El Gobierno deja al PP fuera de la renovación de la CNMC
Ángel Torres, ex secretario general de Política Económica, será propuesto para vicepresidente de la CNMC, a la que entran representantes de ERC y En Común Podem
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El Gobierno tiene previsto abordar hoy la renovación del consejo de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) sin haberla sometido a consenso con el PP. Los nombramientos elevan el malestar con el principal partido de la oposición, que no contará con ningún representante. Además de Cani Fernández como presidenta, el Ejecutivo propondrá para la vicepresidencia a Ángel Torres y como vocales a Josep Sala i Prats (pactado con ERC), Carlos Aguilar (En Comú-Podem) y Pilar Sánchez Núñez.
Ángel Torres Torres, catalán residente en Madrid, es economista del Estado y fue secretario general de Política Económica con Pedro Solbes como ministro, en la práctica el número dos de David Vegara cuando este era secretario de Estado de Economía. La futura presidenta, Cani Fernández, proviene del bufete Cuatrecasas, aunque llevaba unos meses en La Moncloa en el equipo de Iván Redondo, el jefe de gabinete de Pedro Sánchez. Su pasado jurídico le puede obligar a inhibirse en algunas futuras decisiones que afecten a clientes para los que trabajó. El PP ha rechazado este nombramiento al considerar que “no es el perfil oportuno”. Fernández sustituirá a José María Marín Quemada, cuyo mandato concluyó a principios de año.
Los tres nuevos consejeros proceden de distintas disciplinas. Carlos Aguilar es experto en el mercado audiovisual, próximo a En Comun Podem; Josep Sala i Prats, especialista en energía cercano a ERC, formó parte de la Comisión de Expertos sobre Transición Energética que asesoró al popular Álvaro Nadal cuando fue ministro de Energía, y Pilar Sánchez Núñez estuvo en las antiguas comisiones de Telecomunicaciones y de la Competencia y ahora trabaja en el equipo asesor de la vicepresidenta económica, Nadia Calviño.
Los cambios serán propuestos por Calviño al Consejo de Ministros. Los elegidos afrontarán después el veredicto del Congreso, que debe decidir por mayoría absoluta si les considera idóneos o los veta. Parece que, con la inclusión de ERC y Podem y la presencia del PNV y Ciudadanos, que cuentan con consejeros entre los cinco que permanecen en la institución, el Ejecutivo no va a tener muchos problemas para sacar adelante su decisión.
Los que seguramente se opondrán serán el PP y Vox. Ninguno de ellos ha sido consultado, aunque el PP sí fue informado de los cambios una vez que Calviño había decidido los nombres, según fuentes gubernamentales. El PP, que entiende que no había ninguna urgencia para ello en pleno estado de alarma, no ha disimulado su enfado, que añade pimienta al enfrentamiento que mantienen en los últimos meses por las prórrogas del mismo.
El PP se quedará ahora apenas sin representantes de su preferencia tras el relevo. El Gobierno asume, en ese sentido, que la consejera María Ortiz, quien permanece, corresponde a su cuota, aunque sea una técnica contrastada y poco política. Ello supondrá, si no se modifica a última hora, que el PP se quede sin nuevos representantes tras la marcha de cuatro de los cinco que se mantenían en la CNMC desde que se creó en 2013.
El PSOE se negó a proponer nombres por estar en contra del modelo de fusionar competencia y mercados regulados, por lo que la composición se hizo con ocho personas propuestas por el PP, una por el PNV y otra por CiU.
Posteriormente, ya en el segundo Gobierno de Mariano Rajoy y cuando llegó la primera renovación, el PSOE aceptó incorporar a Mariano Bacigalupo (marido de la hoy vicepresidenta Teresa Ribera). También entraron Pilar Canedo (Cs), Xabier Ormaetxea (PNV) y Bernardo Lorenzo, considerado cercano al PSOE, y presidente de la extinta Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT). Estos dos últimos ganaron un pleito y la CNMC tuvo que incorporarlos por orden judicial, ya que habían sido destituidos contra derecho de la CMT.
Salen el presidente, José María Marín Quemada; la vicepresidenta, María Fernández, y los vocales Benigno Valdés, Clotilde de la Higuera y Josep Maria Guinart. Con esta renovación, el Gobierno cumple una tarea pendiente desde el año pasado.
