultar más que interesante ante una hipotética reforma de la ley electoral, como propugna el PP, su partido, y otros. Pero Camps no está por la labor de difundir sus teorías. Por eso ha prohibido expresamente el acceso a su tesis. No solo está vetada a curiosos o a adversarios políticos, sino que tampoco puede ser vista por la comunidad universitaria. Prefiere que duerma en la biblioteca de la universidad, donde está celosamente custodiada.

Teóricamente, las tesis doctorales son públicas, a excepción de aquellas que requieran confidencialidad para proteger patentes o descubrimientos científicos. No parece que este sea el caso. Aunque quizá los hallazgos en el ámbito electoral sean tan revolucionarios para la Ciencia Política que el autor quiere preservarlos para evitar que alguno se apropie impunemente de sus ideas.

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Da la casualidad que Camps leyó su obra —cuando ya estaba imputado en la trama Gürtel— un día antes de que entrara en vigor una disposición que obliga a los doctores a publicar sus investigaciones en PDF para que puedan ser consultadas en Internet. Ante el tribunal que le examinaba, el expresidente valenciano se mostró “con aspecto serio y algo tenso”, a decir de los cronistas. Una actitud que resulta igualmente sorprendente en alguien acostumbrado a enfrentarse a una oposición correosa.

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