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Iberdrola duplica a 150.000 millones su plan de inversión y lo amplía hasta 2030

El grupo energético obtuvo un beneficio neto de 3.611 millones en 2020, un 4,2% más que el año anterior

Miguel Ángel Noceda
Ignacio Sánchez Galán, presidente de Iberdrola.
Ignacio Sánchez Galán, presidente de Iberdrola.

Iberdrola ha decidido apretar el acelerador de la inversión para duplicar su tamaño y su beneficio al final de esta década. La compañía energética ampliará el plan inversor actual de 75.000 millones hasta 2025 para alcanzar los 150.000 millones de aquí a 2030. De esta forma, espera alcanzar una potencia instalada de 95 GW al final de la década, el triple de la actual, y prevé llegar a 60 GW en 2025. Asimismo, contará al final del periodo con una base de activos regulados de 60.000 millones (47.000 millones en 2025). Al cierre de 2020, el valor de estos activos ascendía a 31.100 millones y en 2021 crecerá hasta los 36.000 millones (un 16% más) con las aportaciones de las operaciones en fase de integración (PNM Resources, en Estados Unidos, y la distribuidora CEB-D, en Brasil).

El año pasado, la empresa aceleró sus inversiones para dar respuesta a los retos de la transición energética hasta alcanzar un récord de 9.246 millones, un 13% superiores a las del ejercicio anterior. El 91% de este volumen se destinó al desarrollo de proyectos renovables y redes eléctricas.

El esfuerzo inversor y la evolución operativa impulsaron el beneficio neto del ejercicio hasta los 3.610,7 millones, un 4,2% más. El crecimiento habría sido del 10% si se excluye el impacto de la covid-19, que fue de 238 millones durante el ejercicio. Las inversiones previstas y la evolución de los negocios a 2030 permitirían a Iberdrola alcanzar un beneficio neto de 5.000 millones de euros a 2025 y de alrededor de 7.000 millones a 2030. En 2021, la compañía estima alcanzar un beneficio neto de entre 3.700 y 3.800 millones.

El crecimiento en los resultados permite a Iberdrola proponer una retribución al accionista con cargo a 2020 de 0,42 euros por acción, un 5% más que en 2019. El consejo de administración propondrá a la junta de accionistas la aprobación de un reparto de dividendo complementario, de 0,252 euros, que se sumarán a los 0,168 euros abonados en concepto de dividendo a cuenta. Para 2021, prevé la distribución de un dividendo de 0,44 euros, que aumentará a 0,56 euros por acción en 2025 y a alrededor de 0,75 euros por título en 2030. Esta política de dividendo representa un incremento de la remuneración al accionista del 40% en el período 2019-2025 y de aproximadamente el 90% entre 2019-2030.

El beneficio bruto de explotación (ebitda) fue de de 10.715 millones (un 8% más), si se excluye el impacto de 218 millones de la covid-19 y el efecto del tipo de cambio, que ha sido de 487 millones. Por negocios, el 75% del importe total procede de áreas reguladas (redes) y renovables, mientras que, por geografías, un 76% proviene de países con rating A. La eólica marina aporta 585 millones en este capítulo, tras crecer un 72%.

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Durante el ejercicio, la compañía que preside Ignacio Sánchez Galán instaló 4.000 nuevos megavatios (MW), casi 3.000 MW de ellos de energías renovables, y alcanzó los 35.000 MW de capacidad instalada renovable. Como consecuencia, las emisiones de Iberdrola se han reducido un 11% en 2020, hasta situarse en 98 gramos de CO2/kWh y confirman su compromiso de alcanzar la neutralidad en carbono en 2030. En 2020, Iberdrola aumentó su cartera de proyectos en 25 GW, hasta los 74,4 GW. El grupo cuenta ya con 17,4 GW verdes en construcción y desarrollo, de los que 8,7 GW corresponden a nuevas instalaciones solares, 4,5 GW a eólica terrestre, 2,6 GW a eólica marina, 1,2 GW a hidroeléctrica, y 400 MW a baterías.

