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Satya Nadella: el ‘poeta’ que recuperó el trono para Microsoft

Su apuesta por la gestión de datos ha devuelto al grupo tecnológico a la primera posición como la empresa que más valiosa en Bolsa del mundo

Satya Nadella, consejero delegado de Microsoft
Satya Nadella, consejero delegado de MicrosoftGRANT HINDLEY (BLOOMBERG)

El sistema operativo Windows fue durante tres décadas parte integral de la industria de la computación. Dominó de forma aplastante los PC y los servidores de red. Y continuará siéndolo. Pero el caballo ganador de Microsoft está ahora en la gestión de los datos que dan vida a Internet, los teléfonos móviles y la inteligencia artificial. La oportunidad la vio clara Satya Nadella (Hyderabad, India, 1967), que reorientó la estructura de la tecnológica para dominar en la nube y recuperar la gloria.

Nadella es el tercer ejecutivo que dirige Microsoft desde que fue fundada en 1975. Es un amante de la poesía. Su oficina en Redmond parece una biblioteca. No puede vivir sin los libros, dice. Se presenta en escena con un tono más amable que su predecesor, el excéntrico Steve Ballmer. Es incluso menos controvertido que Bill Gates, el cofundador. El cambio de personalidad recuerda al de su archienemiga Apple. Pero, al igual que el pragmático y poco efusivo Tim Cook, su liderazgo es claro y eso le permitió someter a la mayor compañía de software del mundo a un cambio radical.

Ha sabido imprimir al grupo una nueva cultura y personalidad que gusta al mercado

Cuando este ingeniero electrónico tomó las riendas en 2014, todo en Microsoft rotaba en torno al sistema operativo que la hizo omnipresente en todos los ordenadores del planeta. Gates y Ballmer se dedicaron a defender la franquicia a cualquier coste, ante los reguladores y frente los nuevos rivales. Ese exceso de celo les distrajo y provocó que quedara descolgada de la batalla por el mercado de la computación móvil. Nadella no quiso cometer el error otra vez.

Pese a que era evidente que Microsoft iba a regaza, las primeras acciones de Nadella fueron recibidas con un alto grado de escepticismo. Windows se veía entonces como una vaca sagrada, que no se podría sacrificar. Nadella, pese a ser un hombre de la casa y a su proximidad a Ballmer, imprimó en Microsoft una nueva cultura y personalidad que gusta a los inversores. La tecnológica ha subido en Bolsa un 16% este año. La curva ascendente es mucho más estable y consistente que la de Apple, lo que le ha permitido de forma silenciosa recuperar el trono de la mayor compañía cotizada 16 años después. Hoy Microsoft es líder con una capitalización de 777.200 millones de dólares (680.577 millones de euros).

El éxito de Azure

En ese giro para renovarse, Nadella colocó Azure —el servicio de gestión de datos ideado por Ballmer— en el corazón de la estrategia de la nueva Microsoft para competir con Amazon, Google, IBM y Oracle. Esta actividad va camino de superar a Windows en el ejercicio fiscal 2021 como principal motor del grupo, según KeyBanc Capital. Estos expertos calculan que para entonces generará 26.400 millones cobrando a los clientes por el uso de sus recursos de computación y almacenamiento. Microsoft no ofrece cifras precisas sobre Azure, pero se estima que facturó unos 7.500 millones en el ejercicio 2018. Eso equivaldría a un 7% de los ingresos totales frente a casi el 18% de Windows, que registró ventas de 19.500 millones. La única referencia que se tiene es el ritmo de crecimiento de esta unidad, que es del 75% anual. Los analistas de Evercore señalan, en todo caso, que el crecimiento en el negocio de gestión de datos empieza a moderarse por su tamaño. Hace un año el servicio Azure avanzaba a un ritmo del 90%.

La transformación de Nadella para actualizar Microsoft no está terminada. Windows, Office y otros productos relacionados con la vieja era del PC siguen generándole dos tercios de los beneficios y una quinta parte de los ingresos. Una de sus primeras decisiones fue permitir que programas como Word funcionaran en dispositivos que utilizan sistemas operativos rivales, incluido Linux, del que Ballmer dijo era un cáncer. También se desprendió de Nokia.

Ha tomado decisiones como la venta de Nokia o abrir programas a la competencia

La primera reacción de los analistas cuando se produjo el cambio fue anticipar una Microsoft más pequeña. Pero lo que hizo Nadella fue ajustar la organización para hacerla a la vez más abierta e integrada verticalmente. En lugar de dedicarse solo a desarrollar sus programas, diseñó sus propios dispositivos como el Surface Book, que combina la potencia de un portátil y la funcionalidad de una tableta. O las gafas de realidad aumentada HoloLens. Y todo este ecosistema de programas, dispositivos y servicios está cada vez más unificado por la nueva unidad de inteligencia artificial.

“Su visión sobre como se utilizará y se experimentará la tecnología es exactamente lo que necesita Microsoft”, dijo Gates cuando se anunció el nombramiento Nadella. La Microsoft que heredó era vista en Wall Street y en Silicon Valley como una compañía cada vez más irrelevante, por el rápido cambio de los ordenadores de sobremesa a los dispositivos móviles. Era un negocio tremendamente rentable, que no estaba en peligro de muerte inminente. Pero los inversores se preguntaban si había entrado en un declive.

Frente regulador

Otra de las claves de Microsoft es que depende menos que Google o Facebook de la información personal de sus usuarios, el nuevo frente regulador al que se enfrenta el sector tecnológico. El motor de búsqueda Bing y los portales de la familia MSN le generan ingresos por vía de la publicidad electrónica. Pero no están en el corazón de su negocio como en sus rivales, por lo que no tiene el mismo incentivo y le da su vez le da una ventaja por la percepción que tiene el mercado.

Desde su llegada, Nadella ha logrado generar más valor para los accionistas que Uber, Airbnb, Netflix, Spotify o SnapChat, todas juntas. El cambio que imprimió en la cultura corporativa en Redmond es un caso de estudio por su escala. Microsoft es más rentable que Apple cuando se comparan sus márgenes de beneficio, del 30% y el 22,5% respectivamente. Es también más diversificada cuando se observa cómo se distribuye su fuente de ingresos. Y aunque parezca irónico, ya no es objetivo del yugo regulador que tiene en su objetivo a sus rivales. Pero Nadella debe demostrar aún que es capaz de lograr la eficiencia de Amazon en las operaciones de gestión de datos para que Azure sea rentable.

Windows y Office le permiten amortiguar el aumento en el coste de capital en las nuevas áreas de negocio. El mercado del PC se resiste a morir, cierto, pero si diera un giro a peor podría afectar severamente a sus cuentas en un momento vital de la transformación de Microsoft.

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