_
_
_
_
_

Las estadísticas saben más que Rosell

Los expertos defienden la validez de la EPA para analizar el mercado laboral y lo sitúan por encima del paro registrado

Manuel V. Gómez
Fuente: INE y Ministerio de Empleo y Seguridad Social
Fuente: INE y Ministerio de Empleo y Seguridad SocialEL PAÍS

Si Javier recibiera mañana la visita de un encuestador del Instituto Nacional de Estadística (INE) y contestara al cuestionario, sería considerado un parado. Durante esta semana, este comercial de 37 años no ha trabajado ni una hora, busca empleo —no solo lo espera— y está dispuesto a incorporarse a un trabajo en las próximas dos semanas. Sin duda alguna, en la Encuesta de Población Activa (EPA) forma parte de esos casi seis millones de desempleados que hay en España pese a que no está registrado como parado por el Servicio Público de Empleo. En cambio, el presidente de la patronal CEOE, Juan Rosell, no lo ve así. “La EPA dice que hay seis millones de parados y el registro que hay cinco. Yo me creo los cinco millones”, ha declarado Rosell.

Como Javier S. L., que solo da las iniciales de sus apellidos por su condición de comercial, hay al menos un millón de parados que no están registrados en el Ministerio de Empleo. ¿Por qué? “Al quedarme en paro [abril de 2012] en la oficina me dijeron que no tengo derecho a prestación”, explica Javier, “así que no renové la demanda”. Pasados tres meses desapareció del registro.

El caso de Javier no es aislado. “Hay mucha gente que no se inscribe porque no van a percibir prestaciones y subsidios”, argumenta Marcel Jansen, profesor de Economía en la Universidad Complutense. Este es un fenómeno que se da sobre todo entre los inmigrantes: los Servicios Públicos contaban 612.000 parados no españoles el pasado diciembre, la EPA afloraba 1,2 millones.

Hay otras causas que explican esa diferencia, que se ha ensanchado en la crisis. El paro registrado se elabora de acuerdo con unos criterios establecidos en un decreto de 1985 que excluye, entre otros, a los estudiantes que buscan trabajo, a los parados que solo aceptarían empleos con una jornada semanal de más de 20 horas y más de tres meses de duración y a los beneficiarios del subsido agrario de Andalucía y Extremadura (137.333 en diciembre). En cambio, incluye a los prejubilados que cobran prestación, un colectivo que en la EPA se considera inactivo.

Rosell dice estar “encantado de abrir debates”, pero entre economistas, sociólogos y estadísticos nadie alberga dudas de qué datos son los más fiables para analizar el mercado laboral. Dicho de otra forma, no hay debate.

Hay mucha gente que no se registra porque no van a percibir prestaciones y subsidios

José Ignacio Pérez Infante formaba parte del equipo del Ministerio de Trabajo que dirigía Joaquín Almunia que hace 28 años redactó aquel decreto. Pérez Infante considera obsoleta esa norma: “Algo ha cambiado el mercado laboral desde entonces”. Luego ha integrado el grupo de trabajo de estadísticas coyunturales del mercado de trabajo del Consejo Superior de Estadística. Conoce ambas fuentes con profundidad. No tiene ninguna duda de cual el mejor instrumento de análisis “a nivel agregado”: la EPA.

Las críticas a las estadísticas son cíclicas. Llegan cuando empieza una crisis y sube el paro

“Los registros dan derechos y comportan obligaciones. Al dar derechos mucha gente hace movimientos para disfrutarlos”, explica Luis Garrido, catedrático de estructura social y uno de los mayores estudiosos de la EPA, “en cambio, en la encuesta se actúa con más libertad”. Carlos García Serrano, profesor de Economía en la Universidad de Alcalá, abunda: “Estar registrado responde más a incentivos y desincentivos”.

Garrido sí que admite que la EPA tal vez tiene un cierto sesgo al alza a la hora de detectar parados, pero eso, en su opinión, no desacredita lo que él considera “un tesoro estadístico” elaborado regularmente desde 1976 cuya metodología se ha adaptado varias veces a cambios sociológicos y exigencias internacionales.

Comparte su opinión Octavio Granado, ex secretario de Estado de la Seguridad Social y sociólogo. Subraya la mayor validez de la EPA frente al paro registrado para conocer lo que sucede en el mercado laboral, aunque su herramienta favorita, sobre todo, es la afiliación al instituto público. Claro que esta solo muestra un lado de la moneda, el empleo. Por lo que Granado afirma: “Hay cosas que deben mejorarse de la EPA. Por ejemplo, vigilar lo que sucede cuando se llama por teléfono y no encuentras a alguien”.

Por su parte, Pérez Infante, de Economistas frente a la crisis, no cree que la EPA sobredimensione el paro: “Si hasta se considera ocupado a quien ha trabajado solo una hora, sea como sea, en la semana anterior a la entrevista”.

Para subrayar la validez estadística de esta encuesta, Josep Oliver, catedrático de Economía, realiza varios cálculos con rapidez: “La afiliación a la Seguridad Social y la ocupación EPA han ido de forma paralela en los últimos años. Y el número de parados actual se corresponde con el stock al comienzo de la crisis, más el empleo destruido y el aumento de población activa hasta 2008”.

En uno de los centros que el INE tiene en Madrid, el pasado julio un jefe de equipo de entrevistas explicaba como se hace el trabajo de campo de la EPA. Contaba como la primera entrevista a un ciudadano se hace en persona y como se le vuelve a entrevistar durante siete trimestres consecutivos. El cuestionario puede llegar a tener más de 100 preguntas y el programa informático está preparado para detectar las contradicciones en las respuestas y avisar instantáneamente al encuestador. Y así cada trimestre hasta contar 65.000 participantes, es la encuesta continua de mayor tamaño en España. Su margen de error en los grandes datos oscila entre el 0,21% para la población activa y el 3,7% de los parados que buscan su primer empleo. Para el paro en general, el 1,04%.

Sobre esta base, Raymond Torres, director del Instituto de Estudios Laborales de la OIT, organismo que ha definido qué es un parado y qué es un ocupado, afirma: “Es una herramienta que se ajusta a los criterios internacionales, así como la metodología”. Torres recuerda, al igual que el INE y Almunia, que la EPA está plenamente homologada con los parámetros europeos que marca Eurostat, la oficina estadística de la UE.

“Las críticas a las estadísticas son cíclicas. Cuando empieza una crisis y sube el paro, llegan las dudas”, afirma García Serrano. El sociólogo Luis Garrido también lo lamenta: “Atacarla sin fundamento es un error”, afirma, y reclama responsabilidad a quien está al frente de los empresarios.

La respuesta más contundente a Rosell la da Jansen, de Fedea. “Uno espera del presidente de la patronal que no ponga en duda las estadísticas sin argumentos. Hace un flaco favor a la discusión sobre sus propuestas”.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Manuel V. Gómez
Es corresponsal en Bruselas. Ha desarrollado casi toda su carrera en la sección de Economía de EL PAÍS, donde se ha encargado entre 2008 y 2021 de seguir el mercado laboral español, el sistema de pensiones y el diálogo social. Licenciado en Historia por la Universitat de València, en 2006 cursó el master de periodismo UAM/EL PAÍS.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_