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Standard and Poor’s sube la calificación de Argentina por las reformas económicas

La calificadora eleva de B- a B la deuda soberana, pero advierte sobre la polarización política

Federico Rivas Molina
El presidente Mauricio Macri durante un discurso en la Casa Rosada, el 3 de abril de 2017.
El presidente Mauricio Macri durante un discurso en la Casa Rosada, el 3 de abril de 2017.Presidencia
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El presidente Mauricio Macri ha recibido una buena noticia que podrá exponer como un logro ante los más de 700 invitados internacionales que, a partir de este miércoles, participarán en Buenos Aires de la versión latinoamericana del Word Economic Forum (WEF). La calificadora de riesgo Standard and Poor’s (S&P) ha elevado la nota de la deuda soberana de largo plazo de Argentina de B- a B, una decisión que refleja “los avances logrados en la política económica en general para resolver los importantes desequilibrios económicos y restaurar la credibilidad de las políticas del país”. La agencia ha hecho además previsiones positivas sobre el futuro: la inflación argentina bajará del 40% registrado en 2016 al 20% durante 2017 y la economía crecerá 3% durante los próximos tres años. Pero también hay una advertencia sobre “el ritmo de implementación del plan económico correctivo del Gobierno ante los actuales desafíos políticos”. La primera jornada del WEF, el jueves 6, coincidirá con la primera huelga nacional de la Confederación General del Trabajo (CGT), en guerra contra la política económica de Macri.

La corrección de S&P sigue a otra similar realizada por Moody’s Investors a principios de marzo, cuando pasó de estable a positiva la perspectiva para la deuda de Argentina, también por las políticas económicas aplicadas por el gobierno de Macri. S&P destacó en su informe que Argentina avanzó “para mejorar la liquidez externa y su acceso al financiamiento comercial”. “Logró realizar una emisión global de bonos por unos 22.000 millones de dólares en 2016 y por 7.400 millones en lo que va de 2017. Los pasos iniciales para resolver los grandes desequilibrios económicos del país y las distorsiones microeconómicas tales como la reducción de la inflación a un esperado 20% y 15% en 2017 y 2018, respectivamente, y el ajuste de las tarifas de servicios públicos a su costo subyacente, están ayudando a restaurar lentamente la estabilidad macroeconómica”, dijo la agencia. También destacó un avance en la independencia del Banco Central y la reestructuración del Indec, que permitió al Gobierno “la publicación de información confiable sobre variables económicas clave”.

La agencia confía que las políticas económicas de Macri tendrán continuidad “durante los próximos dos años”, es decir hasta el final del actual mandato presidencial. Pero también advirtió sobre la “incertidumbre” en la implementación del plan económico “ante los actuales desafíos políticos” del Gobierno. “Macri ha cambiado totalmente la dirección de política y económica para solucionar problemas como inflación alta, déficit fiscal alto y crecimiento económico volátil y poco sustentable”, dijo a EL PAÍS Delfina Cavanagh, directora del equipo de soberanos y subsoberanos de América Latina de S&P. “También entendemos que es un Gobierno que ha ganado en un balotaje con apenas el 51% de los votos y por eso le lleva tiempo y trabajo explicar los ajustes. Eso tiene un costo político que se hace más evidente en un año electoral que genera incertidumbre, paros y marchas, algo normal en Argentina. Pero creemos que el Gobierno, más allá del resultado de las elecciones de octubre, va a poder continuar con sus políticas correctivas. Si le va bien tendrá mayor espacio y si le va peor será más lento”, explicó Cavanagh.

La tensión en la calle fue evidente durante las últimas semanas. Las clases en las escuelas públicas han iniciado en marzo de manera intermitente debido al reclamo salarial de los maestros y este jueves el Gobierno enfrentará la primera huelga general de la CGT, donde se agrupan los poderosos sindicatos peronistas. El optimismo de S&P, que es también el de la Casa Rosada y el de los mercados, aunque las inversiones no llegan al ritmo esperado, no siempre se percibe en la calle, donde el ajuste se ha traducido en aumentos de tarifas de los servicios públicos, una inflación del 40% el año pasado y bajadas en la producción industrial y la construcción. Según datos del Indec, en febrero de 2017 la industria cayó 6% con respecto al mismo mes del año anterior y 3,5% si se comparan los primeros bimestres de ambos años. La construcción, en tanto, un sector que demanda mucha mano de obra, cayó 3,4% en el intermensual.

S&P ya había elevado la nota de la deuda argentina de SD (incumplimiento selectivo) a B- el 6 de mayo de 2016, como respuesta al pago de 9.300 millones de millones de dólares que Argentina adeudaba a los holdouts que no adhirieron al canje de deuda que hizo el kirchnerismo. La nueva reclasificación, a B, implica que “el país pasa a ser un poco menos riesgoso para quien quiera venir a invertir en Argentina, y eso se traduce en financiamiento más barato”, dijo Cavanagh. Un logro que Macri, sin duda, mostrará como un logro a los asistentes al WEF en Buenos Aires.

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Sobre la firma

Federico Rivas Molina
Es corresponsal de EL PAÍS en Argentina desde 2016. Fue editor de la edición América. Es licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de Buenos Aires y máster en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona.

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