En los días más duros de la emergencia sanitaria provocada por la pandemia de Covid-19, muchos se preguntaron cómo habría sido el confinamiento sin internet. Ahora parece claro que la red no sirvió solo para encontrar información, estar en contacto los demás, entretenerse o pasar pedidos, entre otras cosas, sino que fue también un medio al que se acudió más que en las épocas anteriores a la emergencia para encontrar productos bancarios, especialmente hipotecas. Las búsquedas por internet de cuentas en los seis primeros meses del año —de los cuales más de tres transcurrieron bajo el estado de alarma— se incrementaron un 18% en comparación con el mismo periodo del año pasado. En el caso de los préstamos hipotecarios, esta subida alcanza el 23,4%, según datos del comparador bancario iAhorro elaborados por Google.
En este marco, desde iAhorro destacan que “los bancos digitales han encontrado una oportunidad en la crisis”, ya que este negocio se ha convertido en un arma imprescindible para las entidades financieras en su empeño por sobreponerse a las consecuencias de la pandemia y superar a la competencia. En las circunstancias tan especiales en las que tuvieron que operar, mientras algunos bancos registraban fuertes pérdidas en Bolsa motivadas por la incertidumbre y el miedo a un aumento de la tasa de morosidad, “las entidades que solo operan por internet han podido ofrecer un mejor servicio a sus clientes”, en opinión del director de Hipotecas del comparador, Simone Colombelli.
De esta forma, durante el primer semestre de 2020, EVO —la entidad 100% digital, propiedad de Bankinter— formalizó hipotecas por un volumen total de 124,4 millones de euros, lo que supone un 11% más de lo registrado en todo el año pasado. Un crecimiento que “contrasta con la caída de nuevas formalizaciones hipotecarias según el Colegio de Registradores de la Propiedad”, subraya el director de Banca minorista de la entidad, Eduardo Vioque. Un avance sobre los datos de mayo arroja una disminución del 25,8% de hipotecas constituidas con respecto al mismo mes del año pasado.
Asimismo, desde ING —cuyo negocio se divide entre los canales digital, telefónico y presencial a través de las 29 oficinas que tiene en el territorio español— aseguran que “en los meses más fuertes de la pandemia, entre marzo y mayo, el online ganó más peso en comparación con el mismo periodo del año anterior”, al pasar del 61% que representaba en los tiempos previos a la pandemia, al 74%. En cuanto a las hipotecas, en abril la proporción de solicitudes por canales no presenciales han crecido del 68% al 94%.
Para la directora general de Pibank, Begoña Martínez, la subida en la contratación de estos productos que registró su entidad —de la que no aporta cifras— es el resultado, entre otras razones, de “tener un proceso 100% digital”, lo que permitió evitar el impacto del confinamiento en su actividad.
Una gestión ágil
Tal y como pasó en otros aspectos de la vida y de la economía, la alarma sanitaria ha traído más digitalización también al proceso de contratación de las hipotecas y ha reforzado la tendencia hacia una mayor aceptación de estos productos que se venía registrando desde finales del año pasado. “Es posible que sin la crisis del coronavirus hubiéramos tenido que esperar unos cinco o 10 años para ver todo esto”, apunta Colombelli, para quien “el confinamiento ha sido el gran impulsor de la hipoteca digital”.
Pero, ¿cómo se explica que pueda tener éxito la contratación online (excepto la firma ante el notario, que es siempre presencial) de un producto complejo y que requiere a menudo un gran esfuerzo de endeudamiento por parte del cliente como la hipoteca? Los interlocutores contestan poniendo de relieve las ventajas de esta modalidad.
“No tener que salir de casa para su gestión estos meses ha sido algo que los usuarios han valorado positivamente”, dice Martínez. “Como todos los productos digitales, dan una mayor comodidad al cliente, ya que lo pueden gestionar cuándo y desde dónde lo necesiten”, coinciden fuentes de ING. “Los procesos de formalización que ofrecemos son mucho más sencillos que los tradicionales, porque evitan la incomodidad de acudir a la oficina o estar pendiente del cruce de papeles durante muchos días”, resume Vioque.
Tendencia a medio y largo plazo
El cambio es tan evidente que “a partir de ahora se plantea un nuevo escenario en el que la hipoteca ya solo será digital”, augura Colombelli. En la misma línea, Vioque prevé que “la aceleración digital que ha vivido el país hará que aumente todavía más el número de usuarios interesados en hipotecas digitales”. Algo en que concuerdan las fuentes de ING, para quienes “el mayor uso de canales digitales era una tendencia que ya se estaba dando y es probable que, debido a la situación vivida, se acelere”.
Pese a estar convencida de que esta tendencia se confirmará a medio y largo plazo, Martínez matiza: “También sabemos que es un proceso que llevará tiempo”. Por ello, algunas entidades ofrecen, junto con una opción totalmente digitalizada, y en distintos grados, la posibilidad de utilizar un canal personalizado. Pibank, por ejemplo, tiene cinco oficinas físicas para que el usuario pueda hacer gestiones de forma presencial. Y en ING los clientes cuentan siempre con el mismo gestor, independientemente del canal que elijan. Algo parecido a lo que ocurre en Mediolanum, una entidad que no vende hipotecas 100% online, sino que ha digitalizado la gestión de los trámites y la documentación manteniendo activa su red de asesores personales.