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Transformación digital

Donde los sueños de los emprendedores son una realidad (en 3D)

Nace la primera incubadora europea para compañías dedicadas a la manufactura aditiva. Promovida por el Consorci de la Zona Franca de Barcelona y las fundaciones Incyde y Leitat, 3D Factory Incubator planea gestar nuevos proyectos de economía 4.0

En la imagen, Ramón Mañas y su saxo 3D junto a otros empresarios de la 
 incubadora barcelonesa.
En la imagen, Ramón Mañas y su saxo 3D junto a otros empresarios de la incubadora barcelonesa.

Ramón Mañas, de 27 años, ingeniero de formación y amante del saxofón, conoce las molestias que crea en los demás la continua práctica de un aprendiz de músico. Tocar sin importunar, en cualquier momento y en cualquier lugar: el sueño imposible de instrumentista en ciernes que, sin embargo, el ingeniero que también es Mañas, sabe que puede convertirse en una realidad —y puede ser un buen negocio— si se tienen en cuenta las posibilidades de las revolucionarias impresoras 3D.

Un sueño que ya ha empezado a tomar forma gracias a 3D Factory Incubator, la primera incubadora europea destinada a los proyectos relacionados con la nueva tecnología de impresión aditiva. “Con nuestra empresa, Odiseimusic, ubicada en 3D Factory Incubator, vamos a reinventar el saxofón electrónico”, afirma Mañas.

3D Factory Incubator es una iniciativa del Consorci de la Zona Franca de Barcelona con la Fundación Incyde y la Fundación Leitat, que aporta su experiencia en tecnologías. En ella, situada en la sede corporativa del Consorci, se incuban nuevas empresas relacionadas con el 3D. Sus instalaciones ocupan una planta de 600 m2 y en su seno conviven áreas de coworking, con oficinas de empresas, zonas de diseño, producción y posprocesado de productos.

“Aquí proporcionamos a las nuevas empresas, ya sean startups, pymes o spin-offs, toda la gama de servicios alrededor de la impresión en 3D. Desde el asesoramiento legal a la ayuda en la comercialización y certificación de sus productos”, explica Pablo Valderrama, de la Fundación Leitat. “Y, por supuesto, la posibilidad de fabricar sus productos con nuestras impresoras, las más avanzadas del mercado”, añade.

Un ejemplo es el Travel Sax, como se llamará el revolucionario instrumento de Mañas, fabricado mediante la impresión en 3D. Pesa 300 gramos y será idéntico, en su manejo, a un saxofón clásico. Pero solo lo escucha el intérprete. Sin molestar a nadie. Tras apenas dos semanas de anunciar su existencia en redes, sin haber iniciado todavía la producción industrial, Odiseimusic cuenta ya con preventas por un valor de 50.000 euros.

La impresión en 3D consigue la producción de objetos físicos en tres dimensiones a partir de un archivo digital. Mediante un proceso aditivo, las sucesivas capas se acumulan hasta que el producto está listo. Este proceso, tan sencillo sobre el papel, permite crear objetos de forma mucho más precisa —y más económica— que los métodos tradicionales. 3D Factory Incubator cuenta con cuatro impresoras industriales 3D de última generación, más otras tres minimpresoras, mucho más dúctiles. Sin olvidar las áreas de posprocesado, diseño y metrología.

En el futuro, la impresión en 3D no será ajena a ningún producto de consumo, industrial y de alta tecnología, incluido el instrumental médico. Las prospecciones más conservadoras señalan que esta tecnología supone en estos momentos 13.000 millones de euros en el mundo, y se espera que crezca el doble para 2020. Tan solo en Cataluña existen casi un centenar de empresas vinculadas a la impresión 3D con una facturación de más de 240 millones de euros anuales, según los últimos datos de la Generalitat. “La evolución de la impresión 3D marcará buena parte de los procesos industriales del futuro y, por lo tanto, la impresión en 3D está llamada a cambiar la forma en que trabajamos y vivimos”, dice Joan Parra, vicepresidente de la junta directiva de Leitat.

Mónica Debat, joven emprendedora decidida a unir las posibilidades de las impresoras 3D con las necesidades de la industria oftalmológica, también está poniendo su empresa a punto en 3D Factory Incubator. Al igual que Alan Alves, quien, desde su startup, ofrece a los laboratorios dentales la posibilidad de crear y lanzar nuevos productos en un entorno que evoluciona a gran velocidad.

Estos dos ejemplos también forman parte de la cuarentena de proyectos que acudieron a la primera convocatoria realizada hace unos meses por la incubadora. La iniciativa, liderada por el Consorci y Leitat, está cofinanciada en un 50% por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER), a través de la Fundación Incyde. “Con una inversión inicial de tres millones de euros, 3D Factory Incubator prevé impulsar un centenar de empresas en los próximos cinco años”, explica Blanca Sorigué, directora general del Consorci.

El objetivo de 3D Factory Incubator es proporcionar a las startups de la nueva economía productiva --—la denominada popularmente Industria 4.0— los recursos necesarios para que lo que empieza como un sueño, como el saxofón mágico de Ramón Mañas, se conviertan en poco tiempo en una realidad.

DFactory: La cuarta revolución industrial llama a las puertas de Barcelona

El Consorci, aliado con la Fundación Leitat, como en la iniciativa 3D Factory Incubator, trabaja en otro proyecto de gran calado. Se llama DFactory y se instalará muy pronto —la inauguración está prevista para 2020— en un edificio ahora en construcción en el mismo polígono de la Zona Franca de Barcelona.

¿Qué será DFactory? Inicialmente, un espacio de 17.500 metros cuadrados consagrado al desarrollo de la economía 4.0. Allí convivirán la inteligencia artificial y la robótica, sin olvidar los nuevos materiales. A partir de una inversión inicial de 100 millones de euros, DFactory quiere crear a su alrededor un ecosistema de empresas dedicadas a la tecnología digital avanzada hasta alcanzar, en una segunda fase, los 72.000 metros cuadrados construidos. El objetivo del proyecto es ambicioso: convertirse en el hub de referencia para la innovación industrial en el conjunto de Europa.

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