La Ley de Dependencia agonizaba, y es posible que con el fin de 2011 se le dé la puntilla. Aquí, Pilar Pardo y su novio, que pidieron ayuda en 2007. Hasta hoy. Mi imagen del año. Feliz 2012.
Los acontecimientos se precipitaron. Debemos hacernos a la idea de que la vieja estructura del mundo ha sido sacudida a fondo y las alianzas de antes ya no sirven. La historia comenzó a escribirse en las calles como un tsunami, empezando por la 'primavera árabe' . Todo indica que ha terminado mucho más que una época.
Todo lo que podía empeorar, empeoró. Paro, corrupción, recortes. Hasta la Casa Real se vio salpicada. Frente a ese fango de pesimismo, dos llamaradas de dignidad: las protestas sociales del 15-M y el fin de la violencia de ETA. Al final del año, casi toda la responsabilidad pasó al PP.
El rapto de Europa. Sirva la mitología griega para resumir un curso desgraciado. El Viejo Continente, que tantas veces sirvió de faro para construir la sociedad del bienestar, sufrió el acoso de los mercados financieros, que primero reclamaron dinero público a espuertas para salvarse y luego exigieron a los Estados que pagaran ya su deuda, a costa de cualquier sacrificio.
Este año ha confirmado la explosión de las redes sociales y las nuevas tecnologías, claves en el éxito de la 'primavera árabe' o del 15-M. Ordenadores y móviles han cambiado la forma de trabajar, organizarse, relacionarse a gran escala y entender el mundo. Una revolución a la que contribuyó decisivamente Steve Jobs, que falleció en otoño.
Cansados de esperar una oportunidad que nunca llega, algunos diseñadores y arquitectos se están lanzando a comercializar por su cuenta sus muebles o accesorios y los de sus compañeros.
La pulpa jugosa de algunas frutas y hortalizas las hace idóneas para experimentar con ellas entre fogones. Recetas para preparar compotas y mermeladas caseras que, correctamente envasadas, durarán todo el invierno.
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