El tigre y la tigresa Falcao

La estrella del Atlético y Lorelei Tarón no son la típica pareja del fútbol. Se conocieron en la iglesia y han vivido fuera de los focos. Ahora, a punto de ser padres, ella graba un disco con Carlos Jean y será imagen de una marca de cosméticos.

El ‘Tigre’ Falcao con su esposa, Lorelei Tarón, el pasado martes.europa press

No son David y Victoria Beckham. Ni Gerard Piqué y Shakira. No se los ve casi en la noche española; más bien les gusta rezar, Biblia en la mano, por las mañanas. Él es una estrella de la Liga, el Tigre del Atlético, el colombiano Radamel Falcao. Ella es cantante, aunque solo ahora está buscando la fama con su canción Hay una luz en ti, dedicada a su marido. Es la argentina Lorelei Tarón, la tigresa con la que Falcao, o Falca como lo llama ella, tendrá un bebé dentro de cuat...

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No son David y Victoria Beckham. Ni Gerard Piqué y Shakira. No se los ve casi en la noche española; más bien les gusta rezar, Biblia en la mano, por las mañanas. Él es una estrella de la Liga, el Tigre del Atlético, el colombiano Radamel Falcao. Ella es cantante, aunque solo ahora está buscando la fama con su canción Hay una luz en ti, dedicada a su marido. Es la argentina Lorelei Tarón, la tigresa con la que Falcao, o Falca como lo llama ella, tendrá un bebé dentro de cuatro meses. Serán tres alegres tigres.

 “Estoy muy feliz. Fue una noticia espectacular”, reconoce Lorelei, que está embarazada de cinco meses. “Estoy ansiosa”, añade la tigresa, que nació un 17 de junio de 1988 en Jardín América, un pueblo de la Selva Misionera, cerca del límite de Argentina con Paraguay. Rubia, nieta de inmigrantes alemanes y polacos, muy habituales en esa zona, de cuerpo infartante y voz inocente, Tarón se ha lanzado a la luz de los focos en España con la edición de su primera canción, en marzo pasado, y con su presentación, el próximo día 18, como imagen de la marca de cosméticos Skin79. A sus 24 años, Lorelei, desconocida en Argentina, pero famosa en Colombia por ser la mujer de la estrella de su selección, se había mantenido hasta ahora casi en las sombras, como fiel ama de casa, estudiante de música lírica y contemporánea y habitual en las gradas de los partidos del Atlético.

Consiguió mi número y me invitaba al cine. Me gustaba, pero me daba miedo porque era futbolista

Tarón vivió en Jardín América hasta los 10 años. A los cinco comenzó a relacionarse con la música en la Iglesia de Dios, un templo evangélico al que asistían sus padres y donde sus abuelos paternos habían sido pastores. “Mi padre toca el saxo y le encanta la música. Yo empecé canto y piano en la iglesia, donde me crié, donde había coro, se tocaban instrumentos y hacíamos obras de teatro”, cuenta Lorelei desde su mansión en La Finca, con el acento típico de la provincia argentina de Misiones, muy distinto del de Buenos Aires. A los 10 años se mudó con su familia a una ciudad cercana, Oberá, donde sus padres han instalado un negocio de ropa.

A los 17 años, Lorelei se marchó a Buenos Aires, donde ya vivía su hermano mayor, para prepararse durante un año para las pruebas de ingreso como cantante lírica en el prestigioso Teatro Colón y como estudiante del conservatorio de música del Instituto Universitario Nacional del Arte (IUNA). Buenos Aires para ella era “otro país, con gente fría”. El domingo anterior al examen en el Colón fue, como siempre, a la iglesia evangélica a la que asistía en la capital argentina y unos amigos en común le presentaron a Falcao, que a los 20 años —dos más que ella— ya brillaba en el River Plate. El futbolista colombiano siempre ha sido muy religioso. “Yo no sabía quién era. No tenía mucha idea de fútbol”, cuenta Tarón. “En el Colón tuve mucho miedo. No me eligieron, pero Dios me había preparado algo mucho mejor en la vida”, se consuela quien sí ingresó en el IUNA y al mismo tiempo comenzó a estudiar música contemporánea en otro centro. “Allí estudié hasta que me casé”. Sucedió a los 19 años.

