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Los precios del CO₂ y el gas disparan la factura de la luz en mayo

El incremento es casi del 44% respecto al de hace un año, cuando se produjo una fuerte caída por las restricciones por el estado de alarma

Tendido eléctrico a las afueras de Sevilla.
Tendido eléctrico a las afueras de Sevilla.PACO PUENTES

El recibo medio de electricidad ha repuntado en mayo un 0,8% con respecto a abril y se ha disparado un 43,8% frente al mismo mes del año pasado, manteniendo así su tendencia alcista de los últimos meses. Esta subida se debe, principalmente, a unos precios de derechos de emisión de CO₂ que han tocado en mayo nuevos niveles récord, así como a un encarecimiento en el precio del gas. A su vez, este aumento repercute en el precio medio del mercado mayorista de electricidad, el conocido como pool, que ha cerrado el mes casi en los 67 euros por megavatio/hora (MWh), su nivel más alto desde septiembre de 2018, cuando superó los 71 euros por MWh. Para este lunes el precio de la luz se sitúa en una media por encima de los 88 euros por MWh, niveles que no se veían desde el pasado enero en plena ola de frío por Filomena, con picos en sus horas puntas por encima de los 93 euros por MWh.

El precio de mayo es casi un 44% superior al del mismo mes del año pasado, en el que la incidencia de las restricciones por el estado de alarma no permiten una comparativa rigurosa. En lo que va de 2021, el recibo de la luz asciende a unos 341,8 euros para un consumidor medio, lo que supone casi un 22% más que en los cinco primeros meses del año pasado. El pasado jueves, por ejemplo, el conjunto de generación eólica más solar apenas llegó a satisfacer el 16% de la demanda, cuando el 16 del mismo mes había llegado al 71%. Según el mercado de futuro, el precio medio para este año sería de 68 euros MWh, que es el más alto de la historia y un 46% más que la media de la década anterior, según destaca un análisis del Servicio de Estudios de Repsol. Esos 68 euros son prácticamente el doble que el año pasado, pero superan en torno al 40% el precio medio de 2019.

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Este fuerte incremento se produce en vísperas de la entrada en vigor este martes del nuevo esquema que incentivará un consumo más eficiente, de manera que el importe del recibo final dependa más de cuándo que de cuánto se consume. En concreto, la factura media para un consumidor doméstico asciende en el mes de mayo a 75,92 euros, frente a los 75,32 euros de abril, según datos de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).

Para hacer un cálculo homogéneo se ha incluido en abril el último día de marzo, ya que mayo cuenta con 31 días. De este importe del recibo en mayo, 14,88 euros corresponden al término fijo; 44,81 euros al consumo; 3,05 euros al impuesto de electricidad, y 13,18 euros al IVA. Este recibo de la luz corresponde a un consumidor medio con una potencia contratada de 4,4 kilovatios (kW) y una demanda anual de 3.900 kilovatios/hora (kWh), propia de una familia con dos hijos.

El precio mayorista de la electricidad tiene un peso cercano al 35% sobre el recibo final, mientras que alrededor del 40% corresponde a los peajes y cerca del 25% restante al IVA y al impuesto de electricidad. El mercado mayorista funciona de forma marginalista, de modo que las tecnologías entran por orden de coste y la última de ellas en participar, la más cara, marca el precio para el conjunto. Mientras, están exentos de las oscilaciones en el precio diario los consumidores que están en el mercado libre, ya que cuentan con un precio pactado con su compañía.

Evitar subidas desorbitadas

Al respecto, UGT ha reclamado este lunes medidas para evitar subidas “desorbitadas” de precios en aquellos productos y servicios con mayor peso en la cesta de la compra de los hogares, entre ellos la energía. El sindicato ha señalado que el comportamiento alcista de los precios en mayo se debe a los productos energéticos y a los combustibles, afectados por el “desplome histórico” que sufrieron durante buena parte de 2020 por la aplicación de medidas para controlar la pandemia. Para el sindicato, esta escalada de precios de los productos energéticos tiene un “impacto distributivo desigual”, pues es un bien básico cuya proporción en el gasto total de una familia es mayor en aquellos hogares con menor poder adquisitivo.

Con el fin de contener este efecto en el recibo de la luz por el impacto del precio de las emisiones de CO₂, que se ha instalado por encima de los 50 euros por tonelada, el Gobierno tiene previsto aprobar un anteproyecto de ley para atajar la retribución que percibe en el mercado mayorista la generación de energía mediante plantas hidráulicas y nucleares. Con ello, se abrirá paso a la reforma del mercado eléctrico con la eliminación de los conocidos beneficios caídos del cielo para estas tecnologías del mix energético que estaba incluido en el pacto de coalición entre PSOE y Unidas Podemos.

Con este anteproyecto normativo, las eléctricas tendrán que repercutir en su coste de producción los derechos de emisión del CO₂ para estas dos modalidades de generación, por lo que se les descontará del precio del mercado mayorista. De esta forma, su situación será análoga a las condiciones que ya tienen las plantas gasísticas. La previsión es que, en función de los precios actuales por la emisión de CO₂ de unos 50 euros por tonelada, dicha minoración (en caso de ser total) tendría un impacto de al menos 1.000 millones, que a su vez supondría un abaratamiento de la factura del 4% o 5%. No obstante, y en un escenario de un coste de 100 euros por tonelada de CO₂, se alcanzarían los 2.100 millones aunque esos niveles se consideran improbables.

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