Durante el ejercicio, la eólica marina se confirmó como uno de los vectores de crecimiento del grupo: cuenta con 1,3 GW instalados y los triplicará en 2025 con 2,6 GW que están en construcción. Además, añade a ello una cartera de 19 GW de proyectos que está listos para iniciar su construcción. En 2020, los proyectos eólicos marinos contribuyeron al Ebitda con 585 millones tras crecer un 72% y se prevé que la aportación de esta energía ascienda hasta los 2.300 millones en 2030.

Por mercados, la peor evolución en España ha sido compensada por el crecimiento internacional, que aporta ya dos tercios del Ebitda. La demanda eléctrica en la Península Ibérica disminuyó un 5,1% condicionada por la crisis. Iberdrola en España redujo su Ebitda un 5% y un 13% su beneficio neto en 2020. Pese a esta evolución, las inversiones aumentan un 21%, hasta 2.100 millones, como reflejo de la apuesta por la recuperación verde en el país.

La compañía mejoró también las principales ratios financieras y reforzó la solidez de su balance: el flujo de caja operativo se situó en 8.191,6 millones, tras crecer un 1,6%, y la deuda se redujo un 6,4%, hasta los 35.142 millones. En 2020, emitió 24.500 millones en bonos verdes o sostenibles. La liquidez se situó en 17.400 millones, que cubren las necesidades de financiación de 24 meses. Recientemente, colocó la mayor emisión de bonos híbridos verdes de la historia: 2.000 millones de euros al coste más bajo (1,45% y 1,825%).

El crecimiento de los próximos años vendrá también de la mano del aumento de su base de clientes. En 2020, Iberdrola registró 43,8 millones de contratos, que prevé elevar a 48,5 millones a finales de 2021. Y serán aproximadamente 60 millones en 2025 y unos 70 millones en 2030. En este contexto, las soluciones personalizadas e inteligentes aportan el 4% del beneficio neto en 2020.

Hidrógeno verde

Para Iberdrola, otro gran vector de crecimiento será el hidrógeno verde. Ya desarrolla varios proyectos que permitirán la descarbonización de la industria y el transporte o la movilidad pesada en España y el Reino Unido. La compañía ha presentado, además, 53 proyectos al programa Next Generation EU, que activarían inversiones de 2.500 millones para alcanzar una producción anual de 60.000 toneladas al año de hidrógeno verde.

Estos proyectos permitirán acelerar inversiones y la reactivación económica y el empleo a corto plazo y, a medio plazo, la transformación del tejido industrial. La compañía lidera 150 propuestas, que movilizarían 21.000 millones de inversión en España en proyectos de generación verde, redes inteligentes, almacenamiento y eficiencia energética a través de la electrificación. Con ellos, prevé generar 45.000 empleos, movilizarían a 350 empresas y contribuiría al crecimiento del PIB nacional en un 1,5%. Además, la balanza de pagos mejoraría en unos 1.000 millones de euros al año.

Según ha informado la empresa, las compras a proveedores se elevaron a 14.000 millones de euros en 2020 y contribuyeron a mantener 400.000 empleos en la cadena de valor. Además, realizó durante el año 3.800 contrataciones. La contribución fiscal en el ejercicio asciende a 7.500 millones de euros en el mundo, de los que 3.400 millones de euros corresponden a España. En este país, la contribución fiscal alcanza un 43% del beneficio antes de impuestos y tributos.

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Sobre la firma

Miguel Ángel Noceda
Corresponsal económico de EL PAÍS, en el que cumple ya 32 años y fue redactor-jefe de Economía durante 13. Es autor de los libros Radiografía del Empresariado Español y La Economía de la Democracia, este junto a los exministros Solchaga, Solbes y De Guindos. Recibió el premio de Periodismo Económico de la Asociación de Periodistas Europeos.

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