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La Complutense presenta un plan de ajuste para ahorrar 40 millones

La universidad, con 545 millones de presupuesto, acumula una deuda de 150

Pilar Álvarez

La Universidad Complutense de Madrid (UCM), el centro superior presencial con más alumnos de España, va a dar otra vuelta de tuerca para intentar mejorar su precaria situación económica. Ahogada por una abultada deuda, acaba de aprobar un plan de ajuste que supone rebajar drásticamente los teléfonos móviles, controlar las bajas por absentismo o frenar las contrataciones, entre otras medidas. El plan, que alerta de que los problemas de fondos afectan "en particular a la investigación", propone también fórmulas nuevas de ingresos. La Universidad Complutense cuenta con 545 millones de euros de presupuesto para 2012, debe hacer frente a una deuda de 150 millones. ¿Cómo conseguirlo?

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Las siete universidades públicas madrileñas llevan ya años ajustándose el cinturón. Tienen que afrontar la crisis como las instituciones y los particulares. Pero, además, en 2008, la Comunidad de Madrid dinamitó el plan de inversiones para las universidades con cinco años de vigencia entre 2007 y 2011 y dotado con 640 millones de euros. Desde entonces recortan en todo tipo de gastos. El presupuesto que destina para ellas la Consejería de Educación en 2012 asciende a 1.028,8 millones, 10 menos que este año.

La UCM anunció hace ya un año ajustes en gratificaciones, recorte de altos cargos , coches oficiales o amortización de jubilaciones y llegó a alertar, incluso, de problemas para pagar las nóminas.

El nuevo rector, José Carrillo, prometió "austeridad" en su toma de posesión el pasado junio. Aquel día, en el que no ofreció copa ni ágape para dar ejemplo, anunció que su prioridad sería reducir la deuda. Cinco meses después, el pasado 24 de noviembre, el consejo de gobierno ha aprobado el plan de eficiencia, una hoja de ruta a la que ha tenido acceso EL PAÍS. El documento no ha sido respaldado por los sindicatos, que critican que la medida se ha tomado con premura, sin reuniones y sin justificar exhaustivamente de dónde saldrán los 40 millones de euros que la UCM calcula que reducirá con este plan.

El plan prevé un control más riguroso del absentismo de su plantilla de trabajadores (con más de 10.000 empleados) sin que ni el documento ni la Complutense especifiquen cuál es el porcentaje de bajas que registra la institución. "Es una cifra importante", asegura un portavoz como única referencia.

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Hasta el curso pasado, 438 trabajadores de la Complutense disponían de teléfono móvil. La factura ascendió a 423.000 euros. El número de dispositivos se ha recortado a menos de la mitad, con 186 teléfonos que, además, no sirven para todas las llamadas. Hay 126 solo para comunicaciones internas y 60 libres. Las líneas fijas también se van a revisar. "En función del puesto, se dotará a las llamadas de salida nivel local, provincial e interprovincial", señala el plan de eficiencia, que indica que serán excepcionales los teléfonos desde los que se puedan hacer llamadas internacionales.José Carrillo, el actual rector de la universidad madrileña que cuenta con 85.000 alumnos, ha decidido meter la tijera en la universidad. Su objetivo es reducir drásticamente todos los gastos. Los de protocolo fueron los primeros en el punto de mira. El anterior rector, Carlos Berzosa, ya anunció hace año y medio una reducción del uso de coches oficiales, el pago por conferencias o de representación. En el presupuesto de 2012 se elimina la partida sobre esos conceptos, que ascendía a 343.000 euros. "Queda anulado el vino español y demás gasto de este tipo, salvo por motivos suficientemente justificados", señala el plan. Las comidas de trabajo, prosigue, se solventarán "siempre y cuando sea posible" con menús en las instalaciones de la universidad. Los viajes se limitan a un solo funcionario "salvo que sea imprescindible que vayan dos o más" y se reclama el mínimo uso de los coches oficiales "procurando que su utilización se adecue el horario de trabajo".

Las contrataciones se congelan y la tasa de reposición (los trabajadores jubilados que son sustituidos) se aplicará en función de lo que marquen el Estado o la Comunidad de Madrid. La Complutense prevé 1.700 jubilaciones hasta 2026. Las sustituciones y la propuesta inicial de recortar complementos al Personal de Administración y Servicios (PAS) enfrentaron a los sindicatos (CC OO, UGT, CSIF, CSIT y SAP) con la gerencia de la Complutense, según fuentes de CC OO. Las centrales han convocado mañana martes a las 12.30 a los trabajadores en dos centros (Odontología, en el Campus de Moncloa y El Salón de Grados de Económicas en Somosaguas) para informar sobre del plan de eficiencia.

También está previsto un "plan estratégico para la reducción del gasto energético". La Complutense quiere modernizar las instalaciones con sistemas de consumo más racionales, como el encendido y apagado automático o los led. Además, ajustarán los horarios de trabajo para que sean continuados y "sin horas muertas" como el mediodía en verano. Hace dos años, la Complutense cerró todas sus instalaciones en las vacaciones de Navidad, lo que supuso un ahorro de hasta un millón de euros, y lo amplió a Semana Santa. Los conserjes y otros miembros del PAS deberán comprobar, durante sus turnos, que se desconectan los aparatos electrónicos a mitad de la jornada y al acabar. Todo para conseguir ahorrar todo lo posible.

Los problemas financieros de la Complutense no son nuevos. La Comunidad de Madrid ha reducido la inversión para universidades casi un 80% en la última legislatura. En el camino han quedado proyectos para construir nuevos laboratorios o reformar los edificios más antiguos. Además, desde hace tiempo los rectores de las universidades públicas madrileñas reclaman a la Comunidad 250 millones por deudas de personal y gasto corriente. Estos recortes han llevado a la UCM a tirar de deuda.

El plan de ahorro preparado por Carrillo afecta también a la plantilla, que tendrá que adaptarse a un nuevo uso del material, que tendrá fecha de caducidad tasada. En realidad es una medida que afecta a las amortizaciones contables. Según esto, las instalaciones técnicas deben durar un año. El mobiliario, una década. Los equipos informáticos, cuatro y cinco las aplicaciones. El material de oficina estará medido al dedillo. Ya no habrá sobres ni cuartillas con nombres de jefes. Y, además, la universidad anima a comunicarse por correo electrónico en lugar de usar cartas. La Complutense mete la tijera.

José Carrillo, rector de la Universidad Complutense de Madrid.
José Carrillo, rector de la Universidad Complutense de Madrid.LUIS SEVILLANO

Recortes en la UCM

- La Universidad Complutense pretende ahorrar unos 40 millones de euros, el 7,3% de su presupuesto, con su plan de ajuste. Las medidas más importantes son:

- Control riguroso del absentismo de los más de 10.000 trabajadores.

- Reducir los teléfonos móviles a la mitad. Los terminales han pasado de 438 a 186 para reducir la factura.

- Eliminar el gasto en protocolo y representación. Se reduce el pago por conferencias. También se controlarán las comidas de trabajo y los viajes.

- Se congelarán las contrataciones y se amortizarán plazas del personal que se jubile.

- El plan incluye una batería de medidas para reducir el consumo eléctrico.

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Sobre la firma

Pilar Álvarez
Es jefa de Última Hora de EL PAÍS. Ha sido la primera corresponsal de género del periódico. Está especializada en temas sociales y ha desarrollado la mayor parte de su carrera en este diario. Antes trabajó en Efe, Cadena Ser, Onda Cero y el diario La Opinión. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Sevilla y Máster de periodismo de EL PAÍS.

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