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Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Puzle de datos en la industria

Los pedidos siguen aumentando, y con ellos, las perspectivas de un nivel elevado de actividad

El Índice de Producción Industrial (IPI) creció en mayo un vigoroso 1,2% sobre el mes anterior, después de seis meses de resultados decepcionantes. Ya en 2016 su evolución fue algo débil, y entre enero y mayo del año actual tan solo creció un 1,8% en comparación con el mismo periodo del pasado año. Si excluimos el subsector energético, el IPI de la industria manufacturera presenta un ascenso algo mayor, pero sigue sin ser brillante, y se encuentra por debajo del ritmo de los dos años anteriores. El único subsector cuya producción crece a tasas elevadas es el de bienes intermedios, mientras que en los bienes de consumo y de equipo el crecimiento es casi nulo en el acumulado del año.

La evolución del IPI es consistente con la de otro importante indicador de actividad en el sector, las ventas declaradas de grandes empresas industriales, que publica la Agencia Tributaria, cuyo crecimiento a lo largo de 2017 también ha mostrado una notable falta de dinamismo. No obstante, estos resultados contrastan con la positiva evolución de otros indicadores, en algunos casos incluso ya desde la segunda mitad del pasado año. Así, el empleo según las cifras de afiliación a la Seguridad Social ha crecido desde finales de 2016 y durante toda la primera mitad de 2017 a tasas anuales del 3%, las más elevadas de la historia de este indicador —su serie histórica se inicia en el año 2000—. Los indicadores de pedidos han acelerado de forma acusada su ascenso, tanto el índice que elabora el INE como el de la cartera de pedidos de la Encuesta de Clima Industrial que elabora el Ministerio de Industria, hasta el punto de que ambos están registrando este año los mejores datos desde 2006.

En cuanto a los indicadores cualitativos, el índice PMI de manufacturas, que se mueve al alza desde finales del pasado año, situó su media del segundo trimestre en niveles compatibles con un ritmo de crecimiento de la actividad en el sector semejante al que se observaba en la primera mitad de 2015, que fue el momento en que con más intensidad crecía el VAB manufacturero, con tasas anualizadas superiores al 7%. Finalmente, los índices de confianza, tanto el que publica el Ministerio de Industria como el de la Comisión Europea, exhiben una tendencia ascendente, especialmente el primero de ellos, que en el segundo trimestre de este año alcanzó el mayor nivel también desde mediados de 2015.

El débil crecimiento del IPI, por otra parte, también contrasta con el vigoroso ascenso de las exportaciones de bienes, cuya tendencia, además, ha sido de aceleración. La evolución de ambas variables no tiene por qué estar perfectamente correlacionada, por diversas razones, pero no hay nada que justifique una divergencia tan acusada como la actual.

Una posible explicación a este puzle de datos puede ser que la demanda, ya sea de exportaciones o interna, se ha satisfecho en los últimos meses recurriendo a los stocks de productos terminados, de modo que, de mantenerse la fortaleza de aquella, su reflejo sobre la actividad industrial se produciría con algún retardo. El positivo dato del IPI de mayo podría ser el primer inicio en este sentido. Esto encajaría con los buenos resultados de los indicadores antes mencionados: los pedidos siguen aumentando, y con ellos, las perspectivas de un nivel elevado de actividad; como consecuencia, ascienden los índices de confianza y las empresas contratan mano de obra con intensidad para atender a la carga de trabajo que se espera.

En cualquier caso, de lo que no hay duda a la luz de los indicadores disponibles es que los servicios y la construcción han crecido en el segundo trimestre a un ritmo más intenso que la industria, impulsados respectivamente por la masiva llegada de turistas y la reactivación de la demanda de vivienda. Si durante 2014 y 2015 el sector manufacturero fue el que lideró la recuperación de la economía española, desde entonces el peso se ha desplazado hacia los otros dos sectores. Quizás en la segunda mitad del año la industria vuelva a cobrar protagonismo

María Jesús Fernández Sánchez es Economista Sénior de Funcas

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