Yo me quedo
De la lectura del artículo publicado el día 5 de diciembre por Mauricio Vicent titulado La burocracia y la falta de medios descapitalizan el CSIC pudiera desprenderse que yo tuviera la intención de irme del Consejo Superior de Investigaciones Científicas o que estuviera considerándolo. Puesto que de mis proyectos dependen los puestos de trabajo de un cierto número de personas y la infraestructura de investigación para llevarlos a cabo, me gustaría aclarar que yo no pienso irme de este país por las razones que le expliqué al autor del artículo y que básicamente se resumen en que desde 1983 —cuando decidí volver de mis estancias posdoctorales— considero que este es mi sitio y en que la ciencia que yo quiero hacer en los próximos cinco años que gozaré de un proyecto ERC la puedo hacer aquí, en buena medida gracias al personal de apoyo de gestión administrativa de mi equipo y del instituto al que pertenezco.
Coincido totalmente con mis colegas en que la falta de agilidad administrativa y el desconocimiento que la clase política tiene de la gestión moderna de la ciencia y la tecnología es grave. Pero no es nuevo. Baste citar el artículo titulado Pensar, que publicó EL PAÍS en 2007, cofirmado por más de 500 investigadores principales de proyectos y en el que se hacía la misma crítica que seguimos haciendo ahora. Eso indica que el problema es profundo y explica que llevemos seis legislaturas de distinto signo y con distintos apoyos políticos esperando que se modernice la gestión de la ciencia y la tecnología española antes de que el revolucionario cambio que se está produciendo mundialmente en la forma de gestionar y evaluar la producción de conocimiento nos pille —una vez más— con el paso cambiado.
Para impulsar el nuevo desarrollo de la ciencia española que Felipe VI pedía en la conmemoración del 75º aniversario del CSIC se han de dar dos condiciones, un aumento substancial de la financiación y una clase gobernante con mentalidad positivista para entender y gobernar un mundo donde los desafíos los dicta el progreso. Lo primero llegará. Lo segundo ojalá llegue.— Juan Manuel García Ruiz. Profesor de Investigación del CSIC.
