Los sueldos caen, la economía crece
Los grandes patronos pronostican un descenso de los costes laborales del 1,5% en dos años y una recuperación de la actividad más optimista que la del Gobierno
Los salarios están bajando, sí, pero la economía se recupera y cada vez hay más razones para el optimismo. Este es el mensaje que suscriben y están dispuestos a difundir los grandes patronos, agrupados en el Consejo Empresarial para la Competitividad (CEC). Su último informe España emprende y exporta dibuja un panorama esperanzador, con una salida de la recesión en el último trimestre de este año y un crecimiento del 0,9% en 2014, por encima del pronosticado por el propio Gobierno (0,7%), cuyas reformas aplauden efusivamente. La contrapartida, aunque los empresarios lo vean como una ventaja competitiva, es que los sueldos bajan, en contra de lo que piensa el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, para el que solo “están creciendo moderadamente”.
El informe del CEC, que agrupa a las 15 mayores empresas españolas, deja traslucir que la caída de los salarios ha pasado a ser uno de los componentes más atractivos de la marca España, porque hace mucho más seductor el país a los ojos de los inversores extranjeros. Y es que su previsión es que los costes laborales unitarios, que miden la relación entre las remuneraciones y el producto interior bruto, registren una caída del 1,5% entre 2013 y 2014, frente a una subida media del 2,9% en los países comparables del entorno (Alemania, Francia e Italia).
El beneficio para la empresa por cada empleado crecerá un 6,7%
La receta de salarios a la baja para combatir la crisis al aumentar la competitividad de las empresas se acentuará el próximo año, según los datos reveladores que contiene el documento de los patronos subtitulado ¿Dónde estamos y hacia dónde vamos?: la fuerza laboral en España en 2014 será un 20% más barata que la de alemanes, franceses e italianos, 34.400 euros por empleado frente a los 43.000 euros en el promedio de los tres países. Y el beneficio bruto (Ebitda) que cada empresa obtiene por cada trabajador en España va a aumentar en dos años un 6,7%, muy por encima del 1,5% estimado para los países comparables.
Siguiendo estas previsiones, el presidente de la CEOE, Juan Rosell, ha reconocido que si se computan las retribuciones de todos los trabajadores, incluyendo funcionarios y autónomos, se registrará una caída de los salarios en 2013. El líder de la patronal, a diferencia de lo que hizo el ministro Montoro, ha computado no solo la evolución de los sueldos que han salido de la negociación colectiva, que crecerán este año un 0,4%, sino también la congelación salarial de los 2,6 millones de empleados públicos y los ingresos de los autónomos. “Si se suma todo, el crecimiento de los salarios es muy plano y puede ser incluso negativo”, dijo Rosell.
Críticas al FMI por sus “observaciones gratuitas” sobre la deuda privada
Incluso el excompañero de Gabinete de Montoro y ahora consejero delegado de OHL, Josep Piqué, le ha enmendado cariñosamente la plana al ministro de Hacienda: “Es verdad que en términos de convenios colectivos firmados este año puede haber un incremento salarial muy moderado, pero es obvio que los salarios reales han bajado en España desde hace años”.
El CEC, un sanedrín empresarial en el que están representados los grandes bancos (La Caixa, BBVA y Santander), empresas de servicios (Telefónica, Iberdrola, Repsol, Mapfre, Planeta y Mercadona), constructoras (Acciona, ACS y Ferrovial) y las marcas españolas más internacionales (El Corte Inglés, Inditex y Mango), ha insuflado aún más optimismo en su último informe respecto al que presentó el pasado mes de abril. “La recesión ha quedado atrás y tendremos un crecimiento sostenido en los próximos años”, resumió César Alierta, máximo responsable de Telefónica y también presidente de este foro.
Pronostica una mejora de la economía con tasas de crecimiento desde el tercer trimestre (+0,1%) que se consolidará en el cuarto trimestre (+0,2%), para despegar en 2014, en el que prevén que la actividad crezca un 0,9% en el conjunto del año, por encima de la previsión del Gobierno (+0,7%) y del Fondo Monetario Internacional (0,2%).
Contra el FMI y el informe presentado esta semana en Washington cargó duramente Alierta, que calificó de “observación gratuita” la alerta del organismo sobre el exceso de endeudamiento de las empresas españolas “cuyo saneamiento está muy avanzado”, y emplazó a las grandes empresas a difundir el mensaje optimista entre las pymes “porque si alguien conoce la realidad de la economía española y su potencial somos nosotros”.
El CEC aplaude sin reservas las reformas emprendidas por el Gobierno como la laboral o el adelgazamiento del sector público, y el control del déficit público que prevén, al igual que el Ejecutivo de Rajoy, que cierre en el 5,8% en 2014.
Alierta enfatizó que se han sentado las bases para una recuperación de la demanda interna en 2014, tanto del consumo privado como de la inversión, con una mejora del stock de capital, un sector financiero más proclive a dar créditos y un fuerte tirón del sector exterior, en el que el peso de las exportaciones se situará en el 34% del PIB (frente al 25% de 2009).
Sobre la evolución del paro, el CEC se muestra mucho más cauto que en anteriores informes, y se limita a señalar que “habrá creación neta de empleo y menor tasa de paro en 2014”. Insiste en que la reforma laboral permitirá que se creen puestos de trabajo con tasas de crecimiento del PIB inferiores al 1,5% frente al 2,5% que se precisaba antes de la reforma.
Otros apuntan también en esa dirección. Según el indicador AML Afi-Asempleo de la patronal de las empresas privadas de colocación, la tasa de desempleo alcanzó en el tercer trimestre el 25,86% y el número de parados bajará de los seis millones, hasta situarse en los 5,9 millones.
El contrapunto al optimismo lo puso este jueves el expresidente del Gobierno Felipe González. Preguntado por la recuperación que proclama Rajoy, aseguró que la sobredosis de optimismo del Ejecutivo “recuerda mucho a los brotes verdes”, popularizados en España por la exministra socialista Elena Salgado. Sobre la frase de Montoro también fue tajante: “La perversión del lenguaje está llegando a extremos increíbles”, informa Claudi Pérez.
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