Volkswagen admite que su exjefe conocía en 2014 el fraude de las emisiones
Winterkorn aseguró al presentar su dimision que desconocía las malas prácticas
Martin Winterkorn abandonó la presidencia de Volkswagen el pasado mes de septiembre forzado por el escándalo masivo de las emisiones de gases contaminantes. Entonces, el hombre que presumía de conocer hasta el último tornillo de la empresa que dirigió durante ocho años dijo que se iba, pese a que nunca había sido consciente de las malas prácticas. Diversas informaciones periodísticas han puesto en duda esta versión en los últimos meses, pero ahora es la propia empresa la que confirma que su antiguo jefe mintió o, al menos, maquilló la verdad.
Un informe preparado en 2014 específicamente para Winterkorn señalaba los problemas de las emisiones de coches diésel en EE UU. La empresa admite ahora que el informe existió, pero que “no obtuvo una atención especial por parte del equipo directivo”, según un comunicado hecho público en la noche del miércoles. “No está documentado si Winterkorn tomó nota del informe y si lo hizo, hasta qué punto”, añade Volkswagen.
El informe elaborado por Volkswagen llegó a la mesa de Winterkorn, a través de su correo del fin de semana en mayo de 2014. Era la respuesta de la empresa a las investigaciones del Consejo Internacional de Transportes Limpios, el organismo que destapó el mecanismo diseñado por la empresa para manipular las emisiones de óxido de nitrógeno de los motores diésel EA 189, que en condiciones normales superaban con muchos los niveles permitidos por las autoridades medioambientales estadounidenses.
Pero las pruebas que apuntan contra la responsabilidad de Winterkorn van más allá. En el muy improbable caso de que no se hubiera leído el informe dirigido a él, medio año más tarde, en noviembre de 2014, recibió más pruebas de que algo iba mal. Otro informe alertaba al presidente del primer fabricante de coches europeos que el coste por los motores diésel manipulados en EE UU podrían rondar los 20 millones de euros.
Las revelaciones hechas por la compañía podrían tener consecuencias penales para el propio Winterkorn. Pese a esta nueva información, la compañía mantiene la teoría de que el engaño partió de un reducido número de ingenieros “cuyas identidades todavía hay que determinar”. Estos empleados estarían en el organigrama “en niveles inferiores a Consejo de Administración”, señala el comunicado. La agresiva campaña por conquistar el mercado norteamericano con sus motores diésel sería el marco en el que se habría cocinado este engaño, favorecido por las presiones para ganar cuota de mercado y lo limitado del presupuesto con el que contaba la filial estadounidense de Volkswagen para cumplir sus objetivos de ventas.
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