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Los municipios sacan dinero del cajero automático

Barcelona aprueba la tasa más cara de España para los bancos con máquinas en la calle Madrid aduce un alto coste de implementación para no poner en marcha el tributo

Camilo S. Baquero
Un hombre usa un cajero situado en la calle
Un hombre usa un cajero situado en la calleBernardo Pérez

Los cajeros automáticos que están en una fachada del barcelonés paseo de Gràcia pagan, por una nueva tasa que ha entrado en vigor este mes, 855 euros anuales. Deben abonar este impuesto municipal por ocupar parte del espacio público. El Ayuntamiento de la capital catalana ha decidido imponer la tasa más cara de España por este concepto, y espera recaudar unos 300.000 euros al año. La ciudad catalana, aunque sí es la que más cobra, no se ha inventado esta tasa a la banca por los cerca de 600 cajeros que funcionan en la ciudad: ya hay otros municipios que la cobran, como Badajoz, Málaga, Sevilla, Zaragoza, Córdoba o Palma de Mallorca. Sin embargo, a pesar de las anémicas tesorerías locales, muchos consistorios se resisten a aplicarlo. Madrid, por ejemplo, dice que implementar ese cobro resultaría más caro que lo que lograría recaudar.

Badajoz, Málaga, Sevilla, Zaragoza, Córdoba o Palma de Mallorca exigen ya este pago a los bancos

Es difícil calcular el número de municipios que han incluido el tributo en sus ordenanzas fiscales, pues se trata de una norma que cada pleno aprueba. Ni siquiera las patronales del sector financiero, la Asociación Española de la Banca (AEB) y la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA), tienen claro cuántas poblaciones lo hacen o el monto total que paga la banca.

La CECA y la AEB no ven con buenos ojos la tasa, aunque su impacto en las cuentas de las entidades bancarias es mínimo. “La tasa es improcedente puesto que la utilización de los cajeros instalados en fachadas por parte de los usuarios constituye una manifestación del uso común general de las calles”, explica una portavoz de AEB. De hecho, la CECA y varias entidades como Banco Sabadell o CajaSur llevaron a los tribunales a algunos municipios que la pusieron en marcha. El caso más emblemático es el de Palma de Mallorca, donde la queja de la Confederación llegó hasta la sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Supremo. El tribunal le dio la razón al Consistorio. La sentencia del 12 de febrero de 2009 determinó que los bancos realizan “un aprovechamiento especial de la vía pública” como lo hacen una terraza o una zona azul, por ejemplo. Es decir, que la tasa es acorde a la ley.

Los municipios, de todos los colores políticos, tampoco la han aplicado de una manera uniforme. En Málaga hay un precio único de 600 euros. El año pasado, la tasa debutó allí con una recaudación de 105.000 euros. Un total de 185 cajeros realizaron la autoliquidación. El Consistorio de Sevilla la puso en marcha en 2009 y hay tres categorías, de acuerdo a la calle en la que se encuentre el cajero. La horquilla va desde los 324 euros hasta los 713 euros.

En Barcelona las entidades  tendrán que pagar entre 171 euros y 855 euros por cajero, según la zona

“Aquí no hay un afán recaudatorio”, explica Sònia Recasens (CiU), segunda teniente de alcalde de Barcelona. En la capital catalana hay cinco categorías de calle y los bancos tendrán que pagar entre 171 euros y 855 euros. Su Ayuntamiento es uno de los más saneados del Estado: en el 2012 su deuda acumulada es de 1.128 millones de euros, siete veces menos que Madrid y el Consistorio paga en un promedio de 30 días a sus proveedores. Recasens explica que para calcular el valor de la tasa se ha utilizado un indicador del rendimiento por la actividad de explotación del cajero, basándose en la memoria de la supervisión bancaria. Barcelona calcula que hay unos 600 cajeros y se cobrará por autoliquidación. En Lleida se cobra de acuerdo a la superficie ocupada. A partir de este año se comenzó a cobrar 355 euros, lo que equivale ocupar un metro cuadrado de la calle, el espacio que el Ayuntamiento considera que ocupa la actividad del banco.

Madrid evita la tasa a la banca

“El caso de Madrid es sorprendente, llevamos tres legislaturas intentando que se incluya esta tasa en las ordenanzas fiscales”, explica el edil Jorge García Castaño (IU). Desde la concejalía de Hacienda aseguran que se trata de un tema técnico, no ideológico. El coste de implantación sería de unos 1,15 millones el primer año, más 350.000 en los siguientes, argumentan. La recaudación estaría alrededor de los 700.000 euros anuales. García también cree que “Ana Botella le tiene miedo a una pelea judicial con los bancos”. “Esta negativa no tiene sentido en un momento en que el Ayuntamiento recorta y está buscando dinero hasta debajo de las piedras”, agrega.

El año pasado, según el Banco de España, había 56.268 cajeros en todo el Estado, los mismos niveles que en 2005. Se calcula que la mitad podrían estar en la calle. La crisis y la fusión de las cajas han reducido el número de las máquinas. Algo que ya sienten en Badajoz. El año pasado de recaudaron 570.255 euros los 96 cajeros que hay en fachada. Las perspectivas del Ayuntamiento son negativas para este ejercicio.

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Sobre la firma

Camilo S. Baquero
Reportero de la sección de Nacional, con la política catalana en el punto de mira. Antes de aterrizar en Barcelona había trabajado en diario El Tiempo (Bogotá). Estudió Comunicación Social - Periodismo en la Universidad de Antioquia y es exalumno de la Escuela UAM-EL PAÍS.

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