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Dos años y nueve meses de cárcel para el neonazi Varela

La juez ordena el decomiso de los libros hasta que haya sentencia firme

Un año y tres meses de cárcel por un delito de difusión de ideas genocidas y otro año y medio de cárcel por atentar contra los derechos fundamentales y las libertades públicas garantizados por la Constitución. Ésas son las penas que ha impuesto el Juzgado de lo Penal 11 de Barcelona al propietario de la librería Europa, Pedro Varela, que ya había sido condenado anteriormente por hechos similares.

En esta ocasión, sin embargo, la juez Estela Pérez Franco, ordena en la sentencia el decomiso de todos los libros empleados para cometer esos delitos y de todos los objetos relacionados con ese comportamiento delictivo: el busto de Hitler, la esvástica de hierro que había en la Librería y los cascos militares, así como carteles nazis intervenidos en la operación policial que dio origen al proceso. La sentencia puede ser recurrida ante la Audiencia de Barcelona, pero la juez acuerda que, cuando sea firme, se destruyan todos esos objetos. El resto de enseres personales intervenidos por los Mossos d'Esquadra en la operación policial le serán devueltos.

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Varela se presentó en el juicio celebrado el pasado mes de enero como lo ha hecho siempre, como un siempre librero. Sin embargo, la sentencia considera que las obras que comercializaba recomiendan la segregación racial y suponen "un menosprecio al pueblo judío y otras minorías". Se trata de libros "unidireccionales en cuanto a su contenido, con una absoluta falta de pluralidad" y "dirigidos hacia una única línea de pensamiento", dice la juez, que actuó como sustituta.

En otro fragmento de la sentencia se asegura que los libros neonazis que vendía la librería que regentaba Varela "hace responsable de los males del mundo al pueblo judío, donde se dice que las personas de raza negra son inferiores, que la mejor forma de respetar las razas es la segregación, que el mestizaje traerá la desaparición de la civilización, tal como ocurrió en Roma y en Grecia, que las mujeres no deben tener los mismos derechos que los hombres".

Varela fue el primer ciudadano al que la justicia condenó en España por estos hechos, tras la reforma del Código Penal de 1996. El juez Santiago Vidal le impuso en su día penas que sumaban cinco años de cárcel, el máximo que permitía la ley por esos delitos. Sin embargo, Varela agotó todos los recursos posibles hasta llegar al Tribunal Constitucional, que redujo la condena a siete meses de prisión y declaró que la negación del genocidio no era delito.

En este segundo juicio, el fiscal especial contra la discriminación Miguel Ángel Aguilar, solicitó para Varela penas que sumaban cuatro años de cárcel.

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