“Lo que cambió en América Latina es la exigencia social”
El dirigente del organismo internacional cree que las reformas limitan el riesgo de crisis
Las reformas acometidas en los últimos años y la presión de la sociedad latinoamericana por avanzar contra la pobreza o lograr mejores servicios públicos son, en opinión del mexicano Jorge Familiar, las mejoras salvaguardas ante un horizonte económico que vuelve a nublarse. El vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe participa este miércoles en Madrid en El Perú, en futuro, foro organizado por EL PAÍS que se centra precisamente en las perspectivas del país que en otoño acogerá la asamblea anual del organismo internacional.
Pregunta. Las condiciones financieras se complican, el crecimiento económico de la región se estanca. ¿Es ahora América Latina más vulnerable que en 2008?
"La diversificación no fue bien, hay aún dependencia de las materias primas"
Respuesta. Latinoamérica vivió un periodo de mucho crecimiento y de una profunda transformación social, impulsado en buena medida por condiciones externas favorables, por altos precios de las materias primas, por la demanda de mercados emergentes... Esas condiciones, a día de hoy, no están. Pero América Latina tiene ahora un buen manejo macroeconómico, un manejo fiscal prudente, los países no están entrando en una crisis generalizada. Y lo que también es diferente es una población que exige seguir con la transformación social, con la creación de oportunidades. Eso requiere crecimiento.
P. El comercio de materias primas impulsó ese crecimiento en la década pasada. ¿Se intensificó la dependencia?
R. Un estudio reciente del Banco Mundial nos dice que, si bien las commodities [materias primas] tuvieron un impacto importante, no es el único factor, las reformas que hicieron los países explican una parte de ese crecimiento. Lo que también es cierto es que hay muchos países de la región muy concentrados en commodities y la diversificación no fue bien, no tuvo mucho éxito.
P. ¿Será posible ahora?
"La región tienen ahora un manejo fiscal y macroeconómico prudente"
R. Hay una agenda muy ambiciosa de reformas e inversiones enfocada precisamente en reactivar el crecimiento y seguir en esta transformación social. ¿En qué consiste? Primero que nada, en un manejo fiscal prudente. Los países que tienen ahorros están siendo cuidadosos y el resto está revisando su gasto público para enfocarlo en actividades con mayor impacto en el crecimiento. Otro elemento esencial es el déficit de infraestructuras: la región debería invertir el 5% de su producto interior bruto al año en infraestructuras, y apenas gasta un 2%. Son 180.000 millones de dólares más que invertir al año, en un entorno de recursos fiscales escasos. Va a ser necesario crear condiciones para atraer capital del sector privado.
P. Brasil logra atraer mucha inversión extranjera, otros países de la región, no. ¿Por qué esas diferencias?
R. La mayor parte de la inversión en infraestructuras, alrededor del 70%, es pública, atraer inversión privada es más complicado de lo que parece: hay que generar condiciones de confianza, lograr proyectos que pueda financiar la banca y sean atractivos para los inversionistas, con marcos normativos e instituciones que generen esas condiciones. Y hay que trabajar en logística, procesos, aduanas, regulaciones... A mí me impresiona que la velocidad promedio de un transporte de carga en Centroamérica sea de 11 kilómetros por hora. Y no solo es por la carencia de carreteras.
P. Hay procesos de integración comercial de países de la región con Estados Unidos, con Asia o con Europea, ¿por qué encallan este tipo de procesos dentro de América Latina?
"Se debería invertir el 5% del PIB en infraestructuras, pero apenas se gasta el 2%"
R. En parte, se debe a malentendidos relacionados con el proteccionismo. Y en algunos casos el problema ha sido que el proyecto se ha planteado como algo demasiado ambicioso, como grandes procesos de integración regional o subregional, en lugar de atacarlo desde un aspecto más parcial, fijarnos en casos exitosos que puedan replicarse en otros países.
P. La década pasada fue la del avance en la lucha contra la pobreza. ¿Hay riesgo de que el estancamiento económico eche por tierra lo logrado?
