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La eurozona ralentiza su crecimiento a la mitad con una Italia estancada

El PIB de los Diecinueve ha avanzado un pírrico 0,2% en el tercer trimestre

Lluís Pellicer

La economía europea no ha quedado al margen de la ola de frío. Los datos adelantados por la oficina estadística Eurostat confirmaron este martes que el empuje de la zona euro se va quedando sin brío. En el tercer trimestre, los Diecinueve se expandieron un 0,2%, la mitad que en el trimestre anterior. La mejora de Francia no logró compensar el estancamiento de Italia, en plena batalla con Bruselas por su amenaza de romper las reglas fiscales comunitarias. Los analistas temen, sin embargo, que detrás de esa tasa —peor de la esperada— haya una ralentización de Alemania, que aún debe publicar su estadística.

El primer ministro de Italia, Giuseppe Conte, en Moscú, la semana pasada.
El primer ministro de Italia, Giuseppe Conte, en Moscú, la semana pasada.Sergei Chirikov (AP)

Europa ha cambiado de partitura. El año pasado la música era otra. Más épica. La zona euro supo hacer frente a sus tensiones internas, a las políticas proteccionistas norteamericanas y a la volatilidad de los mercados internacionales. Cerró el ejercicio con un crecimiento superior al de Estados Unidos y Reino Unido y, a mediados de este año, el Banco Central Europeo decidió empezar a retirar su política de estímulos.

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Sin embargo, los Diecinueve son cada vez más incapaces de controlar las intensidades y la duración con que mantenían el ritmo de la melodía. La incapacidad de llegar a un acuerdo con el Reino Unido agita el fantasma de un Brexit duro a medida que se agota el tiempo, mientras que Roma sigue sin dar signos de echarse atrás en el desafío que ha lanzado a Bruselas. Pero también hacen mella la guerra comercial de Estados Unidos y China o las crisis turca y argentina.

Los mercados daban por hecho que el dato del tercer trimestre reflejaría ya el impacto de todas esas turbulencias, pero no esperaban una desaceleración tan pronunciada. En el tercer trimestre del año pasado, la zona euro crecía el 0,7%. Es decir, los países de la zona euro crecen un tercio de lo que lo hicieron hace un año. El conjunto de la Unión Europea avanzó el 0,3%. En ambos casos, Europa se quedó con un crecimiento interanual inferior al 2%.

Peor dato desde 2014

El dato de Eurostat confirma la advertencia de la semana pasada del presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, quien advirtió de que los signos que le llegaban eran los de un crecimiento más débil de lo esperado. De hecho, el dato de Eurostat es el peor desde el primer trimestre de 2014. El economista de Oxford Economics Ángel Talavera cree que tras esa desaceleración está Alemania, cuya producción industrial ya se resintió el pasado mes de agosto. “Es posible que el dato del tercer trimestre tenga algún componente transitorio, pero la economía ha entrado en fase de moderación”, sostuvo.

En ese mismo sentido se pronunció el economista de ING Bert Colijn, quien dijo que pese a que el dato puede tener elementos estacionales no se espera que vuelva a “las tasas previas de crecimiento en breve”. Más pesimista, dijo que ahora tal vez ese 0,2% sepa a decepción, pero que en un tiempo puede antojarse como el último “¡hurra!” de la zona euro.

Este mismo martes, la Comisión Europea ha publicado el Indicador de Sentimiento Económico, que en el mes de octubre descendió 1,1 puntos en la zona euro. El deterioro de la confianza se produjo en los principales sectores de la economía: la industria, los servicios y, sobre todo, el comercio. Y en los principales países: Alemania (-1,3 puntos), Holanda (-1,3), Francia (-1,2) e Italia (-0,9). Solo España —cuya variación del PIB se conocerá este miércoles— se salvó de ese deterioro, con un incremento de 1,9 puntos. Talavera recuerda que en el segundo trimestre la expansión económica se sustentó en la inversión, por lo que esta podría haberse resentido entre julio y septiembre.

A las puertas de un Eurogrupo en el que probablemente el Gobierno de Giuseppe Conte vuelva a centrar la discusión de los Diecinueve, Italia ha vuelto a ser foco de atención con un estancamiento que pone todavía más en entredicho las previsiones de su Ejecutivo para 2019. “Es la primera vez en cuatro años que la economía no registra crecimiento en un trimestre”, señaló Colijn. Francia, en cambio, creció el 0,4%, dos décimas más que el trimestre anterior. Sobre el alcance de ese cambio de melodía deberá pronunciarse la Comisión Europea la semana que viene, cuando revise sus pronósticos para los próximos ejercicios.

Una década perdida para Italia

Italia sorprendió negativamente al estancarse en el tercer trimestre a causa de la debilidad de la demanda interna y del comercio exterior. El economista y ex- secretario del Tesoro italiano, Lorenzo Codogno, recordó que el Producto Interior Bruto (PIB) de Italia aún es hoy un 5% inferior a los niveles de antes de la crisis, y que desde entonces la brecha del país con el conjunto de la zona euro —incluyendo Italia— no ha hecho sino crecer hasta el 13,4%.

La preocupación de los mercados no pareció hacer mella en el primer ministro Giuseppe Conte, quien afirmó que los datos daban la razón a su Ejecutivo para seguir con unas cuentas con las que desafía las normas comunitarias. Durante su visita a India, afirmó: “Esas cifras eran las esperadas, por esa razón decidimos un presupuesto expansivo”.

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Sobre la firma

Lluís Pellicer
Es jefe de sección de Nacional de EL PAÍS. Antes fue jefe de Economía, corresponsal en Bruselas y redactor en Barcelona. Ha cubierto la crisis inmobiliaria de 2008, las reuniones del BCE y las cumbres del FMI. Licenciado en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona, ha cursado el programa de desarrollo directivo de IESE.

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