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Los subsidios más precarios caen con los recortes

Los beneficiarios de la renta activa de inserción bajan en 10.000 personas

Manuel V. Gómez
EL PAÍS

Los parados en peor situación ya notan los recortes en el seguro de desempleo. Desde que a mitad de julio se endurecieron los requisitos para poder cobrar la renta activa de inserción (RAI), 426 euros mensuales, los beneficiarios de este subsidio han bajado mes a mes. En junio se tocó techo, lo recibían 242.274 beneficiarios. Más que nunca. Tres meses después ya eran 10.000 menos, 232.495, según los datos del Ministerio de Empleo, tras endurecerse las condiciones para recibir este dinero.

Desde que comenzó la crisis, la RAI creció constantemente hasta que llegaron los recortes de julio. En el verano de 2007, cobraban la renta unas 63.000 personas. Cinco años después la cifra de quienes cobran estos se había cuatriplicado, casi 232.500 perciben los 426 euros mensuales.

Esta renta nació en 2000, con el Gobierno de José María Aznar. Era la última ayuda que tenían los parados de larga duración, los que llevan más de un año sin trabajo. Si se comprometían a buscar activamente empleo y atender a las exigencias de los Servicios Públicos de Empleo, tenían derecho a percibir la renta durante 11 meses. En 2006 a la RAI se le añadió una nueva función: tratar de reincorporar al mercado laboral a colectivos casi sin recursos que habían pasado mucho tiempo fuera de él, sobre todo mujeres que habían dejado de trabajar para criar a sus hijos.

Así permaneció hasta julio. Entonces para poder cobrar la RAI había que ser mayor de 45 años; no tener unas rentas mensuales superiores al 75% del salario mínimo interprofesional (485 euros mensuales); estar inscrito en las oficinas de empleo durante, al menos, un año; y no poder cobrar prestación o subsidio, aunque no hubieran tenido derecho. Este último criterio se acotó con los recortes veraniegos. Se restringió únicamente a aquellos que hubieran agotado ya otras pagas del seguro de desempleo. Fue el único cambio, suficiente para reducir el número de potenciales beneficiarios.

De momento, el impacto de la medida apenas ahorra gasto. En junio, el desembolso total llegó a 103,5 millones. En septiembre, último mes con datos disponibles, la factura había descendido a 100,9 millones.

Para los presupuestos de 2013 el Gobierno ha reducido el gasto en protección por desempleo

Lo más probable es que esta partida siga cayendo. Los viejos beneficiarios agotarán los 11 de meses de renta a que tienen derecho y serán menos los nuevos que comiencen a percibirla. Así que el gasto total bajará. Los sindicatos, tanto UGT como CC OO, creen que con el tiempo la RAI quedará como una ayuda residual, solo para parados de muy larga duración. No obstante, hay que tener en cuenta que si no se restringen todavía más las condiciones de acceso, siempre habrá un suelo mínimo. Y este se ensanchará conforme la crisis se prolongue más y más y haya más desempleados que consuman los subsidios ordinarios y no encuentren empleo.

Pero la reducción sustancial de gasto en el seguro de desempleo no llegará por esta vía. Si la destrucción de empleo lo permite, la verdadera bajada llegará por los recortes que se aplicaron a la prestación contributiva y a los subsidios, en septiembre 1.326 millones y 1.134 millones, respectivamente. Así lo espera el Gobierno, que para los presupuestos de 2013 ha reducido el gasto en protección por desempleo hasta los 26.700 millones, muy por debajo de los 32.000 que se gastarán este año previsiblemente.

El recorte de la primera parte se empezará a notar a partir de enero. A partir de entonces comenzará a notarse la reducción de la prestación desde el sexto mes que sufren quienes han perdido su empleo desde el pasado julio.

En el caso de los subsidios, es más dudoso que caiga el gasto a pesar de que se eliminó el subsidio extraordinario para mayores de 45 años y se elevó la edad mínima para acceder al ordinario. La duración de la crisis y el hundimiento persistente del mercado laboral que parece no tener un final cercano lleva a pensar que cada vez más quienes consuman la parte contributiva del seguro de desempleo, tendrán que recurrir al subsidio asistencial. Por tanto, lo más probable es que el número de beneficiarios de este subsidio acabe creciendo pese a estas medidas.

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Sobre la firma

Manuel V. Gómez
Es corresponsal en Bruselas. Ha desarrollado casi toda su carrera en la sección de Economía de EL PAÍS, donde se ha encargado entre 2008 y 2021 de seguir el mercado laboral español, el sistema de pensiones y el diálogo social. Licenciado en Historia por la Universitat de València, en 2006 cursó el master de periodismo UAM/EL PAÍS.

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