R. Ha sido una transformación social, la pobreza extrema se ha reducido a la mitad. Por primera vez en la historia, los latinoamericanos que forman parte de la clase media son más que los que viven en condiciones de pobreza. Y el grupo más numeroso de la región es el grupo de personas vulnerables, que viven con entre 4 y 10 dólares al día, todavía no son clase media. Este grupo claramente está en riesgo de regresar a la pobreza, si hay shocks económicos. Pero lo que cambió es que hay una presión muy fuerte de esta sociedad, que vive mejor, por tener más y mejores servicios públicos, por tener mayores oportunidades. La región debe encontrar su propia fórmula para el crecimiento.
P. Buscando esa fórmula, se aumentó el gasto en educación, pero el impacto en mejora de la productividad fue muy limitado.
"Hay riesgo para el grupo de personas vulnerables de volver a la pobreza"
R. El avance en materia de acceso a la educación ha sido impresionante, prácticamente tenemos un 100% de acceso a nivel primario y secundario. Lo que no tenemos es la calidad suficiente del sistema educativo. Uno de los temas que creemos muy importante es la calidad de los maestros. Hicimos un estudio de largo plazo, en el que estuvimos presentes en 3.000 aulas observando cuáles eran los factores que llevaban a más calidad de la educación. Y el peso que tienen los buenos maestros es determinante. Son necesarias políticas para facilitar que estos buenos maestros sean una norma y no una excepción, políticas que tengan que ver con la forma en que se les selecciona, se les evalúa, se les compensa… Hay países, como Finlandia, donde los mejores estudiantes se convierten en maestros, es la profesión de preferencia de los mejores estudiantes. Y hay países donde no se les reconoce. Eso hay que cambiarlo en nuestra región.
P. Hay países, como Argentina, o sobre todo, Venezuela, con unas perspectivas económicas muy negativas este año, ¿teme que alguno quede descolgado de esa transformación social a la que alude?
R. La transformación social ha sido bastante generalizada. Argentina, por ejemplo, ha estado entre los que han tenido mayor éxito en reducción de pobreza y mejora de la prosperidad compartida en los últimos años. La presión social y el deseo de la población de seguir progresando, de tener más oportunidades, mejores empleos, está presente en toda la región. Lo que sí es cierto es que el crecimiento no se nos ha dado bien históricamente. Mi economista jefe siempre me recuerda que al área de Latinoamérica del Banco Mundial nos invitan en muchas ocasiones para compartir experiencias en Asia. Nos invitan a hablar de protección social, de buenos manejos macroeconómicos, pero todavía no nos invitaron a hablar de crecimiento.
P. ¿Hasta qué punto ha cambiado la irrupción de China el modelo de desarrollo latinoamericano?
"El deseo de la gente de seguir progresando está presente en toda la región"
R. China y otras economías emergentes fueron el motor de la economía global durante un periodo largo y eso tuvo un impacto muy importante en América Latina, porque se creó un nuevo mercado de destino para sus producto. También es un importante inversor y una fuente de financiación, lo que vemos como algo positivo. La necesidad de recursos para el desarrollo, lo que hay que invertir en infraestructuras en la región es de tal dimensión, que hay espacio para muchas iniciativas.
P. París acoge este año una cita clave en la lucha contra el cambio climático, ¿percibe una posición común de los países de la región?
R. La lucha contra el cambio climático está muy alto en la agenda latinoamericana, por muchas cuestiones: cinco de los diez países más expuestos a desastres naturales están en América Latina. Un grupo importante de los países que se consideran más afectados por cambio climático está en América Latina. Y esto tiene implicaciones muy amplias en la agenda de desarrollo de la región: el diseño de las infraestructuras tiene que tener en cuenta la posibilidad de desastres naturales, al aumento de la demanda de energía debe responderse pensando en los impactos ambientales hacia adelante. Y la región está consciente de esto, hay esfuerzos importantes de conservación de recursos naturales y de fauna. Yo sí veo un aumento de la conciencia medioambiental en los gobiernos y en las mismas empresas.
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