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Las grandes empresas repatriaron más dividendos en 2018 para evitar la subida de impuestos

La inversión de las filiales exteriores de compañías españolas se dispara. El segundo pago fraccionado del impuesto de sociedades crece un 37% como estrategia para esquivar la subida fiscal

Jesús Sérvulo González

Las grandes empresas del Ibex aceleraron la repatriación de dividendos de sus filiales extranjeras el año pasado. Trataban de escapar de la subida fiscal que planeaba el Gobierno de Pedro Sánchez en los Presupuestos de 2019, que finalmente no salieron adelante. Aunque el endurecimiento del impuesto de sociedades no llegará hasta 2020, las corporaciones españolas diseñaron sus estrategias para evitar un gran golpe tributario. Para ello, aumentaron hasta un 37,4% el pago fraccionado del impuesto de sociedades de 2018, cuando aún no se aplicaba la subida. Las cifras de Comercio Exterior también muestran el salto de los dividendos de las filiales exteriores a sus matrices españolas.

La ministra de Hacienda, María Jesús Montero.

Una de las medidas estrella del Gobierno socialista de Sánchez consiste en que las grandes empresas aporten más a las arcas públicas. Para ello pretende fijar una tributación mínima del 15% para los grupos consolidados que tengan una facturación mínima de 20 millones. Junto a esto, el Ejecutivo también quiere limitar las exenciones sobre los dividendos de las filiales en el exterior al bajarlas del 100% al 95%. Esta figura pretendía evitar la doble imposición sobre los beneficios de las delegaciones de las empresas españolas en el extranjero. En la práctica, esto supone un nuevo gravamen del 5% para las plusvalías o dividendos de filiales extranjeras. Para ilustrar la potencia de la medida basta unos datos: Las empresas declararon unos resultados contables de 198.382 millones de euros en 2016, último año con cifras detalladas disponibles. Esos resultados disminuyeron en 105.623 millones a efectos tributarios por la exención de la doble imposición. Tras aplicar otros beneficios fiscales, la base imponible —sobre la que se aplica el tipo nominal del 25%— se redujo a 94.563 millones.

Algunas empresas, pensando que tendrían que empezar a tributar por los dividendos de sus filiales a partir de 2019 comenzaron a repatriar beneficios de sus divisiones extranjeras, tal y como adelantó La Información. Así se refleja en el segundo pago fraccionado a cuenta del impuesto de sociedades, que las empresas deben abonar en octubre. Esa retención se calcula sobre el resultado contable, lo que excluye casi toda la madeja de bonificaciones y deducciones que más adelante cuando presenten la declaración sí podrán aplicarse las empresas.

Un 37% más de retenciones

Pues bien, este segundo pago fraccionado creció en los grupos consolidados un 37,4% durante el año pasado. "El crecimiento fue muy elevado, más aún si se compara con el flojo resultado del primer pago", señala la Agencia Tributaria en uno de sus informes estadísticos. "La mayor parte del incremento (cerca de 2.100 millones de los 2.563 millones en que aumentan los pagos) se debe a tan solo cinco grandes grupos consolidados que en el primer pago declararon beneficios inferiores a los del año anterior y que en el segundo declararon beneficios que suponían más del doble que en el mismo período de 2017", añade la Agencia. En total las empresas abonaron al fisco 23.958 millones en anticipos a cuenta del impuesto de sociedades, de los cuales 13.509 millones procedían de los grupos consolidados, la mayor parte de las empresas del Ibex 35. El Banco de España llegó a advertir sobre el cambio en la planificación tributaria de grandes empresas españolas tras el anuncio de subidas de impuestos por parte del Gobierno.

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Aunque algunas de estas compañías pagaron más en el segundo pago fraccionado de octubre, por repatriar más dividendos y porque en estos anticipos no se les tiene en cuenta la exención del 100% de los diviendos, cuando presenten la declaración de 2018 en las próximas semanas podrán reclamar la devolución de estas cantidades pagadas de más.

Se dispara la inversión en España

Así al repatriar dividendos en 2018 se aseguraban que a estos no se les aplicará el gravamen del 5% para los beneficios exteriores en 2019. No obstante, el movimiento resultó inútil porque al fracasar los Presupuestos de 2019, tras ser rechazados por el Congreso, no se aplicará el gravamen del 5% sobre los diviendos extranjeros. Para ello, habrá que esperar a 2020, según ha avanzado el Ejecutivo de Sánchez a Bruselas.

El aumento de los dividendos se observa también en los datos oficiales de Comercio Exterior. España es el primer país inversor en España con la mayor inversión de su historia. Esta anomalía estadística se debe a las plusvalías que llegan de las filiales exteriores a las matrices en España. La estadística muestra como la inversión de España creció desde los 252 millones de 2017 a los 15.113 millones del año pasado, la mayor cifra de la serie histórica. Aunque esta extraordinaria evolución se debe a una única operación cuyo origen era Alemania, según recalca Comercio Exterior, es cierto que sin ella también se hubiera registrado un notable incremento.

En los planes del Gobierno está aumentar la tributación de las empresas en 1.776 millones hasta una cuantía cercana a los 29.000 millones. El año pasado las empresas aportaron 24.838 millones a las arcas públicas por el impuesto de sociedades, lo que supone un incremento del 7% respecto al año anterior. Se trata del mayor aumento desde el inicio de la crisis financiera. Aunque sigue muy lejos del récord alcanzado en 2007 cuando las empresas aportaron 44.823 millones.

Aumento del pago fraccionado

Las empresas tienen que delantar al fisco tres pagos a cuenta del impuesto de sociedades: en abril, en octubre y en diciembre. Son retenciones que Hacienda aplica como anticipo de la declaración del impuesto que las empresas tienen que liquidar al año siguiente.

Estos pagos fraccionados fueron impulsados por el exministro Cristóbal Montoro en 2012 y endurecidos en 2016. En los Presupuestos de 2019, que finalmente no salieron adelante, el actual Gobierno socialista pretendía aumentar el gravamen de estos pagos fraccionados del 23% al 24% sobre los resultados contables y no sobre la base imponible.

En el programa de estabilidad, presentado la semana pasada a Bruselas, no se hace alusión a esta figura, por lo que hay dudas sobre si finalmente aprobará esta subida de los tipos de las retenciones.

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Sobre la firma

Jesús Sérvulo González
Redactor jefe de Economía y Negocios en EL PAÍS. Estudió Económicas y trabajó cinco años como auditor. Ha cubierto la crisis financiera, contado las consecuencias del pinchazo de la burbuja inmobiliaria, el rescate a España y las reformas de las políticas públicas de la última década. Ha cursado el programa de desarrollo directivo (PDD) del IESE.

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