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Argentina y Chile sellan su acercamiento con un nuevo acuerdo comercial

La eliminación del 'roaming' entre los dos países destaca en un ambicioso convenio bilateral

Federico Rivas Molina
Bachelet y Macri en Colina, Chile, durante un encuentro bilateral celebrado en febrero.
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Argentinos y chilenos ya no pagarán sobrecostes al uso del móvil cuando se visiten entre sí. La eliminación progresiva del roaming es uno de los capítulos más destacados de un acuerdo comercial que Argentina y Chile firmarán en octubre. Las negociaciones han terminado el jueves, según anunciaron las cancillerías de ambos países, y sólo resta pulir los detalles formales para la firma. Además del acuerdo en materia de telecomunicaciones, el texto incluye capítulos de cooperación en inversiones, servicios, compras públicas y comercio electrónico. El nuevo tratado es un viejo anhelo de Buenos Aires y Santiago, trunco por las reticencias del kirchnerismo y posible ahora tras la decisión del presidente Mauricio Macri de abrir su país a los mercados de la costa del Pacífico.

Chile ha firmado hasta ahora 26 acuerdos con terceros países, entre Tratados de Libre Comercio (el más destacable el TLC que mantiene con Estados Unidos) y de complementación económica. La apertura chilena contrasta con la de Argentina, que tiene limitados los TLC y otros acuerdos bilaterales por su pertenencia al Mercosur, el bloque que integra junto a Uruguay, Brasil y Paraguay. Por eso las negociaciones con Santiago no incluyeron aranceles a las exportaciones, sino todas las trabas que afectaban el comercio bilateral, sobre todo de carácter burocrático o parancelarias, como las restricciones fitosanitarias.

En el fondo, el acuerdo forma parte de la búsqueda argentina por acercarse a la Alianza del Pacífico, como parte del Mercosur. “Las presidencias de Argentina y Chile decidieron acercar más a estos dos bloques, los más dinámicos en cuanto a la integración comercial. El foco está puesto en la facilitación del comercio. El objetivo de geopolítica es crear un corredor Atlántico-Pacífico”, dijo en rueda de prensa el secretario de Relaciones Económicas Internacionales de la Cancillería, Horacio Reyser.

Los negociadores acordaron un nuevo régimen de regulación y protección de inversiones, promociones al comercio y facilidades para la participación en contratos públicos. “Este texto sin duda mejora lo que teníamos hasta ahora, con normas muy vagas. Nos pusimos de acuerdo en que debíamos clarificar las normas para que los inversores tuviesen claro en qué marco jurídico iban a trabajar”, dijo Victorio Carpintieri, segundo de Reyser en la Secretaría. Para Carpintieri, se trata de dar señales en el sentido de una apertura económica que pretende atraer inversiones extranjeras. “Estamos dando una señal clara de dos países que le dicen a la comunidad de negocios que quieren facilitar el comercio y la inversión. Desde el punto de vista comercial, el acuerdo resuelve cuestiones de acceso, restricciones y demoras y varios temas sanitarios”, dijo.

El nuevo marco debe impactar en la llegada de dinero chileno, según las expectativas argentinas. Reyser explicó que los empresarios chilenos tienen hoy unos 4.000 millones de dólares disponibles para Argentina, cuando esa cifra “era antes de 7.000 millones de dólares. “Ahora hay señales nuevas para que se integren más en la inversión”, dijo. Argentina pretende además recuperar el comercio perdido. "Chile es el quinto destino al que más llegan exportaciones argentinas", por unos 2.000 millones de dólares, pero "hasta no hace tantos años eran 5.000 millones". El escenario es positivo, al menos si se tienen en cuenta las últimas estadísticas de intercambio comercial: en el último año, las exportaciones argentinas hacia Chile crecieron un 16 % y las importaciones un 11 %.

Para chilenos y argentinos será el capítulo de las telecomunicaciones el que tendrá más impacto en su vida diaria, por la reducción de los costos extras que las telefónicas cobran por el uso de sus servicios una vez que cruzan la frontera. “A partir de un año de firmado el acuerdo, los gobiernos se comprometen a promover un plan de trabajo con las empresas de telefonía para eliminar el costo adicional del roaming”, adelantó Reyser. “Esta es una discusión que viene desde hace muchos años, dado el flujo de personas entre ambos países”, dijo la directora de Relaciones Económicas Internacionales de Chile, Paulina Nazal, consultada en Santiago por medios chilenos.

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Sobre la firma

Federico Rivas Molina
Es corresponsal de EL PAÍS en Argentina desde 2016. Fue editor de la edición América. Es licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de Buenos Aires y máster en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona.

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