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La salida de la crisis

La OCDE prevé que España se quede atrás en la recuperación

El organismo mejora sus previsiones y calca las de Salgado. -Pese a ello, España será la única grande de las desarrolladas que caiga en 2010 y la que menos crezca en 2011. -El endurecimiento de la política fiscal "debe retrasarse a 2011"

Los tres grandes organismos internacionales que elaboran previsiones sobre las principales economías del mundo coinciden: la recuperación española será más lenta y penosa que la del resto del mundo. A los malos presagios del Fondo Monetario Internacional y la Comisión Europea se ha sumado la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). El organismo que dirige Ángel Gurría prevé que la economía española sea una de las pocas economías desarrolladas (la única entre las grandes) cuyo producto interior bruto (PIB) retroceda en 2010, con una caída del 0,3%. Además, en 2011 será la que menos crezca de todos los países desarrollados. La OCDE cree que "el planeado endurecimiento de la política fiscal debe retrasarse a 2011 para permitir a la economía recuperarse con más firmeza".

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En realidad, las nuevas previsiones de la OCDE suponen una mejoría con respecto a las anteriores. Hace sólo cinco meses, el organismo preveía un retroceso del PIB español del 4,2% para este año y del 0,9% para 2010. Esas previsiones ponían en cuestión las que había presentado poco antes, la vicepresidenta económica, Elena Salgado, casi recién aterrizada en su cargo. Salgado respondió con aplomo: "Yo confío más en nuestras previsiones: creo que nuestros datos son mejores, más ajustados", dijo entonces. Tenía razón. Las nuevas previsiones de la OCDE apuntan a una caída del PIB del 3,6% para este año y del 0,3% para el próximo, exactamente igual que las del Gobierno. Lo que demuestra que el Gobierno ha hecho "bien" las cuentas, ha valorado la propia Salgado. Donde se empiezan a separar las previsiones es en 2011, un año para el que el Gobierno aún no ha afinado su cálculo. La OCDE prevé que la economía española crezca sólo un 0,9% en ese ejercicio.

Pero aunque las previsiones para España han mejorado, las de la economía mundial lo han hecho en mayor medida. Por contraste, España vuelve a salir mal parada en la fotografía final. En 2010, frente a la caída española, los países de la OCDE crecerán un 1,9% y los de la zona euro, un 1,9, según los cálculos del organismo. Ninguna gran economía seguirá en negativo junto a la española. Sólo seguirán cayendo las de otros países menores como Grecia (-0,7%), Hungría (-1,0%), Islandia (-2,1%) o Irlanda (-2,3%). Todas ellas, además, se repondrán en 2011 y adelantarán a España, que con un 0,9% será la economía desarrollada que menos crezca ese año, según la OCDE. Para ese año, la zona euro crecerá casi el doble (1,7%) y la media de la OCDE, casi el triple (2,5%), siempre según las previsiones del citado organismo.

El contraste es especialmente negativo si se tiene en cuenta que la OCDE ha mejorado muy poco su previsión sobre la tasa de paro española, y prevé que esta toque techo en 2010 "cerca del 20%", una tasa que duplica con creces la media de los países desarrollados. A finales de 2010, el paro se situará en el 19,3% y en 2011, el desempleo bajará tímidamente, hasta situarse en el 18,7% a final de año (en el 19% de media anual).

La atonía de la demanda interna llevará a España a un periodo de estabilidad de precios prolongado. Tras la caída del IPC del 0,4% (en media anual) de 2009, la OCDE prevé un pequeño repunte de los precios, que crecerían un 0,8% de media en 2010 por la subida del petróleo y el aumento del IVA, para volver luego a caer (un 0,1%) en 2011, un año en que los índices de precios sólo mostrarán signo negativo en España y en el deflacionario Japón.

En cuanto al déficit público, la OCDE cree que el endurecimiento fiscal debe retrasarse a 2011 para "permitir a la economía recuperarse con más firmeza". La OCDE subraya que España retirará ya parte de las medidas de estímulo en 2010 y seguirá haciéndolo en 2011. Pese a ello, el déficit público seguirá siendo alto, del 7,7% dentro de dos años. Salgado sostiene que, pese a la subida de impuestos, la política fiscal es aún claramente expansiva, tanto por la vía de las medidas extraordinarias como por la de los estabilizadores automáticos (como las prestaciones por desempleo o la menor recaudación fiscal).

El organismo recomienda a España reformas estructurales, incluidas las que suponen recortar el gasto derivado del envejecimiento de la población (léase sanidad y pensiones). También debe mejorarse la eficacia de los servicios públicos de empleo. En su opinión, además, deben pararse los programas para apoyar la construcción de viviendas protegidas. El apoyo a los hogares de renta baja debe facilitarse a través de ayudas al alquiler. La reforma de este mercado y la caída de los precios de la vivienda resultarían claves para acelerar el ajuste del mercado residencial.

Las dos vicepresidentas del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega y Elena Salgado, en el Congreso.
Las dos vicepresidentas del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega y Elena Salgado, en el Congreso.EFE

Más optimismo a largo plazo

La OCDE considera que la crisis actual ha dañado por diferentes vías al crecimiento potencial de las economías, el que pueden lograr de una forma sostenible en condiciones normales, esto es, cuando pase la crisis. Con todo, ese crecimiento potencial sigue siendo en España más alto que el de la mayoría de los países desarrollados. La OCDE ha publicado también sus escenarios a medio plazo, que parten de una serie de hipótesis que pueden resumirse en que se supere la crisis. En ese supuesto, las proyecciones de la OCDE dan para la economía española un crecimiento medio anual del 3% desde 2011 a 2017, por encima de la media de los países desarrollados y por delante también de casi todas las grandes economías. Ese escenario permitiría reducir el paro al 12,2% en 2017. Aun en ese supuesto, que muchos economistas firmarían ya, la tasa de paro será aún el doble que la de los países desarrollados.

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