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LA NUEVA VIDA DE LA TONADILLERA

La condena liberadora de Isabel Pantoja

El entorno de la tonadillera interpreta la sentencia, que la halla culpable de blanqueo pero rebaja la petición fiscal, como un "triunfo parcial" que pone fin a su "calvario" Ella vuelve a cantar el día 5

Isabel Pantoja, a su salida del juzgado de Málaga, el pasado martes.
Isabel Pantoja, a su salida del juzgado de Málaga, el pasado martes.JOSÉ ORTEGA (AFP)

Hay condenas que pueden resultar liberadoras. Isabel Pantoja ha sido sentenciada por la Audiencia Provincial de Málaga a dos años de prisión y a una multa de 1,14 millones de euros por un delito de blanqueo de capitales, un “golpe durísimo”, proclama su abogado, pero que ha puesto fin al “calvario” en el que ha vivido la cantante durante su paso por el banquillo y el tiempo de espera de la sentencia. “Estamos medianamente satisfechos, pero no contentos”, afirma José Ángel Galán, letrado que lleva asuntos de la cantante desde hace 21 años. “Cuando entramos en el juicio, esperábamos la absolución, y seguimos pensando que es inocente, pero hemos conseguido que se rebajara la petición fiscal —que era de tres años y medio— a 24 meses, y que la cuantía de la multa se reduzca en más de la mitad”. No ha sucedido lo mismo con el resto de los acusados. A Julián Muñoz, Maite Zaldívar y Jesús Zaldívar, el tribunal les ha impuesto sin apenas alteraciones las penas que solicitó el ministerio público.

 “Ha sido un triunfo parcial que es todo un alivio”, admite Graciela Otondo, socia de bufete de Galán, quien confía en que el éxito será más rotundo una vez se vea el recurso en el Tribunal Supremo. Al no superar la pena impuesta los dos años, carecer de antecedentes penales y haber cumplido con la responsabilidad civil que le impuso el juez, Isabel Pantoja reúne los requisitos para no tener que entrar en prisión, aunque la suspensión de la pena la tiene que decidir el juez, una vez el Supremo haga firme la sentencia.

“Lo importante es que ya se ha acabado la incertidumbre y hay un pronunciamiento. Isabel ya conoce su futuro procesal y puede reanudar su vida”, añade Galán.

Isabel Pantoja ha esperado angustiada su veredicto. La posibilidad de ir a la cárcel le aterrorizaba. Desde que terminó la vista oral, el pasado 29 de enero, permaneció recluida en la finca Cantora, acompañada de su madre, su hermano y, esporádicamente, otros familiares. Ha recibido visitas puntuales de sus amigos, muy preocupados por el deterioro físico que apreciaban en ella. Sin apenas comer, alimentándose incluso de batidos nutricionales. La tonadillera se ha quedado en una talla 36.

La acusación

La fiscalía acusó a Pantoja de ayudar a Julián Muñoz a introducir en el circuito legal 3,6 millones que había obtenido de sobornos. Este dinero llegó supuestamente a manos de Muñoz en las famosas “bolsas de basura” cuya existencia su exmujer desveló en televisión.

Durante el juicio —celebrado entre el 1 de octubre de 2012 y el 29 de enero de 2012 (empezó el 29 de junio de 2012, pero solo hubo una sesión y se aplazó a octubre)—, la cantante limitó al máximo sus actividades profesionales y solo dio un concierto en diciembre en Barcelona. En el banquillo de los acusados hubo ocasiones en las que no pudo contener las lágrimas, como cuando el 6 de noviembre supo por un mensaje de móvil que su nuera estaba de parto, aunque finalmente le dio tiempo de llegar a Sevilla después de la sesión judicial para asistir al nacimiento de su primer nieto, su mayor aliciente en estos días. “Ha tenido paralizado todo en su vida, porque era una situación muy comprometida”, cuenta Otondo. “Le hemos dicho muchas veces que saliera, incluso que actuara, pero decía que con qué cara iba a subirse a un escenario. Y entendíamos que no tuviera fuerzas para hacerlo”, remata Galán, que apostilla que “más duro que el procedimiento judicial ha sido el juicio mediático tan tremendo que ha soportado”.

El martes, nada más salir de la Ciudad de la Justicia de Málaga, donde fue insultada, acosada y tuvo que ser introducida en volandas en el coche, fue de nuevo directamente a Cantora, su refugio más seguro, donde al día siguiente recibió la visita de su nieto y de su ya exnuera, porque en esos angustiosos días de espera también sufrió el disgusto de la separación de Kiko y Jessica Bueno, con la que de momento mantiene una excelente relación. “Está mucho más tranquila y mejor conforme pasan los días”, aseveran los abogados. “Es el momento de tirar hacia delante”.

Y en eso está la tonadillera. El próximo 5 de mayo, en Benidorm, se vestirá de nuevo la bata de cola. Aunque su cita más relevante será el 21 de junio en Sevilla, adonde llega después de ocho años sin actuar en la que es su ciudad.

Parece que los problemas de dinero están resueltos. “Estamos sobrados para pagar la multa”, dicen sus abogados. “Una vez que se haga firme la sentencia, pagará de inmediato”. Pantoja tiene puestos a disposición del juzgado bienes por valor de 3,4 millones, que fue el montante en que se cifró la responsabilidad civil cuando se decretó la apertura de juicio. Es el valor de su casa de La Moraleja, en Madrid, y de una parte de Cantora. Además, siempre le queda la prensa del corazón. Durante el juicio declaró que cobraba hasta 350.000 euros por una exclusiva en ¡Hola! Nadie como ella para rentabilizar la tragedia.

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