Una superviviente del accidente de Barajas se queja de la tardanza en el rescate
El juez toma declaración a tres heridos en el siniestro.- "Mi sorpresa fue que el piloto despegó, hubo presión de la compañía para salir", afirma uno de ellos
"Es tremendo lo que tardaron en venir a rescatarnos. Calculo que fueron más de 40 minutos. Estoy viva porque estaba consciente y avisé con una mano a los médicos". María Loreto Mercedes, una de los 18 supervivientes del accidente del avión de Spanair el pasado 20 de agosto, se ha quejado ante el juez de la tardanza de los servicios de emergencia en auxiliarles.
Más de tres meses y medio después del siniestro de Barajas, en el que murieron 154 personas, el juez Javier Pérez ha comenzado hoy a tomar declaración a tres heridos. José Alonso, de 47 años, quien perdió a su esposa y a una hija ha llegado a la sede judicial acompañado de otra hija, quien todavía está en silla de ruedas. "No quiero hablar. Bastante tengo con ver a mi hija en silla de ruedas", ha indicado a los medios poco antes de comparecer ante el instructor.
Críticas al diseño de la pista
Loreto ha criticado también el diseño de la pista 36L de la Terminal 4 por estar al lado de "una vaguada, un río y una zona arbolada" y que los controladores de la Torre no se percatasen del impacto cuando el avión estaba en la cabecera de la pista.
"Tuve la percepción de que el avión no iba bien. Se abortó un primer despegue y se cargó de combustible el avión. En el segundo despegue, algo no iba bien y pensé que se abortaría. Mi sorpresa fue que salió. A los segundos viramos y chocamos", ha explicado. La mujer, de 57 años, sufrió fracturas en las rodillas, en las piernas, en el rostro y en los tobillos.
Por otra parte, el magistrado ha constituido la comisión que estudiará las causas del siniestro. Para evitar filtraciones, el juez decidió crear otro órgano pericial independiente a la Comisión de Investigación de Aviación Civil, del Ministerio de Fomento, para analizarlas las causas del accidente.
El último en ofrecer su testimonio ha sido Rafael Vidal Rodríguez, de 31 años, quien todavía necesita unas muletas para andar. "Esto es bastante desagradable para que me hagáis hablar", ha dicho a los periodistas a su llegada. Pero sí ha querido aclarar que cuando salió del hospital tuvo conocimiento de algunas "barbaridades" que habían publicado los medios. "No hubo ninguna explosión", ha aseverado.
