Joseph Engelberger, creador de la robótica industrial
El ingeniero estadounidense ideó e instaló la máquina con la que se inició una revolucionaria transformación en las plantas de ensamblaje
El origen de la robótica industrial está en Danbury, un localidad en el estado de Connecticut, a 6.500 kilómetros de donde el autor checo Karl Capek imaginó a androides sirviendo a humanos. El padre de estas aplicaciones tecnológicas que revolucionaron las plantas de ensamblaje es Joseph Engelberger (Nueva York, 1925), fundador de Unimation. El ingeniero falleció el martes a los 90 años, cuatro años después que su socio George Devol, el inventor con el que formó esta empresa pionera.
Engelberger era jefe de ingeniería en la división aeronáutica de Manning, Maxwell y Moore cuando conoció a Devol en un cóctel. Los dos hablaron de Issac Asimov y sus aplicaciones a las operaciones automatizadas de maquinaria. Pero la sociedad para la que trabajaba fue adquirida por Dresser Industries y el nuevo dueño no le vio utilidad al brazo robótico programable diseñado por Engelberger, así que decidió buscar apoyo financiero por otro lado. Ese respaldo lo encontró en Consolidated Diesel Electronic, que creó en 1956 una filial, Unimation, bajo la dirección del ingeniero y la guía de Devol. Juntos diseñaron cada componente del ingenio y tuvieron que desarrollar la tecnología para controlar sus movimientos. La primera de estas máquinas autónomas se instaló en una planta de ensamblaje de General Motors en Trenton (Nueva Jersey), en el año 1961.
Ford Motor y Chrysler también adquirieron estas máquinas. Después llegarían los robots con capacidad para soldar componentes. El desarrollo del primer Unimate tuvo un coste estimado en cinco millones de dólares. A los cinco años de la primera entrega comenzó la producción a gran escala; pero la compañía no fue rentable hasta 1975.
Unimation acabaría trabajando junto a General Motors para ampliar el uso universal de los robots en la industria y evitar que los operarios realizaran trabajos peligrosos. La máquina se hizo tan popular que llegó a ser protagonista de uno de los legendarios shows televisivos de Johnny Carson. Engelberger demostró las capacidades de su ingenio haciéndo que su brazo de 1.800 kilos sirviera cerveza, dirigiera una orquesta y tocara el acordeón. El Unimate abrió la era de la robótica industrial e hizo una de las más importantes contribuciones al avance tecnológico del último medio siglo.
El robot de Engelberger y Devol es uno de los más usados del mundo. Hay quien considera que fue un factor determinante en la emergencia de la industria del motor japonesa.
Engelberger, descendiente de inmigrantes alemanes, trabajó durante la Segunda Guerra Mundial trabajó en el proyecto de la bomba atómica, antes incluso de graduarse en Física y obtener un máster en Ingeniería Eléctrica por la Universidad de Columbia en 1949.
Estuvo al frente de Unimation hasta 1983, aunque siguió tres años más como vicepresidente de Condec. Tras vender la compañía fundó HelpMate Robotics, centrada en desarrollar aplicaciones móviles para hospitales, laboratorios y varios usos médicos, como la asistencia a las personas mayores. Además de su trabajo visionario en robótica industrial, es autor de numerosos libros en los que analiza el impacto económico y social de estas herramientas y su simbiosis con los humanos.
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