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El fichaje frustrado de Andrea Orcel por parte del Santander sorprende al mercado

Directivos consultados no comprenden cómo no estaba cerrado el acuerdo cuando se anunció oficialmente en septiembre

Íñigo de Barrón
Andrea Orcel, nuevo número dos del Santander, Ana Botín, presidenta, y José Antonio Álvarez, vicepresidente del grupo y presidente de Santander España.
Andrea Orcel, nuevo número dos del Santander, Ana Botín, presidenta, y José Antonio Álvarez, vicepresidente del grupo y presidente de Santander España.

El martes pasado, el Santander comunicó que había renunciado a fichar al italiano Andrea Orcel como consejero delegado, pese a que lo anunció como un tema cerrado en septiembre de 2018. José Antonio Álvarez, que ahora ocupa el cargo, continuará como consejero delegado y vicepresidente del grupo.

El banco presidido por Ana Botín aseguró a la Comisión Nacional del Mercado de Valores que el motivo de la renuncia es que debía pagar 50 millones a Orcel por los bonus que perdía de UBS, la entidad en la que trabajaba.

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La sorpresa en el mercado ha sido mayúscula. Los ejecutivos consultados afirman que nunca antes habían visto un tema similar “y más en directivos de tan alto nivel. No se entiende cómo Orcel, una vez que acepta fotografiarse con Botín para el anuncio oficial no tiene cerradas las condiciones de su fichaje. Y tampoco se comprende que la presidenta no conozca quién pagaría el bonus de Orcel acumulado en los últimos siete años”, apunta una fuente que pide el anonimato. Todos los consultados consideran que el fiasco es un duro golpe a la gobernanza del Santander, que ahora deberá convencer a los mercados que Álvarez es idóneo para la nueva estrategia que presentará la entidad “en próximos meses”.

La prensa anglosajona se ha hecho eco de la situación. El abogado C. Evan Stewart, de Cohen & Gresser, afirmó a The New York Times que lo que hizo “UBS es bastante predecible”. También ha extrañado que UBS no haya alcanzado un acuerdo amistoso con el Santander ya que el banco cántabro es un gran cliente para la entidad suiza.

Fuentes del Santander admiten que es un caso único en ejecutivos de este nivel y que se ha tratado de buscar una solución por todos los medios, pero que no ha sido posible. No obstante, desmienten cualquier otra teoría sobre posibles desavenencias entre Botín y Orcel como han apuntado algunos directos consultados. Algunos analistas criticaron que Orcel no conociera la banca comercial, que es el principal negocio del Santander, pero lo cierto es que conoce a la entidad cántabra desde hace dos décadas ya que ha participado en multitud  de operaciones. 

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Sobre la firma

Íñigo de Barrón
Es corresponsal financiero de EL PAÍS y lleva casi dos décadas cubriendo la evolución del sistema bancario y las crisis que lo han transformado. Es autor de El hundimiento de la banca y en su cuenta de Twitter afirma que "saber de economía hace más fuertes a los ciudadanos". Antes trabajó en Expansión, Actualidad Económica, Europa Press y Deia.

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