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La deuda externa subió en 2015 hasta los 1,8 billones de euros

Al cierre de 2015, algo menos de una cuarta parte del total dependió de la deuda de las administraciones con el exterior

Fachada del Banco de España.
Fachada del Banco de España. EFE

La reactivación de la economía no ha sido suficiente para que España redujera su deuda exterior en 2015. El país debe a sus acreedores más de 1,8 billones de euros, lo que supone la mayor cifra de cierre de año jamás alcanzada y coloca a España como uno de los países del mundo con mayor deuda externa. Los datos, publicados ayer por el Banco de España, revelan por otro lado un repunte de la entrada de capitales en el país, mientras que la balanza de pagos por cuenta corriente registró en enero un déficit de 700 millones de euros.

El volumen de la deuda externa española rompió en 2015 por primera vez la barrera de los 1,8 billones de euros. Pese a que a lo largo del año la andadura de la deuda fue oscilante, su valor acabó consolidándose por encima de este umbral. Ya en el primer trimestre de 2015, España debía a sus acreedores 1,824 billones, y cerró el ejercicio en 1,815 billones, unos 80.600 millones más que al cierre del año anterior, según los últimos datos de la balanza de pagos elaborada por el Banco de España. Se trata de una cifra que equivale al 167% del PIB, lo que sitúa a España entre los países más endeudados del mundo frente al exterior.

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El incremento de la deuda externa en 2015 fue solo inferior al registrado en 2014, cuando la deuda externa creció casi en 100.000 millones de euros. Las administraciones públicas coparon la mayor parte de la deuda. Al cierre de 2015, más de 551.000 millones, algo menos de una cuarta parte del total, dependió de la deuda de las administraciones con el exterior. Otros 440.000 millones correspondieron a la deuda de instituciones financieras como los bancos privados, mientras que el Banco de España tuvo un saldo de 330.512 millones, y los otros sectores residentes (principalmente las empresas españolas) debían más de 303.000 millones a acreedores de fuera de España.

Con respecto al cierre de 2014, la deuda de la administración pública creció un 10%, mientras que el endeudamiento de institutos financieros privados y de las empresas privadas se redujo entre un 5,7% y un 5,8%. El incremento del endeudamiento del Banco de España fue mayor: su deuda hacia el exterior creció el año pasado un 33%, casi 75.000 millones más que en 2014.

Balanza de pagos

Con respecto al cierre de 2014, la deuda de la administración pública creció un 10%, mientras que el endeudamiento de institutos financieros privados y de las empresas privadas se redujo entre un 5,7% y un 5,8%. El incremento del endeudamiento del Banco de España fue mayor: su deuda hacia el exterior creció el año pasado un 33%, casi 75.000 millones más que en 2014.

En cambio, la posición de inversión internacional de España, equiparable a la deuda externa neta, se redujo de 995.000 a 978.000 millones.

La balanza por cuenta corriente, que mide los ingresos y pagos al exterior por intercambio de mercancías, servicios, rentas y transferencias registró otro déficit. Esta vez de 700 millones, frente a los 400 millones de enero de 2015, según los datos del Banco de España.

En particular, los pagos de los segmentos de bienes y servicios aumentaron a un ritmo interanual superior al de los ingresos (3,7% y 2,2%), hasta los 24.900 millones y 25.500 millones, respectivamente. Del componente de servicios, la rúbrica de turismo y viajes registró un superávit de 6.800 millones, 200 millones más, mientras que el saldo de servicios no turísticos se redujo en 400 millones en el cuarto trimestre, hasta los 3.800 millones.

Entran más capitales pese la incertidumbre

La entrada de capitales extranjeros en España se disparó el pasado enero. Los inversores inyectaron 16.000 millones de euros, más del doble que los 7.800 millones que invirtieron en enero de 2015. Este repunte se debe a la entrada de 7.900 millones en inversiones de cartera, así como al ingreso de 9.500 millones que llegaron mediante préstamos y depósitos.

El repunte de las inversiones extranjeras refleja el hecho de que, pese a la incertidumbre política generada por la incapacidad de llegar a un acuerdo de Gobierno, aún no se ha quebrado la confianza en la economía española. Esta entrada contrasta con los más de 70.000 millones que los inversores retiraron de España en el conjunto de 2015.

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