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Las empresas fían la salida de la crisis a la vacunación y las reformas

El tercer evento del ciclo ‘Europa Futura’ discute cómo va a ser el continente tras la pandemia

Carolina Darias, ministra de Sanidad, con Javier Moreno, director de EL PAÍS, durante el foro Europa Futura, este lunes. En vídeo, Darias ha reconocido este lunes que la relajación de medidas para salvar la Navidad no fue la decisión “más adecuada”. Vídeo: SANTI BURGOS / EUROPA PRESS
Thiago Ferrer Morini

Mal que bien, la primavera ha traído consigo la esperanza de que la pandemia de covid-19 puede estar llegando a su fin en Europa (aunque no se sepa muy bien cuándo). Cuando pase, quedarán las consecuencias: en especial, una brutal recesión económica, la peor desde la Guerra Civil de 1936-39. El Gobierno pone sus expectativas en los fondos de la recuperación europea, 140.000 millones hasta 2026 de los que casi 30.000 millones están incluidos ya en los Presupuestos Generales del Estado.

Pero para los empresarios presentes en el evento de este lunes del ciclo Europa Futura de este lunes, organizado por EY y EL PAÍS –y que ha tenido como tema precisamente el continente que nos espera tras la pandemia–, para garantizar la recuperación no basta con las expectativas puestas en el maná comunitario. “Me gustaría decir que voy a creer que la recuperación va a ser rápida, pero la profundidad del daño económico y el avance de las vacunas la va a retrasar”, ha señalado el consejero delegado de Endesa, José D. Bogas. “Estamos esperanzados, pero obras son amores”, ha apuntado Javier Sánchez-Prieto, presidente de Iberia. Primero, es necesario un éxito rotundo del programa europeo de vacunación, que ya muestra cierto atraso con respecto a países como Estados Unidos o Reino Unido; y, segundo, hace falta poner en marcha las reformas estructurales que son condición indispensable para que Bruselas siga aportando el dinero.

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Sin vacunación no hay recuperación: eso queda clarísimo. “Todo el mundo entendía que la salud es lo primero individualmente, a nivel micro”, ha señalado el presidente de la farmacéutica Janssen para España y Portugal, Luis Díaz-Rubio. “Lo más único de esta crisis es que hemos visto de forma colectiva, de forma macro, el impacto que tiene no solo social y humano, sino también económico”. “La vacunación ha de ser la primera y más absoluta de las prioridades ahora mismo”, ha afirmado el presidente de EY España, Federico Linares. Y no solo basta con poner las piezas y esperar a que los procesos sigan su curso. “Si queremos tener la inmunidad en el verano, tendríamos que vacunar al ritmo de 500.000 dosis diarias, incluyendo los fines de semana. Aun teniendo el mejor plan de distribución posible, hay que asegurarse de que vaya a pasar y que estén claras las responsabilidades de unos y otros”.

El objetivo declarado de los fondos europeos no es solo la recuperación, sino impulsar un círculo virtuoso de modernización, digitalización y reducción del impacto ambiental. Y, para ello, no basta con poner dinero: hacen falta reformas. “Junto con las inversiones que necesitamos, son esenciales”, ha incidido Linares. “Como la del mercado laboral, de la sostenibilidad del sistema de pensiones, garantías de unidad del mercado, corrección de disparidades educativas entre comunidades autónomas... todas ellas tendrían un impacto que, según algunos estudios, podría ser de cinco o seis veces superior al de los fondos europeos por si solos”. Pero tampoco hay que permitir, como ha alertado el presidente de Iberia, que los cantos de sirena del cambio de modelos productivo no hagan dejar atrás a sectores que, como el turismo, “han ayudado a tirar de este país, como se demostró en [la crisis de] 2008”.

Pero no solo es necesario que las administraciones pongan de su parte. “Los fondos europeos están sujetos a que hagamos todos los deberes”, ha apuntado Teresa Martín-Retortillo, presidenta ejecutiva de IE Exponential Learning de IE University”. “En España no hemos sido capaces de absorber los fondos europeos por falta de proyectos. No es una cuestión de fondos, sino de pensar qué tenemos que hacer”. “Cuando tengo oportunidad de hablar con gente en el mundo empresarial, veo que existe una comunión entre la posibilidad de hacer algo bueno para este país”, ha indicado Sánchez-Prieto. “Si somos capaces de hacerlo de forma eficiente y cometiendo pocos errores, podemos cambiar este país para los próximos 15 o 20 años”.

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