El regalo de jubilación de la prestigiosa profesora Mary Beard: una beca para que dos alumnos estudien clásicas en Cambridge

La ayuda de la historiadora británica, de más de 90.000 euros para los cuatro años de grado, irá destinada a estudiantes con pocos recursos económicos y de etnias minoritarias

Mary Beard en una escena del documental de la BBC 'El desnudo en el arte'.movistar+

Mary Beard (Much Wenlock, Reino Unido, 1955) es consciente de todo lo que ha ganado con su estudio de la historia. “Nadie de mi familia tenía un título universitario, ha sido mi sustento, me ha dado la oportunidad de hacer múltiples proyectos y ha pagado mi hipoteca durante 40 años”, bromea. En muestra de su agradecimiento, la reconocida profesora de clásicas de la Universidad de Cambridge ―en 2...

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Mary Beard (Much Wenlock, Reino Unido, 1955) es consciente de todo lo que ha ganado con su estudio de la historia. “Nadie de mi familia tenía un título universitario, ha sido mi sustento, me ha dado la oportunidad de hacer múltiples proyectos y ha pagado mi hipoteca durante 40 años”, bromea. En muestra de su agradecimiento, la reconocida profesora de clásicas de la Universidad de Cambridge ―en 2016 ganó el Premio Princesa de Asturias a las Ciencias Sociales― creará una beca de 80.000 libras (casi 93.000 euros) como regalo por su jubilación para sufragar los gastos de residencia y manutención durante los cuatro años de grado de dos alumnos de clásicas de este campus británico.

La intención de Beard, una de las investigadoras que más han acercado el mundo romano a la sociedad contemporánea a través de libros como SPQR y de series televisivas como Meet the romans, Caligula o Pompeya (disponibles en plataformas como YouTube o Filmin), que tras más de 40 años dedicada a la docencia y la investigación en Cambridge se jubilará a finales de 2022, es ampliar la diversidad de los estudiantes de c, ya que, según sus propias palabras, la facultad continúa siendo “demasiado blanca”.

En los últimos años, el departamento de estudios clásicos de Cambridge ha lanzado iniciativas para mejorar esa diversidad como un año preliminar al grado para los candidatos con pocos o nulos conocimientos de latín. “Hemos hecho un gran esfuerzo promoviendo la idea de que no es necesario saber latín y griego antes de venir al campus, lo puedes aprender aquí, y estos grados no son solo para pijos que han podido estudiarlo durante décadas”, explica Beard en la web de Cambridge.

Como en la mayoría de universidades públicas en el Reino Unido, en Cambridge, la segunda más antigua por detrás de Oxford fundada en 1209 y de la que han salido 92 premios Nobel, el coste de la matrícula es de 9.250 libras al año (unos 10.700 euros), a las que se suman otras 10.000 (11.600 euros) para cubrir los costes del college ―todos los estudiantes están obligados a residir en uno― y la manutención. La ayuda de Beard, que los estudiantes podrán solicitar para el próximo curso que comienza en octubre, cubrirá los costes de vida, las 10.000 libras al año, durante los cuatro años de grado de los dos alumnos, a los que se requerirá que justifiquen que proceden de una familia con pocos recursos económicos y que pertenecen a un grupo étnico minoritario. Normalmente la propia universidad suele ofrecer ayudas a los estudiantes más desfavorecidos para cubrir el coste de la matrícula.

El Rey Felipe entrega a la historiadora Mary Beard (i) el Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales 2016.VINCENT WEST (REUTERS)

“Hay muchas fórmulas de estudiar y disfrutar el mundo clásico y el pasado sin dominar el latín, pero para acceder a un grado de esta especialidad, tener nociones básicas de latín y griego es enriquecedor y te permite entender el pasado de una forma más sofisticada”, señala Beard en declaraciones este periódico.

Beard, una celebridad global por su defensa del papel silenciado de la mujer en la historia en libros como Mujeres y Poder, por sus documentales en la cadena británica BBC o por su presencia en las redes sociales ―tiene casi 300.000 seguidores en Twitter―, ha declinado poner su nombre a la beca para concederle ese honor a uno de sus antiguos profesores en la facultad, Joyce Reynolds, que a sus 102 años “se mantiene muy fuerte”. “Lo he hecho para reconocer el gran trabajo que ha hecho durante años para promover las oportunidades de las mujeres en Cambridge… cuando yo estudiaba en 1970, solo el 12% de los estudiantes éramos mujeres”, asegura Beard.

Para esta experta en la Roma clásica, las salidas profesionales de los jóvenes en este campo no tienen que ser un freno para las nuevas generaciones. “Los estudios clásicos dan a los alumnos flexibilidad intelectual, promueven habilidades como elocuencia a la hora de exponer y fluidez en la escritura, así como la capacidad de analizar con precisión”, expone, todas ellas “muy valoradas por las empresas”. “Nuestros estudiantes en Cambridge tienen buenas tasas de empleo”, añade.

Además, defiende que estudiar el pasado es importante: “No creo que el pasado tenga lecciones simples que enseñarnos, no vamos a encontrar respuestas específicas para nuestros problemas, pero nos ayuda a pensar de un modo diferentes sobre nuestras propias vidas y a mirar de otra forma nuestras creencias. Ayuda a ampliar miras y refleja cómo en otros tiempos y culturas han encarado algunos de los problemas que afrontamos ahora, como plagas o pandemias”. Ese es otro de los puntos fuertes de Beard, su capacidad para demostrar que muchos de los dilemas a los que nos enfrentamos ahora ya estaban sobre la mesa en la Roma clásica, hace 2.000 años.

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