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Columna
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Camisetas y millones

Los fichajes y las cantidades astronómicas que se mueven en el mundo del fútbol

El artículo de El País Semanal del 24 de agosto de 2014 de Martín Caparrós sobre la cantidad de dinero que mueve el fútbol es impresionante. Pienso en un chico, James Rodríguez, que hace unos buenos partidos en el Mundial y, acto seguido, es fichado por un equipo mundialmente conocido y se vuelve millonario en muy poco tiempo. Yo no controlo de fútbol, pero sí sé que la cantidad de dinero que ganan los deportistas como él no es normal, sobre todo si cuentas lo que cuesta ficharlos, más lo que ganan en los partidos, más lo que ingresan en publicidad, más lo que generan con la venta de camisetas (y cosas por el estilo), solo por jugar a algo que se te da muy bien durante 90 minutos. Yo también querría ser así. También sé que entrenan mucho, durante horas, pero si es algo que te gusta tampoco es tan malo. Lo que menos me gusta del negocio es que hace dos años si preguntabas a alguien si conocía a James, dudo que muchos supieran contestar: pero ahora, por el mero hecho de jugar bien un par de partidos se ha vuelto millonario. Como se dice: “El fútbol es el opio del pueblo”.

Ese gran ser humano

César Moya Villasante. Madrid 

He leído la entrevista a Daniel Barenboim en El País Semanal del pasado 24 de agosto desde mi admiración por el músico y por el ser humano formidable que hace una labor doblemente cultural. Su piano y su batuta son maravillosos, pero su formación trata de convencer a radicales palestinos y judíos de que con la pasión mal utilizada no se llega más que a la confrontación, y eso es cultura pura.

Porque la radicalidad religiosa lleva a actos impropios de esa formación espiritual. Pasa en todas las religiones, y él cree que es posible entenderse entre todas, que, en el fondo, dicen cosas parecidas con distintos nombres.

Escucho muchas veces su interpretación del concierto de violonchelo de Elgar con Jacqueline du Pré, su exmujer fallecida, con la que hace una versión casi milagrosa.

Pero cualquier cosa que toca, ya sea al piano o con la batuta, es una gran interpretación de la vida y del arte de este argentino que se jacta de ser tolerante por haber vivido en su país con tantas culturas juntas de emigrantes.

Algo que deberíamos aprender ahora, cuando una economía mal utilizada depara grandes movimientos migratorios buscando solo paliar el hambre. Estamos igual que en aquel tiempo que cuenta Daniel, ese gran músico, pero, repito, ese gran ser humano.

Preguntas al fútbol español

Diego Moraleda Jiménez. Membrilla (Ciudad Real)

Interesante reportaje acerca de los árbitros de fútbol en España (24-08-2014), aunque creo que aún quedan aspectos y detalles poco transparentes y que convendría profundizar.

Sigue habiendo mucha opacidad en el colectivo arbitral y sus representantes. Surgen muchas dudas. ¿Por qué no se plantea claramente el tema del profesionalismo de los árbitros en Primera y Segunda? Actualmente lo que hay es semiprofesionalismo, puesto que se permite tener otra actividad.

¿Por qué cuando se establece el calendario oficial de la temporada no se designan también los horarios y los árbitros? Sería un signo de transparencia, limpieza y seriedad en la competición. ¿En qué criterios se basan para mandar un árbitro sí y otro no a la nevera? ¿Por qué no apoyan desde la base y con más ahínco la incorporación de la mujer al arbitraje profesional? ¿Se elige democráticamente a los dirigentes del estamento arbitral en España?

Salvaguardar el teatro

Carmen Villar Perearnau. Barcelona

¡No hay lugar a dudas! Al contemplar esa profundidad en sus miradas adviertes que no hay rémoras ni secretos que interfieran en la vocación teatral de esos dos grandes de la escena: Vicky Peña y Mario Gas, o viceversa, ambos entrevistados por Marcos Ordóñez en el número del pasado 24 de agosto.

Una complicidad –la de este tándem de abolengo–, a prueba de ensayos, de la extenuante función diaria y posiblemente, de alguna que otra disparidad de enfoque. Su entusiasmo, plasmado en el interesante reportaje titulado Duelo sobre las tablas no decae pese al IVA arbitrario. ¡Son tiempos difíciles, dicen los dirigentes políticos! Sin embargo, gravar la cultura en pro de otras frívolas consideraciones….

¿Qué haríamos nostros, los espectadores, sin la interpretación, cuyo cénit es el teatro? ¿Qué haríamos sin el maravilloso elenco de actores y actrices, como Mario Gas y Vicky Peña, existentes en España, que se acercan al espectador y en cuyos silencios es posible incluso percibir su respiración, pausada, entrecortada o acelerada, según el instante interpretativo.

Se trata de intérpretes con los que sueñas, sin pretenderlo, y que te transportan a otros mundos, otras épocas, nuevas sensaciones…

¿Qué harían los actores, sin nosotros los espectadores, por los cuales lo dan todo de sí mismos, se cuelan en el alma del personaje y se dejan la piel, en el escenario, día tras día? Disfrutan, ríen, se conmueven y estremecen a ritmo de su maestría y facilidad pasmosa. ¿Serán inagotables? ¡Pero ahora lo entiendo! Después de leer aquel artículo de esta revista, Mario Gas me ha dado la clave: “El escenario es el recreo”.  

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