Bruselas da un toque de atención a España por la falta de Gobierno
“A veces nos gustaría a nosotros formar Gobierno”, dice con ironía Dijsselbloem, presidente del Eurogrupo
La larga siesta en la que está metida la política española empieza a provocar reacciones en Bruselas, entre los primeros síntomas de nerviosismo y una fatiga cada vez más evidente. El ministro Luis de Guindos dejó claro en el Eurogrupo que España prorrogará los presupuestos y endurecerá por decreto el impuesto de Sociedades. Las instituciones tomaron nota, pero lanzaron el primer toque de atención del nuevo curso político y adelantaron que es probable que con eso no baste. El jefe del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, explicó que ante la falta de Gobierno "los problemas siguen ahí". "No podemos formar Gobierno, aunque nos gustaría", subrayó con un tono marcadamente irónico que no esconde una mezcla de preocupación e impaciencia.
La Comisión Europea perdonó en julio una sanción millonaria a cambio de un presupuesto austero y de un compromiso serio para reducir el déficit, pero nunca sospechó que la parálisis política podría alargarse tanto. Las instituciones asumen que un Gobierno en funciones no puede cumplir lo acordado. Bruselas se resigna a que Madrid envíe un presupuesto prorrogado. Pero tanto el Ejecutivo europeo como el Eurogrupo quieren que España apruebe cuanto antes el prometido endurecimiento del impuesto de Sociedades, y avisan de que incluso con esa medida está por ver cuál será el próximo paso de Bruselas. Hasta el Banco Central Europeo se ha metido ya en ese asunto. La preocupación aún no se ha convertido en alarma, pero la Comisión está a un paso de congelar temporalmente fondos europeos por un importe de más de 1.000 millones. Bruselas presiona para que un país que crece a más del 3% se decida de una vez por todas a poner en vereda uno de los déficit públicos más abultados del Atlántico Norte. Y nada de eso puede hacerse sin un Gobierno en toda regla.
El ministro Luis de Guindos expuso este viernes en el Eurogrupo informal de Bratislava un secreto a voces: solo puede prorrogar el presupuesto. A cambio, tramitará por la vía de urgencia del decreto ley el endurecimiento del impuesto de Sociedades (que después debe convalidar el Parlamento) para pedir por adelantado 6.000 millones a las empresas. Con ese dinero pretende que, poco más o menos, salgan los números. Pero las cuentas no cuadran: no está claro que España cumpla el objetivo de déficit este año (4,6% del PIB), y mucho menos en 2017 (2,2%), sin un ajuste más duro.
Solo Dijsselbloem y el presidente del BCE, Mario Draghi, replicaron a Guindos en la reunión. Draghi conminó a la Comisión a hacer cumplir las reglas, según las fuentes consultadas, que apuntan que las instituciones empiezan a dar las primeras muestras de fastidio por los efectos secundarios del impasse político. A su entrada en el Eurogrupo, Dijsselbloem fue más explícito, aunque en un tono marcadamente jocoso. "Los problemas de España no se han evaporado. No podemos formar Gobierno, aunque a veces nos gustaría", dijo con ironía. Para evitar equívocos, aclaró: "Eso depende de los electores y de los políticos". "Es muy complicado para la Comisión juzgar un Presupuesto si no lo tiene y es difícil para un Gobierno en funciones diseñar uno nuevo", zanjó.
Congelación de fondos
Las dudas seguirán mientras el panorama político no se aclare, y el próximo Gobierno nacerá con la imperiosa necesidad de acometer el recorte prometido, que se retrasa una y otra vez por las dificultades para pactar. Nada de eso es nuevo en Europa, pero ningún país se había enfrentado a las exigencias de Bruselas —con un expediente a un paso de las sanciones automáticas, al menos en teoría— con un Gobierno en funciones atado de pies y manos. Guindos explicó a la prensa que la subida encubierta de la fiscalidad empresarial "bastará para evitar el bloqueo de fondos europeos".
Guindos dice que la subida de la fiscalidad empresarial "bastará para evitar el bloqueo de fondos europeos"
Pero ese optimismo contrasta con las dudas de las fuentes consultadas. Los halcones —el ala dura, más ortodoxa, de las instituciones— perdieron en julio la batalla de la sanción, pero esta vez quieren su libra de carne. "Guindos ha prometido que aprobará la subida de Sociedades, y no tiene más remedio que prorrogar el presupuesto. La Comisión tendrá que evaluar esas medidas. Pero no está claro si será suficiente", avisó Dijsselbloem en declaraciones a EL PAÍS. Dijsselbloem fue crítico en julio con la decisión de cancelar la multa. Y en Bratislava explicó que Bruselas "ha redefinido las medidas efectivas [que debe acometer España] con menos ambición, pero aun así habrá que ver qué presenta el Gobierno".
También el BCE terció en el asunto. El consejero Benoît Coeuré repitió en público lo que Draghi dijo en el interior, en un mensaje que es una suerte de puntapié para la Comisión en el trasero de España: "Las reglas tienen que ser aplicadas de forma transparente, consistente y predecible. De lo contrario, el marco fiscal está en peligro". Tanto el BCE como el Eurogrupo sugieren, en fin, que el caso español —y el portugués— son un examen crucial para unas reglas tocadas de muerte.
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