El amigo del rey Juan Carlos casa a su heredero
Agá Jan IV orquesta una boda alejada de los focos, en Ginebra, para su hijo Rahim Aunque no esté confirmado, está previsto que asistan las infantas Cristina y Elena
Mientras que todas las miradas estarán centradas hoy en la gran boda del hijo de Carolina de Mónaco, Andrea Casiraghi, con la colombiana Tatiana Santo Domingo, Ginebra acoge otro enlace principesco, alejado de los focos. El príncipe Karim Aga Khan, íntimo amigo del rey Juan Carlos, casa a su heredero Rahim con la modelo estadounidense Kendra Spears en una ceremonia que quiere mantener lo menos pública posible. Aunque su presencia no se ha anunciado oficialmente, será una ocasión para la infanta Cristina, recién aterrizada a orillas del lago Lemán, de introducirse en los círculos sociales de su nueva ciudad de acogida.
Su alteza Aga Khan IV anunció “encantado” en abril en un escueto comunicado de su red de fundaciones, el Aga Khan Development Network (AKDN), con sede en Ginebra, el enlace de su hijo mayor, Rahim, de 41 años, con la socióloga y modelo de 25 años recién cumplidos Kendra Spears, originaria de Seattle. De la boda poco más se ha filtrado, salvo que será por supuesto una ceremonia musulmana. “¡Muchas gracias por todos los amables tuits de apoyo! ¡Estamos muy emocionados!”, ha sido la única reacción oficial de la novia, a través de su cuenta Twitter, unos días después de anunciarse la buena noticia.
Al igual que el resto de su familia, el heredero no es muy dado a exponerse en público. Nacido el 12 octubre de 1971 en Ginebra, es el segundo de los cuatro hijos del príncipe, por detrás de la princesa Zahra. Trabaja en el AKDN, donde se ocupa de los microcréditos y del fondo para el desarrollo económico. Estudió en la Universidad Brown de Rhode Island y pasó por la IESE Business School de la Universidad de Navarra en Barcelona. Su cargo le hace viajar muy a menudo a Asia y África para supervisar las actividades financiadas por la fundación.
La joven modelo, apodada la “nueva Cindy Crawford” por su lunar en el labio, su melena morena y sus piernas interminables, se dio a conocer en 2009 por un enfrentamiento legal con la agencia de modelos que la descubrió, que acusaba a otra agencia de robarle a su chica de oro. Su carrera desde entonces no ha hecho más que crecer y ha desfilado para los más grandes, desde Lanvin a Hermès, pasando por Valentino, Chistian Lacroix o Saint Laurent.
Su presencia no ha sido anunciada, pero podría asistir Cristina de Borbón
La dinastía de los Aga Khan, descendientes directos del profeta Mahoma, está a la cabeza de un reino sin país que componen más de 15 millones de musulmanes ismaelitas, una corriente del islam chií, repartidos en más de 25 países, pero con mayores concentraciones en India, Pakistán, Siria y Yemen. El título de Aga Khan fue otorgado por primera vez en la década de 1830 por el emperador de Persia al tatarabuelo del actual príncipe, cuando este se casó con la hija del emperador. Imán de los ismaelitas, es considerado como el líder espiritual y material de sus seguidores.
Karim Aga Kahn es el cuarto con este título, que heredó directamente de su abuelo sultán Mohammed Shah. Nacido en Ginebra, tiene pasaporte británico y recibió en 1957 el título de su alteza por parte de la reina Isabel II, “dada su sucesión en el imamato y su posición como líder espiritual de la comunidad ismaelita, muchos de cuyos miembros residen en los territorios de su majestad”. La revista Forbes estimó en 2008 su fortuna personal en 1.000 millones de dólares, unos 775 millones de euros, pero las estimaciones varían según la fuente. La justicia francesa la estimó recientemente en 10.000 millones de euros, de acuerdo con el diario Le Figaro. Reparte su tiempo entre sus posesiones de Aiglemont, cerca de Chantilly, en las afueras de París, donde tiene su criadero de caballos, la secretaría de su imanato y su mansión, y Ginebra, donde ha creado su gigante red filantrópica y empresarial, que emplea a 80.000 personas en 30 países.
En Ginebra, la Infanta trabajará directamente con la familia de Aga Khan
El rey Juan Carlos mantiene una estrecha relación con Aga Khan IV, compañero del exclusivo colegio internacional de Le Rosey, en Suiza, y por el que han pasado, entre otros, el príncipe Rainiero de Mónaco, Alberto II de Bélgica o Mohamed Reza Pahlevi, el último sah de Irán. En 1997, acompañado por la reina Sofía, asistió a la boda en el castillo de Chantilly de la hija mayor del príncipe, Zahra. Esta también contrajo matrimonio con un modelo, el británico Mark Boyden, con el que tuvo dos hijos y del que se divorció en 2005.
El enlace de hoy podría ser así el primer acto social para la infanta Cristina, recién aterrizada a orillas del lago Lemán, donde se ha refugiado con sus hijos y sin su marido, Iñaki Urdangarin, dada la amistad entre ambas familias. La infanta Cristina trabajará de hecho directamente con la familia de Aga Khan, dado que en Ginebra estará encargada de coordinar los proyectos de la fundación de La Caixa con las agencias de la ONU y de impulsar nuevos proyectos con el AKDN. A la boda podría asistir también la infanta Elena, quien acostumbraba a visitar a Aga Khan en su residencia de las afueras de París cuando vivía en la capital francesa.
La justicia francesa estima la fortuna del patriarca en 10.000 millones
Con este matrimonio, el heredero, hijo del primer matrimonio de su padre con la modelo Sarah Croker Poole, sigue también la peculiar tradición familiar de casarse con bellezas. El último en hacerlo fue de hecho su hermano pequeño, el príncipe Husein, de 39 años, quien se casó en 2006 con la modelo estadounidense Kristin White —convertida al islam y que lleva ahora el nombre de Khaliya— en una boda de cuento en un castillo en las afueras de París.
La boda familiar más conocida ha sido la de su abuelo Alí con la actriz Rita Hayworth, con quien estuvo casada de 1949 a 1953. Karim, divorciado de la madre de Rahim en 1995, contrajo nuevas nupcias con la alemana Gabriele Thyssen, conocida luego con el nombre de Inaara, con la que está en trámites de un divorcio multimillonario. Para acabar con un interminable proceso de ruptura y rebajar la factura del divorcio, el príncipe Karim apeló a finales de 2012 a los servicios jurídicos del expresidente francés Nicolas Sarkozy. El mismo Sarkozy era ya un conocido del monarca, dado que en 2008, tan solo un año después de llegar a la presidencia francesa, exoneró a Aga Khan IV de impuestos, invocando la “alta cortesía internacional”.
