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Los padres de Sandra recurren a Estrasburgo

Llevan el caso de su hija, brutalmente asesinada en mayo de 2003, y piden una rebaja de la edad penal

Los padres de Sandra Palo, la joven asesinada, violada y quemada viva en mayo de 2003 por tres menores y un mayor de edad, han viajado hoy a Estrasburgo para presentar su caso ante el Parlamento Europeo y pedir la rebaja de la edad penal y el endurecimiento de las penas para los menores culpables de delitos muy graves.

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No todo vale con los niños

María del Mar Bermúdez y Francisco Palo se entrevistarán mañana martes, junto al vicepresidente segundo y consejero de Justicia y Administraciones Públicas de la Comunidad de Madrid, Alfredo Prada, con el presidente de la Comisión de Peticiones del Parlamento Europeo, Marcin Libicki. La jornada de hoy la han dedicado a preparar esta entrevista, para la que cuentan también con el asesoramiento de su abogado, José María Garzón.

Bermúdez pide la reforma de la Ley del Menor porque "a quien mata como adulto hay que juzgarle como adulto" y reivindica que "se eleven las penas a los menores que cometan delitos de sangre y con 18 años pasen a la cárcel". A su juicio, las penas que se imponen hoy "son irrisoria, y si se elevan, creemos que más de un menor se lo pensaría".

"Mucha rabia acumulada"

Hace año y medio, Bermúdez anunció que proyectaba "ir hasta el Tribunal de Estrasburgo" para seguir adelante con esta causa, precisamente el día en que uno de los tres menores condenados por el asesinato de Sandra Palo, conocido como Rafita, abandonó el centro de menores de Renasco (Carabanchel) tras cumplir cuatro años de internamiento. A las puertas del centro, al que acudió para "decirle todo" lo que tenía dentro, porque tenía "mucha rabia acumulada", Bermúdez tuvo que ser asistida de un desmayo y un ataque de nervios al conocer que Rafita había salido antes de la llegada de la madre.

Rafita, que en la fecha del asesinato de Sandra tenía 14 años, cumple actualmente los tres años de condena en régimen de libertad vigilada que aún tiene pendientes fuera de la Comunidad de Madrid. Los otros dos menores que participaron en el crimen -J.R.M., conocido como Ramoncín, y R.S.G., conocido como Ramón- fueron condenados a penas de ocho años de internamiento en un centro especial y entre cinco años en libertad vigilada.

Francisco Javier Astorga, El Malaguita, único mayor de edad acusado por estos hechos, fue condenado a 64 años de cárcel y a pagar una indemnización de 480.809,68 euros a los padres de Sandra. El cadáver de Sandra, que tenía 22 años y padecía una minusvalía psíquica que limitaba mucho su capacidad de defenderse, ya que su edad mental era de 12 años, fue hallado por un camionero el 17 de mayo de 2003 quemado en una cuneta de la carretera de Toledo (M-401), en el municipio madrileño de Leganés, junto a una empresa de rótulos.

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