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El futuro de las reformas en las casas es ‘online’

El sector, muy perjudicado por la crisis, se encomienda a las plataformas digitales para ganarse la confianza del cliente

Un operario monta la cocina de una vivienda.
Un operario monta la cocina de una vivienda.Rick Gomez (Getty Images)

El ruido de las taladradoras en algunas viviendas evidencia el regreso de las reformas, una actividad cuya parálisis desde el inicio del estado de alarma ha provocado unas pérdidas de 3.000 millones de euros, calcula la Asociación Nacional de Distribuidores de Cerámica y Materiales de Construcción (Andimac).

Desde el pasado 4 de mayo las empresas han retomado las obras de reforma y rehabilitación en viviendas, aunque a medio gas. Solo se permiten en viviendas o locales deshabitados y siempre que se restrinjan al máximo las posibilidades de contacto con los vecinos de inmueble. Esto apenas supone el 30% del potencial del mercado que había antes del confinamiento, según Andimac.

La crisis del coronavirus echa más tierra a un sector que arrastraba su particular viacrucis: la mala reputación que tiene el mundo de la reforma y que provocan pérdidas millonarias, confirma Andimac. Cierto es que esta falta de confianza entre el particular y el profesional se ha ido blanqueando en los últimos años con la existencia de plataformas digitales que ponen en contacto a las dos partes con la intención de que la reforma o acondicionamiento de la casa sea algo transparente y garantista. Plataformas consolidadas como Habitissimo y Houzz y otras como Cubicup, Multihelpers y Hogami —lanzada el pasado mes de febrero por Leroy Merlin— confirman el apogeo del modelo digital, que permite solicitar presupuestos, valorar los trabajos e interactuar con una comunidad de profesionales (albañiles, fontaneros, pintores, decoradores, instaladores, arquitectos, peritos, paisajistas, operarios de mudanzas, carpinteros, cerrajeros y un largo etcétera). Esto evita que los clientes vayan a ciegas.

Desde el 4 de mayo se pueden hacer trabajos en viviendas deshabitadas

Algo había empezado a cambiar y la crisis del coronavirus podría acelerar la reconversión de este sector. Porque con estas plataformas, las empresas y profesionales de las reformas tienen una oportunidad de ampliar su red de clientes. Así lo refleja una encuesta realizada por Habitissimo: en 2019 se multiplicaron por seis las empresas que consiguieron más del 75% de la facturación gracias a trabajos contratados en Internet. Cuando nació esta firma en España, allá por 2009, el mercado era 100% analógico. “A medida que hemos ido creciendo, hemos visto cómo el sector de la reforma y la reparación iba concienciándose de la importancia de tener presencia digital”, afirma Isabel Alonso de Armas, directora de Alianzas Estratégicas de la firma.

Las cifras de Habitissimo, que desde 2017 forma parte de la multinacional británica HomeServe, dan prueba de su escalada: el año pasado registraron 550.000 solicitudes atendidas por los más de 240.000 profesionales registrados. “Si comparamos las peticiones recibidas en 2015, podemos observar que solo en cinco años se han incrementado un 71%”, constata Alonso. La cuenta de resultados en 2019 no es menos abultada: está en torno a seis millones de euros solo en España.

También Houzz, start-up norteamericana que aterrizó en nuestro país en 2015, ha conseguido simplificar la comunicación entre el particular y el profesional. Y lo ha hecho fundamentalmente a través de las más de 20 millones de fotografías de reformas que tiene en su banco de imágenes. Según su último estudio de mercado, una de cada dos empresas registradas en su plataforma experimentó un crecimiento del negocio en el último año, aumentando el gasto en reformas un 60%.

Los buenos resultados de esta primera oleada de start-ups han traído una segunda. En ella está la valenciana Cubicup, que desde que nació en 2018 con una inversión de 50.000 euros, ya ha gestionado un volumen de 2,5 millones de euros en obras. “Nuestra tecnología está enfocada en eliminar riesgos y controlar cada paso”, explica su consejero delegado, Gabriel Cambra. Más de 1.000 usuarios al mes utilizan las calculadoras online de esta start-up para estimar el coste de su reforma. Durante la ejecución de la reparación, el cliente puede elegir entre un acompañamiento con su asesor digital o ayuda presencial.

La evolución de Multihelpers, que surgió con poco más de 10.000 euros de capital y tras recibir un premio en Navarra, también está siendo muy intensa, con un crecimiento anual en torno al 250%. En algo más de tres años ha pasado de trabajar únicamente con particulares a tener acuerdos con compañías como Spotahome, firma de alquiler de pisos y habitaciones; la promotora Aedas Homes o la aseguradora Mutua Madrileña. Estas empresas recomiendan a sus clientes los servicios de Multihelpers: desde colgar un cuadro a montar el mobiliario. “A diferencia de otras plataformas, las personas que solicitan una reparación a través de esta start-up consiguen un único presupuesto cerrado en cinco minutos. La reparación queda resuelta en un promedio de 16 horas”, asegura Adrián Miranda, consejero delegado de la firma.

La baza de Leroy Merlin

El último en aterrizar ha sido el gigante Leroy Merlin, que ha entrado en el negocio digital con su marketplace Hogami, que en una primera fase se ha implantado en Madrid y Canarias. Más de 6.000 clientes y 160 profesionales ya están probando este Airbnb de las reformas. Su gran reto, dicen los expertos, será competir con las plataformas digitales, además de saber trasladar a la web un modelo de venta que ya hace en tienda. Tiene como baza contar con el respaldo de una marca conocida por el consumidor y nacer con la colaboración de los principales actores. “Hemos realizado varios centenares de entrevistas con clientes y no clientes de Leroy Merlin y con profesionales y empresas del sector. Ellos han colaborado en el diseño de Hogami”, corrobora Luis Herrero, líder de la plataforma de servicios Hogami.

Cuestión distinta es la digitalización global de las reformas, es decir, que se convierta en un trabajo en serie e industrializado, como en el caso de la fabricación de los coches. “Es complicado, porque para ello se tendría que industrializar el proceso, algo difícil por la particularidad de cada reforma, como ocurre con la construcción”, opina Alfredo Díaz-Araque, experto en empresas inmobiliarias de servicios digitales. De la misma opinión es Sebastián Molinero, secretario general de Andimac: “No se puede hablar de que la reforma esté en proceso de uberización, es decir, que un modelo de negocio de base tecnológico genere una disrupción en el mercado. Este escenario todavía no se ha producido en ningún país”.

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