Las Bolsas cierran en verde pese al miedo a la evolución del virus

Los mercados se han golpeado de bruces contra la realidad. Cuando ya daban por hecho que el coronavirus se estaba disipando en los países occidentales y la economía se iba a recuperar a un ritmo razonable gracias a la desescalada, los datos sobre la evolución de la covid-19 y las previsiones del Fondo Monetario Internacional (FMI) han supuesto un amargo despertar. Nada está hecho y las amenazas son múltiples. También la de nuevas barreras al comercio internacional. La incertidumbre ha vuelto a los parqués, pero los selectivos comunitarios han conseguido recuperarse de las grandes correcciones de este miércoles animados por la Agencia Europea del Medicamento, que ha aprobado el primer fármaco para tratar la covid-19. El Ibex 35 español ha ganado un 1,04% en una jornada de muchas dudas y gran volatilidad.

Mientras siga la pandemia, la recuperación económica representa una quimera. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido de que los 10 millones de contagios se alcanzarán la próximas semana, después de que el ritmo de expansión del virus se haya acelerado durante las últimos días a causa de la situación en los países emergentes. Las naciones occidentales, que parecían tener controlada la covid-19, también sufren: los rebrotes devuelven el miedo a una marcha atrás en la apertura de las economías, y Estados Unidos ha sufrido su récord de contagios diarios desde que comenzó la crisis.

En ese contexto, el optimismo encuentra difícil justificación, sobre todo después de que el FMI haya arrojado un jarro de agua fría a los profetas de la recuperación rápida, con unas previsiones que dibujan la peor recesión de la economía mundial desde los años treinta.

Por si fuera poco, las tensiones comerciales —que siempre están ahí, aunque no siempre se dejen notar— reaparecen, pero esta vez tienen a Europa, y no a China, como perjudicada. Los 2.7000 millones de euros en aranceles que Estados Unidos quiere imponer a los productos del Viejo Continente como respuesta al veto comunitario a los viajeros norteamericanos constituyen otro factor que dañaría la recuperación. Los valores turísticos son los más golpeados.

Pese a este panorama sombrío, los parqués han conseguido darle la vuelta a las pérdidas de la apertura, muy lejos, eso sí, de revertir las fuertes correcciones de la sesión anterior. Las plazas europeas han consolidado la tendencia hacia el verde gracias a un viejo amigo, el remdesivir, que se ha convertido en el primer fármaco aprobado por la Agencia Europea del Medicamento para la lucha contra la covid-19. El Ibex ha cerrado con una subida del 1,04%, impulsado por la banca, hasta alcanzar los 7.270 puntos. A principios de mes llegó a rozar los 8.000.

La noticia ha permitido a los parqués europeos cosechan ligeras ganancias y desmarcarse de los mercados asiáticos, que han encajado con bajadas moderadas el golpe del que se libraron el miércoles. Mientras, Wall Street duda, perjudicado por los malos datos de la economía estadounidense: el número de nuevos demandantes de desempleo se incrementó en 1,4 millones durante la última semana, el PIB se desplomó un 5% en el primer trimestre y las exportaciones experimentaron en mayo su mayor caída en 11 años.

El petróleo se recupera

Los miedos también llegan al mercado del petróleo. El barril de crudo brent, de referencia en Europa, ha empezado la jornada en rojo tras el desplome de este miércoles, pero consigue volver al verde y recuperar los 40 dólares. Los futuros para julio del texas estadounidense se pagan a 38.

En el mercado de deuda, mucho más estable durante las últimas semanas, la prima de riesgo —el diferencial del bono español a 10 años y el bono alemán— sube ligeramente hasta superar los 90 puntos básicos. El euro, por su parte, baja hasta los 1,12 dólares.

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