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¿Qué subió y qué bajó en 2018? Patatas, gas y telefonía fija, mucho más caros que un año antes

La variación anual del IPC en diciembre se sitúa en el 1,2% tras un fuerte descenso en la recta final del año

Laura Delle Femmine
Puesto de patatas en el mercado de los mostenses.
Puesto de patatas en el mercado de los mostenses.INMA FLORES

Preparar una ensalada campera en diciembre de 2018 fue más caro que en enero del mismo año. Las hortalizas, los huevos y, sobre todo, las patatas, se encarecieron a lo largo de 2018. Así lo confirman los datos del IPC que publica este martes el Instituto Nacional de Estadística: patatas, vino y servicios básicos como el gas natural o la telefonía fija son los capítulos que han acumulado la mayor alza de precios en 2018 y los que más se han encarecido en comparación con el año anterior.

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Tal y como sugerían los datos adelantados en diciembre, el índice de precios al consumo (IPC) acaba 2018 con una variación anual positiva del 1,2% en comparación con 2017, moderando así su ritmo —desde mayo hasta octubre había encadenado variaciones positivas por encima del 2%—. En lo que va de año, la cifra acumulada también se reduce del 1,6% de noviembre al 1,2% del diciembre.

Entrando en el detalle de las subclases analizadas por el INE, las patatas acumularon a lo largo del año pasado la mayor subida en absoluto, del 15,2%. Le siguen el gas natural (+13,3%), los servicios postales (+12,2%), las tasas administrativas (+12,2), los combustibles líquidos (+10,9), los servicios de telefonía fija (+9%) y el vino de uva (+8,1).

Índice anual a la baja

El transporte, la vivienda y la hostelería son las macrocategorías que han echado a la baja el índice anual en diciembre en comparación con el mismo periodo de 2017, que en el último mes del año registró una tasa de variación cinco décimas inferior a la del mes anterior. Estas tres partidas frenaron su alza a finales de año, sobre todo por la disminución de los precios de los carburantes y lubricantes, el gasóleo para la calefacción y los servicios de alojamiento. 

Si se considera la variación a lo largo del año de los grandes partidas que el INE utiliza para agrupar los 479 productos y servicios que conforman su cesta, la categoría definida como vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles fue la que más se encareció a lo largo de 2018, acumulando un alza del 2,5%. Le siguen las comunicaciones, con un incremento en lo que va de año del 2,3%, y los restaurantes y hoteles (1,8%). Vestido y calzado registraron por otra parte las mayores fluctuaciones. Fruto de un año marcado por una climatología inestable, esta partida acumulaba en octubre una caída del 16%, que logró moderar a finales de año y cerrar con una variación acumulada del 0,9%. 

La vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles, junto con el transporte, también fue uno de los capítulos que registró las mayores variaciones anuales al alza—es decir, que mes tras mes se encarecía en comparación con el mismo periodo del año anterior—. Estas partidas llegaron a vivir incrementos en este sentido superiores al 5%, pero cerraron diciembre en un 2% menos y un 1,8% más, respectivamente, en comparación con el mismo periodo de 2017.  

Uno de los grandes responsables de estos repuntes —y en general del alza de la tasa anual IPC— fue el barril de petróleo, que llegó a superar los 80 euros en octubre. Su bajada en la recta final del año contribuyó a moderar el encarecimiento de servicios como el gas natural, que finalmente registró una variación anual del 13,3%, o de los combustibles líquidos, que subieron un 10,9% en comparación con el año anterior. La gasolina registró una variación anual negativa (un descenso del 2,2%), y el gasóleo avanzó un 1,6%.

El desplome en los precios del aceite de oliva

En el otro extremo de la lista están productos muy diferentes entre ellos, como los equipos de telefonía móvil (con una bajada en lo que va de año del 16,5%), los vuelos nacionales (un descenso del 8%), o el aceite de oliva (con una caída acumulada del 15,5%).

Los efectos imprevisibles del cambio climático han trastocado el sector agrícola con consecuencias en los precios de los productos alimentarios. Las olas de frío en momentos inesperados, y de calor cuando están programadas bajadas de temperaturas, han provocado la buena cosecha de algunos productos, como el aceite de oliva, pero a la vez han provocado el encarecimiento de otros, como el vino de uva, que ha acumulado en lo que va de año un alza del 8%, las frutas frescas (+5,9%) o los hortalizas (+2,7). Las bebidas alcohólicas y el tabaco, por otro lado, acumularon una subida del 1,4% en 2018.

La categoría de ocio y cultura, por otro lado, logró moderar su caída. Cerró con una variación anual negativa del 0,1% en comparación con el año anterior, pero dentro de esta categoría hay bienes que registran un encarecimiento, como los libros de no ficción (+3,2%) o las revistas y publicaciones periódicas (+2,6%) y otros marcados por bajadas, como es el caso de cines, teatros y salas de conciertos (-3,4%). 

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Sobre la firma

Laura Delle Femmine
Es redactora en la sección de Economía de EL PAÍS y está especializada en Hacienda. Es licenciada en Ciencias Internacionales y Diplomáticas por la Universidad de Trieste (Italia), Máster de Periodismo de EL PAÍS y Especialista en Información Económica por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.

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