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Mauricio Macri no puede con la inflación, el mal de la economía argentina

La subida del 1,9% registrada en septiembre empaña la euforia de los empresarios reunidos en el foro más importante del año

Federico Rivas Molina
El presidente Mauricio Macri hable durante un acto de campaña en Santa Rosa, capital de la provincia de La Pampa.
El presidente Mauricio Macri hable durante un acto de campaña en Santa Rosa, capital de la provincia de La Pampa.Telam
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“Hay una gran coincidencia entre la economía de Macri y la de los 90”

La economía Argentina da buenas noticias en la mayoría de sus indicadores económicos menos en uno: la inflación. Según el Indec, la agencia oficial de estadísticas, la subida de los precios fue de 1,9 en septiembre, por encima incluso de los cálculos menos optimistas realizados por estudios privados, el Congreso y hasta los sindicatos. La cifra recorrió como aire frío el coloquio de Idea, el encuentro anual de empresarios más importante de Argentina. Sólo la euforia de los asistentes por el rumbo general de la economía neutralizó cualquier crítica en público, mientras Marcos Peña, jefe de Ministros y mano derecha del presidente Mauricio Macri, auguraba que, pese al último índice, 2018 cerrará “con la inflación más baja de los últimos ocho años”.

Faltan menos de dos semanas para las elecciones de medio término, en las que los argentinos renovarán buena parte del Congreso. Todas las encuestas indican que el macrismo triunfará con comodidad en todo el país, incluso en la provincia de Buenos Aires, donde enfrenta a la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner por un asiento en el Senado. Asegurado el poder político, el Gobierno emprenderá las reformas económicas que fortalezcan el giro que dio a Argentina desde diciembre de 2015. En Idea, Peña pidió a los empresarios que apoyen con inversiones ese nuevo rumbo.

Hasta ahora sobraron las palabras de elogio de los hombres de negocios, pero Macri quiere el compromiso de que habrá además dinero contante y sonante. Hay reticencias entre los inversores por lo que consideran una combinación peligrosa de variables: el déficit fiscal es alto (5% del PIB en 2017, según la consultora Moody's), el rojo de la balanza comercial superará este año los 6.000 millones de dólares, las tasas de interés están por encima del 26% desde abril, hay atraso cambiario y, sobre todo, inflación. La inflación en dólares ya es un mal endémico que argentina no consigue dominar y que lastra el crecimiento. El FMI calcula que este año la subida de precios será del 22%, muy lejos de la meta de entre 12% y 17% que planteó en enero el Banco Central argentino (BCRA).

Argentina ocupa el séptimo lugar entre los países con más inflación del mundo, una lista que lideran Venezuela, Sudán, Congo y Libia. La estrategia de Macri fue hasta ahora controlar la inflación con una política de restricción monetaria a cargo del BCRA. Su presidente, Federico Sturzenegger, mantiene las tasas por encima del 26%, pero la estrategia no ha dado los resultados esperados. En sólo 9 meses, Argentina superó la meta anual de inflación y las expectativas no son buenas para después de las elecciones El Gobierno ha pospuesto para el tercer trimestre nuevas subidas en los combustibles y aún están pendientes aumentos en las tarifas de electricidad y gas, de alto impacto en el IPC. El problema de base es que Macri no ha logrado hasta ahora que la inflación núcleo - es decir la que no toma en cuenta productos regulados y estacionales - descienda por debajo del 1,5%. El consenso es que si esa cifra no baja, 2018 seguirá con una inflación de dos dígitos. La política de tasas altas mantuvo bajo control el IPC pero no lo logró doblegarlo.

Las malas noticias de inflación contrastan con otros datos más prometedores. A principios de este mes, el Indec reveló una caída de 3,6% en el índice de pobreza, y subidas de 5,1% en la industria y 13% en la construcción. La pobreza fue el dato más relevante, porque revirtió cifras de los primeros nueve meses de administración macrista, cuando 1,5 millones de personas pasaron a ser pobres y alcanzó en total al 32% de los argentinos. El Gobierno confía en que estas buenas noticias alcancen para superar con éxito la prueba electoral del 22 de octubre. Las encuestas, hasta ahora, alimentan el optimismo oficial.

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Sobre la firma

Federico Rivas Molina
Es corresponsal de EL PAÍS en Argentina desde 2016. Fue editor de la edición América. Es licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de Buenos Aires y máster en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona.

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