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Gina Magnolia Riaño | Secretaria general de la Organización Iberoamericana de Seguridad Social

“La migración debe compensar el envejecimiento de la población”

La secretaria general de la Organización Iberoamericana de la Seguridad Social cree que atender al fenómeno migratorio es imprescindible para garantizar la protección social

La secretaria general de la Organización Iberoamericana de la Seguridad Social, Gina Magnolia Riaño, en febrero en Casa América en Madrid.
La secretaria general de la Organización Iberoamericana de la Seguridad Social, Gina Magnolia Riaño, en febrero en Casa América en Madrid.Samuel Sánchez

La colombiana Gina Magnolia Riaño es una mujer pragmática. Secretaria general desde 2013 de la Organización Iberoamericana de Seguridad Social, una institución que lleva más de seis décadas luchando por la universalización de la protección social, Riaño (Tunja, 54 años) rechaza que los diferentes sistemas de seguridad social sean por sí mismos encomiables o censurables y cree que “los modelos verdaderamente eficaces son los que cubren las prestaciones con suficiencia”. Ministra de Trabajo de Colombia durante un breve período (1999-2000), apunta a la igualdad de la mujer y a la lucha contra el trabajo informal, especialmente en Latinoamérica, como dos grandes desafíos pendientes. En una entrevista realizada tras un debate celebrado en Casa América sobre Trabajo decente y diálogo social en el que participó junto a otros dos panelistas, Riaño también se muestra convencida de que la digitalización acabará siendo un factor positivo en el empleo, y rechaza el vilipendio que sufre uno de los fenómenos que puede a su juicio lograr la cuadratura del círculo de los sistemas de seguridad social ante las actuales tendencias demográficas: la migración.

“Hay dos tipos de desigualdades de género que afectan a los sistemas de seguridad social: aquellas endógenas al propio sistema y otras exógenas, que provienen del propio mercado laboral”, apunta Riaño, cuya organización demanda que los Estados asignen una prestación a las personas que realizan o han realizado cuidados familiares, en su mayoría mujeres, para combatir así la desigualdad de género presente en los sistemas de seguridad social. Aún así, Riaño se muestra sin embargo escéptica respecto al alcance real de esta medida en la lucha contra la desigualdad entre hombres y mujeres, pues considera que es de la propia estructura del mercado laboral de donde proceden las principales desigualdades. “Las mujeres entran más tarde al mercado laboral, salen más que los hombres y ganan bastante menos”, resume.

Además de la cuestión de género, otro viejo caballo de batalla de la OISS es la lucha contra la informalidad. Riaño define esta realidad como un lastre que evita el desarrollo social de Latinoamérica. La organización lleva años situando el trabajo irregular en torno a un promedio del 50% del empleo real de los 22 países miembros de la organización. La exministra colombiana cita un programa de emprendimiento en el sector rural que recientemente ha llevado a cabo la organización en su país como una vía útil para la creación de empleo estable y regular. “La formación en emprendimiento es una manera útil de formalizar empleo”, explica.

La sostenibilidad de las pensiones es otro de los desafíos a los que no es ajeno la OISS. Aunque la organización no propone a los Estados modelos de sostenibilidad específicos que garanticen la viabilidad de sus sistemas de pensiones, Riaño considera que el futuro pasa por sistemas mixtos. “La dicotomía reparto-capitalización está superada”, asegura. Y apunta hacia una realidad, la migración, como un elemento imprescindible en países con sistemas hasta ahora funcionales pero con pirámides poblacionales cada vez más invertidas. “La migración debe compensar el envejecimiento de la población”, sostiene.

La expolítica colombiana critica con firmeza las nuevas formas de empleo que ofrecen empresas de reparto como Glovo o Deliveroo. “Debemos conseguir que todas las formas atípicas de contratación contribuyan a la caja de la seguridad social”, asegura poco antes de defender que la digitalización de las sociedades no debe necesariamente redundar en empleos precarios. “La digitalización debe ser un aliado para poder seguirle el rastro a todas las horas realizadas por los trabajadores”, sostiene. Riaño resume así uno de los objetivos últimos de la OISS: “Debemos evitar que los nuevos trabajadores sean jornaleros digitales”.

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