Cartas al director

Un caso raro

Entre los cambios de los distintos ministerios aparece un caso raro, la remoción de casi toda la cúpula del Cuerpo Nacional de Policía, 11 cargos, seguida, de momento, de ocho jefes superiores de Policía en las comunidades autónomas. ¿También hay que politizar la acción policial?

Estos cambios parecen dar por superado el principio básico de neutralidad política por el de disponer de policías afines. Así, parece que hay unos policías identificados con la misión de "garantizar la seguridad ciudadana", que le preocupa más al PP, y otros que se inclinan mejor por "proteger el libre ejercici...

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Entre los cambios de los distintos ministerios aparece un caso raro, la remoción de casi toda la cúpula del Cuerpo Nacional de Policía, 11 cargos, seguida, de momento, de ocho jefes superiores de Policía en las comunidades autónomas. ¿También hay que politizar la acción policial?

Estos cambios parecen dar por superado el principio básico de neutralidad política por el de disponer de policías afines. Así, parece que hay unos policías identificados con la misión de "garantizar la seguridad ciudadana", que le preocupa más al PP, y otros que se inclinan mejor por "proteger el libre ejercicio de los derechos y libertades", de lo que haría gala el PSOE. Ambos aspectos abarcan la misión constitucional y se deben ejercer con el mismo celo. La vocación profesional de neutralidad política casa mal con la sospecha al respecto que se lanza con la cascada de relevos. La policía, como señala el artículo 12º de la Declaración de los Derechos del Hombre y el Ciudadano (1789), "ha sido instituida en beneficio de todos, y no para provecho particular de aquellos a quienes ha sido encomendada".

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