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Reportaje:

Ames y Hanssen, los dos casos más emblemáticos de agentes dobles

Los estadounidenses fueron condenados a cadena perpetua en 1994 y 2002 por trabajar para el KGB soviético y el FSB ruso

Los ex agentes estadounidenses Aldrich Ames (CIA) y Robert Hanssen (FBI), condenados a cadena perpetua en 1994 y 2002, respectivamente, por revelar información a Rusia, eran hasta ahora los dos agentes dobles más famosos. Los casos que protagonizaron han quedado "acuñados en la Historia como los más emblemáticos", en palabras del director del Centro Nacional de Inteligencia, Alberto Saiz, y son incluso objeto de estudio en las escuelas de contrainteligencia. A ellos se une desde hoy el español Roberto Flórez García, que también trabajó para Moscú, en este caso desde el seno del CNI.

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Aldrich Ames, quien estuvo 30 años en el Servicio Central de Información (CIA), fue acusado de haber espiado para el antiguo servicio de información soviético, KGB, y luego para el de Rusia, FSB, desde 1985. También se le culpó de revelar al menos una docena de nombres de agentes estadounidenses y británicos infiltrados en los servicios de espionaje enemigos, diez de los cuales fueron ajusticiados.

Ames llegó a un acuerdo con las autoridades de EE UU para salvar a su esposa, la colombiana María Rosario Casas, condenada a cinco años de cárcel, a cambio de ser sentenciado a cadena perpetua. Este caso provocó una profunda investigación de la CIA y del FBI para detectar la existencia de otros posibles topos y la reinstauración de la pena de muerte para delitos de espionaje, aunque no se ha llegado a ejecutar a ningún espía desde entonces. Los últimos agentes ajusticiados fueron el matrimonio Julius y Ethel Rosenberg, en 1953, condenados por vender secretos sobre la bomba atómica a la Unión Soviética.

El caso de Robert Hanssen, ex agente de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI), se destapó en febrero de 2001, cuando fue encarcelado acusado de trabajar durante 20 años para el KGB soviético y para su sucesor ruso, el FSB. Fue detenido después de dejar un paquete con documentos secretos en un parque cercano a su casa para que lo recogiera su contacto ruso.

Hanssen, que actuaba con el seudónimo de Ramón, fue condenado a cadena perpetua en mayo de 2002, cuando tenía 58 años, sin derecho a obtener perdón. Entre otros cargos, se le imputó la delación al KGB de tres rusos que trabajaban para Estados Unidos, dos de los cuales fueron ejecutados.

Primer caso en los servicios secretos españoles

El caso de Flórez, al que se le imputa haber vendido información entre diciembre de 2001 y febrero de 2004, en la etapa del PP, es único en la historia de los servicios secretos españoles, tanto del Centro Superior de Información de la Defensa (CESID), creado en 1977, como del CNI, su sucesor a partir de 2002.

Al ser preguntado por el caso Perote, en referencia al ex jefe de operaciones del CESID Juan Alberto Perote, condenado en 1997 por un delito de revelación de secretos relativos a la seguridad nacional, Saiz ha afirmado que "no son comparables" y ha añadido que se trata de "dos situaciones totalmente diferentes". A Perote se le sentenció a siete años de cárcel por apropiación de documentos del servicio de inteligencia cuando dejó el CESID en 1991. Entre estos escritos, estaban los referidos a la guerra sucia contra ETA. También se le involucró en el caso de las escuchas ilegales a destacadas personalidades, que costó el cargo al entonces jefe de los servicios secretos, Alonso Manglano, y al vicepresidente del Gobierno Narcís Serra.

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