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El índice de las hipotecas frena las caídas y se instala en su suelo

El euríbor cierra febrero en el -0,501, un nivel ligeramente superior al que alcanzó en enero, pero sigue abaratando los préstamos hipotecarios

Un edificio en construcción.
Un edificio en construcción. EFE

Tras ocho meses de caídas ininterrumpidas y seis mínimos históricos consecutivos, el índice al que se referencia la práctica totalidad de las hipotecas variables en España echa el freno y se instala en lo que algunos expertos consideran su suelo natural. El euríbor, que este mes cumple su quinto año en terreno negativo, cierra su media de febrero en -0,501, un nivel ligeramente superior al que alcanzó en enero, cuando bajó hasta -0,505. Los préstamos antiguos que se tengan que revisar ahora se abaratan y las previsiones dibujan un escenario parecido para los próximos meses.

De momento, puesto que hace un año el índice se encontraba en -0,288, es decir, más de dos décimas de punto por encima de su nivel actual, la revisión de un préstamo de 150.000 euros a 30 años hará que el hipotecado ahorre 13,31 euros al mes, lo que equivale a 159,72 euros al año, ya que su cuota mensual pasará de los 462,52 euros que pagaba hasta ahora a los 449,21 euros actuales, según los cálculos del comparador bancario iAhorro.

En este escenario, el mercado hipotecario —que el año pasado ha resistido la embestida de la Covid-19, con una caída del capital prestado de apenas el 0,8%— ha registrado “pocos cambios en los precios de los productos que oferta y todos a la baja”, señala el director de Hipotecas de iAhorro, Simone Colombelli. Aun así, la crisis económica derivada de la pandemia del coronavirus ha hecho que los bancos se vuelvan más estrictos con algunos clientes y, en cambio, adulen a los que tienen mejores perfiles para poder captarlos.

En el primer caso, Colombelli considera que “aquellos que estén especialmente relacionados con los sectores en los que más impacto ha tenido la emergencia sanitaria tendrán mayores dificultades para conseguir un préstamo. Un director de hotel, por ejemplo, que antes era un perfil que gustaba mucho, va a tener muy complicado acceder a una hipoteca que cubra el 90% del precio de la vivienda”. Estos porcentajes tan altos de financiación se están reservando para otro tipo de clientes, como “el funcionario de toda la vida”, en sus palabras. Estos perfiles lo tendrán más fácil también a la hora de negociar el tipo de interés (variable, fijo o mixto) y las bonificaciones asociadas a la hipoteca.

Mercado estable

De todas formas, para que los bancos empiecen a subir los precios de estos productos, “necesitaríamos ver al euríbor en escalada por lo menos durante un semestre y en niveles próximos al 0%”, asegura Colombelli. Algo que está muy lejos de producirse. Por un lado, es cierto que sería muy difícil ver el euríbor desplomarse más allá del suelo en el que se encuentra, excepto en momentos muy puntuales. Ello es así porque el euríbor es el tipo de interés al que se prestan dinero entre ellas las entidades europeas que forman parte del panel del gestor del índice. No tendría sentido que lo hicieran a un precio superior al que les cobra el Banco Central Europeo (BCE) por guardar el exceso de liquidez en sus arcas, es decir, ese 0,50%, ya que las garantías ofrecidas por el supervisor son superiores a las que puede ofrecer cualquier otra entidad.

Por el otro lado, sin embargo, no se vislumbran todavía las condiciones que podrían impulsar el euríbor hacia el nivel cero. Tres son los factores a tener en cuenta, en opinión del analista del bróker financiero XTB Joaquín Robles. En primer lugar, una posible subida de los tipos de interés, lo que está “totalmente descartado”, afirma, puesto que el BCE no tiene ninguna intención de hacerlo hasta 2023, por lo menos. En segundo lugar, el euríbor podría subir por un hipotético tensionamiento del mercado interbancario. Algo que Robles estima improbable, “porque el BCE ya ha dicho que va a continuar con las inyecciones de liquidez hasta junio de 2022”.

Quedaría “una excelente mejora de las perspectivas económicas que haga pensar a los inversores que los bancos centrales pueden endurecer su política monetaria, algo que también vaya de la mano del aumento del crédito gracias a las inyecciones de liquidez” ya mencionadas, añade. En cuanto a esta posibilidad, “la vemos poco probable”, zanja Robles. Bien es verdad que el mercado ya descuenta la recuperación que se atisba gracias a los planes de vacunación, “pero de ahí a que se produzca en la economía real algo que pueda obligar a los bancos centrales a endurecer su política monetaria, es muy complicado”, apunta este analista.

Por todo ello, Robles se dice convencido de que, en ausencia de novedades importantes, el euríbor no se moverá por encima del -0,40 hasta finales de año.

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