Él es muy formal y fue a pedir a mis padres si podía salir conmigo

Falcao solía organizar salidas con los amigos de la iglesia solo para verla a ella, pero en las reuniones se sentaba en la otra punta de la mesa de donde se acomodaba Lorelei. “Yo lo veía como un amigo”, cuenta. “Hasta que un día consiguió mi número y me empezó a invitar al cine, a comer. Yo siempre le decía que no. Me gustaba, pero me daba miedo porque era futbolista”. Temía ella que Radamel fuera tan juerguista como muchos de sus colegas. En enero de 2007, en pleno verano austral, el atacante del River organizó un viaje sorpresa para visitar a Lorelei, que estaba de vacaciones en Oberá. Llamó al primo de la joven, quien la engañó para llevarla al aeropuerto de la capital de Misiones, Posadas. Allí bajó Falcao, corrió hasta ella y le preguntó: “¿Quieres ser mi novia?”. “Él es muy formal y fue a pedir a mis padres si podía salir conmigo. Ellos también son muy estructurados”, reconoce Tarón. Cada uno siguió viviendo en su apartamento en Buenos Aires: “Nada de vivir juntos, nunca”. Al poco tiempo anunciaron que se casaban ante la incredulidad de los padres de ella, que no los detuvieron. En diciembre de ese mismo 2007 se casaron en Buenos Aires.

Siempre con Falca, le encomendamos el día a Dios. Lo nuestro es vivircon los principios de Dios, en comunión con él

Al año de contraer matrimonio, Lorelei dejó la universidad. “Fue difícil, pero mi prioridad era mi marido, tenía mucho que aprender, esperarlo con la comida hecha, acompañarlo a la tarde si necesitaba algo, ir a la cancha a verlo”, relata la joven.

En 2009, el Tigre fue fichado por el Oporto. Lorelei siguió estudiando música en Portugal y grabó un disco con un productor de Argentina. “Cuando lo tuve en mis manos, no estuve muy conforme con mi trabajo. Era un lío hacerlo a la distancia con el productor. Tal vez no me entendió. Me desilusioné un poquito”, confiesa esta compositora de canciones pop que siempre hablan de amor, esperanza, fe y otros “mensajes positivos”. Aquel disco nunca se editó.

Cuando en 2011 Lorelei llegó a Madrid, se inscribió en un instituto de música cuyo nombre ya no recuerda y buscó un productor que comprendiera mejor el “sonido, el estilo y la calidad” que ella pretendía para su debut. Así encontró a Carlos Jean, que ha formado dúo con Najwa Nimri y ha producido discos de Fangoria, y ahora también el single de Lorelei. “La idea es hacer un CD completo”, reconoce ella, que en mayo acabará un curso de un año y medio de diseño de moda en la Academia del Lusso. “Con la moda busqué algo que me despejara de la música. Dicen que soy creativa, pero es un hobby. Mi prioridad es la música”.

Mi prioridad era mi marido,esperarlo con la comida hecha, acompañarlo a la tarde si necesitaba algo, ir a la cancha a verlo...

Además de su contrato con Skin79, también ha lucido este año los vestidos de boda de Rosa Clará. “No es algo que busqué. Me invitan y voy encantada”, dice de su también nueva faceta de modelo. Hasta ahora ella y Falcao habían mantenido un perfil bajo. “No nos gusta salir mucho. Él trabaja demasiado. Nos gusta estar juntos en casa, descansar de la gente”, cuenta, pero admite que a veces salen al cine o a cenar a Ten Con Ten o Di María. Por la mañana, en cambio, desayunan con mate y Biblia. “Siempre con Falca, le encomendamos el día a Dios. Es un estilo de vida. Decir religión parece algo obligado, pero lo nuestro es vivir de acuerdo con los principios de Dios, en comunión con él”.

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